LA VALENTÍA
ALIRIO FIGUEROA ZAVALA
Siguiendo con mis reflexiones en estos días de cuarentena, hoy tratare un punto que considero importante, como es el de la valentía, ingrediente decisorio en los momentos de dificultades y en la vida cotidiana y sobre todo en esta situación de crisis de salud motivado al COVID – 19. Valentía es el valor moral, que no es lo mismo que valor temerario, y es todo lo contrario de “valentón”, o “bravucón”, como comúnmente llaman a los que hacen ostentación de fuerza. La valentía es el temple anímico, es un valor intrínseco del espíritu, una fuerza interior, moral, anímica e intelectual que, en contraposición a la llamada fuerza bruta, depositada en los músculos, tiene su origen en nuestros sentimientos, en nuestra formación, en nuestras convicciones y en nuestra presencia de ánimos. Valentía no es no echar atrás cuando debemos hacerlo; no es imponernos sobre los más débiles aunque no tengamos razón, no es irrespetar a los padres; no es abusar de una posición para obtener indebidos privilegios; no es la de presumir fuerzas o edades que no se tienen. La valentía no excluye la prudencia, ni la previsión es falta de valentía. Tengámosle respeto, por no decir temor, a un valiente con razón a quien tiene la valentía de levantarse crecido de cada caída. Valentía, no es solo saber decir “no” a quienes nos proponen vicios o conductas indebidas, valentía también es el saber decir “si, lo reconozco”, cuando se nos hace caer en cuenta de nuestros errores, valentía, no es omitir la verdad, y no asumir la responsabilidad; valentía no es endilgarle la culpa a los demás. Algunas veces, los llamados “valientes”, creen que con no escuchar y acudir o acudir a los gritos y los puños pueden imponerse a la verdad y la razón. Los sabios, como el gran filósofo griego Sócrates, escuchan y preguntan. Y por ello tuvo la valentía de no oponerse al castigo de muerte que le imponían para no violar sus propios principios filosóficos que predicaba con gran certeza y fuerza interior, es decir, con valentía. Otro filósofo, griego conocido como Temístocles, en la decisiva batalla que libraron los griegos conocida como la batalla de Salamina allá por el año 480 antes de cristo, tuvo la valentía de hacer ver lo erróneo de una medida al general que comandaba la nave, y la respuesta de este fue la de golpearlo con su arma. La reacción de este filosofo fue: “PEGA, PERO ESCUCHA”. Fácilmente de esto podemos deducir a cual le asistía mayor valentía. La persona con valentía, no es la que nunca tiene miedo, sino quien lo mide y lo supera. El gran escritor español, Cervantes expreso: “Quien pierde la fortuna, pierde mucho, quien pierde un amigo, pierde más, pero quien pierde la valentía pierde todo”.
Individuo de número de la Academia
de Ciencias Jurídicas del Estado Zulia
