COLDESTACADO

Autoridades eclesiásticas en Cabimas lamentan la muerte de monseñor Roberto Lückert

CABIMAS.-  Tras conocerse la muerte de monseñor Roberto Luckert, autoridades del ámbito religioso expresaron su sentir entre ellos monseñor Francisco Gil, el padre Jorge Rincón y el padre Alexander Arias.

Las autoridades eclesiásticas en Cabimas, coinciden en que monseñor Roberto Luckert, primer Arzobispo de la Arquidiócesis de Coro en el estado Falcón desde el 23 de noviembre de 1998, será recordado como una gran figura de la iglesia venezolana, excelente sacerdote y muy cercano a sus ovejas.

Sacerdocio

El 14 de agosto de 1966 es ordenado sacerdote por monseñor Domingo Roa Pérez, arzobispo de Maracaibo.

Se le nombró vicario cooperador de la Parroquia Santa Bárbara en el Zulia, luego vicario ecónomo y finalmente, miembro del equipo de sacerdotes del Centro Vocacional de la Arquidiócesis de Maracaibo.

Fue rector y párroco de la Basílica de Nuestra Señora de la Chiquinquirá desde 1972 hasta 1978 cuando es elegido por monseñor Domingo Roa Pérez vicario general de la Arquidiócesis y director del Diario católico La Columna.

En 1980 retoma como párroco de la Basílica manteniendo los anteriores cargos.

Cercano a sus ovejas

Padre Jorge Rincón
Monseñor Francisco Gil

Monseñor Francisco Gil, párroco de Nuestra Señora del Valle de Nueva Cabimas, expresó que referirse a monseñor Roberto Luckert, su recuerdo le hace pensar inmediatamente en la frase que el Papa Francisco, les invita a los sacerdotes a tener olor de oveja, es decir la palabra clave para recordarlo es la cercanía dentro de las ovejas.

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Explicó que ello, lo caracterizaba al igual que su sencillez,la humildad, la jocodidad, la ocurrencia y la prodigiosa memoria que el señor Jesús, le regaló para recordar los nombres de todas las personas.

Puntualizó, que ese sería el valor mas importante para recordar el legado de monseñor Roberto Luckert. «Fue tan cercano con su pueblo, que en el municipio Cabimas se le colocó el nombre a un barrio de la ciudad llamado hoy en día Roberto Luckert, porque lo sintieron muy cercano a los problemas sociales también. Estaba en las buenas y malas con su pueblo», afirmó Gil.

Recordó que estuvo al lado de su pueblo en momentos de alegría y de tristeza, al mismo tiempo rememoró que envío a estudiar a varios sacerdotes a Roma, a actualizarse, consolidar su doctorado, lo cual le dió un impulso a la formación de los presbíteros que envirarían a su pueblo, además formó varias parroquias en la Diócesis de la Costa Oriental del Lago, uno de los grandes aportes que dejó durante su estadía como tercer obispo de la Diócesis.

«Sin duda a través de sus obras sociales monseñor continuó y optimizar la misión, labor y legado de monseñor Marco Tulio Ramírez Roa, segundo obispo de la Diócesis».

Agregó que por ser zuliano hizo que se resaltara desde el punto de vista eclesiástico lo religioso, el amor a la santísima Virgen de Chiquinquirá, a la santísima Virgen del Rosario, San Benito de Palermo.

Una gran figura de la Iglesia venezolana

Roberto Lückert Cabimas
Padre Jorge Rincón

El padre, Jorge Rincón, sacerdote rosminiano del Instituto de la Caridad, destacó que monseñor Roberto Luckert León, fue una gran figura del estado Zulia y concretamente de Maracaibo, una gran figura de toda la iglesia venezolana, quien nació propiamente en una de las grandes ciudades de este país como lo es Maracaibo.

«Fue un gran sacerdote desde que se consagró y se fue al seminario en Maracaibo y luego terminó en Caracas, fue uno de los sacerdotes que ordenó monseñor Domingo Roa Pérez, arzobispo de Maracaibo de feliz memoria quien murió hace 24 años»

Realzó que monseñor Roberto Lückert ejerció su ministerio sacerdotal como párroco en la Iglesia Nuestra Señora de Lourdes y luego fue trasladado a la Basílica Nuestra Señora de Chiquinquirá, donde estuvo por muchos años hasta la visita primera del Papa Juan Pablo II y donde con ese don que Dios le regaló de una buena voz animaba los cantos religiosos.

