Especial.- El ingeniero venezolano Jorge Luis Márquez Rojas, habló este jueves sobre el levantamiento del permiso de operaciones, producción y exportación que le fue impuesta por el gobierno del presidente Donald Trump a los consorcios petroleros establecidos en Venezuela, entre las que se encuentra Chevron, cuyas operaciones deben cesar este 27 de mayo, según lo establecido en la licencia General número 41B aprobada por la Casa Blanca.
Para Márquez Rojas, experto en el tema, ni siquiera la extensión del cierre de operaciones significaría un retroceso en la política de la administración Trump de reducir los canales de financiamiento al régimen de Nicolás Maduro, considerando que la licencia 41B, establece que ya los permisos de operación, producción y exportación de petróleo venezolano fueron suspendidos, y que la extensión a Chevron para ir hasta el 27 de mayo, solo les permite una liquidación de manera ordenada, dejando una operación mínima para el mantenimiento de sus activos de campo, de manera de no parar el 100 % de inmediato sino de forma sistemática.
En una entrevista respondida este jueves, Márquez afirmó que estos consorcios producían lo que él denomina «petróleo de sangre», sugiriendo que sus operaciones beneficiaban directamente al régimen de Nicolás Maduro. Según Márquez, la lucha no debe ser para sacar a Chevron de Venezuela sino al régimen criminal que ha llevado a los venezolanos a una grave crisis humanitaria, y que, lo que se logra con estas medidas sancionatorias, es reducir los canales de financiamientos del régimen, que ha dilapidado todos los recursos provenientes del petróleo para reprimir al pueblo venezolano.
“Cuando Venezuela logré su estabilidad democrática necesitaremos a Chevron para convertirla en el mayor centro energético del mundo”, dijo
El experto, quien el año pasado lideró la lucha para lograr que se aplicaran sanciones a consorcios como Repsol, Enni y Maurel & Prom y Chevron, que operaban bajo licencias especiales en Venezuela, contribuyendo a la estabilidad financiera del régimen; sostiene que ahora en el caso específico de Chevron, que producía y exportaba a principios de este año alrededor de 300 mil barriles diarios de crudo venezolano, el cual por medio de una negociación secreta con el régimen y Pdvsa también cobraba, pese a estar prohibido por la Constitución Nacional y la Ley de Hidrocarburos, luego del levantamiento de licencias solo está produciendo de 60 mil a 70 mil barriles diarios, lo cual sí ha sido un gran impacto para las fuentes de financiamiento del régimen de Nicolás Maduro y su entorno.
Márquez agregó que mientras estas empresas no generen su capacidad máxima de negocios, los ingresos del petróleo no podrán ser