«Así como fue de sacerdote convencido de su vocación y del pastoreo también lo fue como obispo de Cabimas, donde supo vivir su ministerio sacerdotal y episcopal desde una inserción entre el pueblo, la gente entre la gente siempre desde su propia idiosincrasia marabina», expresó Rincón.

A su juicio, Luckert fue un profeta, en un momento histórico, específicamente en el gobierno del presidente, Rafael Caldera con la idea de modernizar Maracaibo, por lo que estuvo a la defensa de lo que hoy en día se llama el Saladillo la defensa de sus casas de la cultura de la tradición

«Salió a la defensa porque veía que este modernismo podría eliminar o castrar toda la idiosincrasia maracaibera saladillera», comentó Rincón.

Una gran visión social

Roberto Lückert Cabimas
Padre Alexander Arias

El padre Alexander Arias, refiere, que si una definición se puede hacer de la persona y el ministerio de monseñor Roberto Lückert, es ser en palabras del Papa Francisco, un pastor con «olor a ovejas».

«Este querido Obispo que pasó por nuestra Diócesis dejando una onda huella que a pesar del tiempo transcurrido, su recuerdo y su obra sigue presente».

Recordó que llegó a la Costa Oriental del Lago, con el ímpetu y la juventud que le acompañaba, luego de un fructífero trabajo realizado en el Santuario más querido para los zulianos como lo es la Basílica de la Chinita.

Señaló que San Juan Pablo II le designó como nuestro III Obispo.

Para Arias desde su llegada se identificó totalmente con la región, con sus necesidades y sus tradiciones.

«No dudo en hacer suya desde el comienzo nuestras más grandes devociones: La Virgen del Rosario, Nuestra Señora de Altagracia, La Virgen del Paraute y nuestro querido Santo Negro. En ese momento el puso unas bases importantes para resaltar la verdadera y sana devoción a San Benito. En ese momento Bobure tierra del Santo negrito pertenecía a la Diócesis de Cabimas y era muy común ver a monseñor Roberto visitando esa región», dijo Arias.

Coincide en que tuvo una gran visión social y una gran preocupación por los problemas sociales de nuestra región; la Cabimas olvidada y marginada por los gobiernos nacionales y regionales, fue su gran preocupación. Hasta el punto que en respuesta a esta lucha social, la colectividad no dudo en ponerle su nombre a uno de los Barrios de la Ciudad de Cabimas.

«Monseñor Roberto Lückert, fue en nuestra Iglesia particular un Pastor cercano y preocupado por sus sacerdotes y su feligresía. Fue un gran amigo y padre de los sacerdotes y ante su preocupación por las vocaciones sacerdotales, creo los Centros Vocacionales, para fomentar entre los jóvenes el deseo de ser sacerdotes» apuntó.

«Aquí en esta subregión del Lago de Maracaibo, fue amigo de los ricos, pero también de los pobres. A él le vimos con los pies metidos en las aguas cuando alguno de nuestros barrios se desbordaba por las graves inundaciones que en épocas de lluvia se presentaban. Preocupado por las necesidades de su pueblo, estableció escuelas de formación y capacitación, a través de cursos que la Pastoral Social de la Diócesis, llevaba a las parroquias y barrios.
Su voz firme y directa tuvo en esta iglesia de Cabimas un areópago desde el cual se proyectó a todo el país. Siempre crítico con las grandes injusticias que se presentaban en el país, nadie puede poner en duda que ante lo que acontecía, siempre se esperaba la palabra firme y clara de nuestro querido pastor».

Agregó que su partida a la Iglesia vecina de Coro, dejó un profundo sentimiento de tristeza, pero a la vez de agradecimiento por su paso entre nosotros.

Legado

Al percibir toda su trayectoria, las autoridades eclesiásticas coinciden en que monseñor Roberto Luckert deja un gran legado, un recuerdo inmenso con rostro de un pastor padre y amigo.

 

Gayledys Barrientos

Fotos cortesía

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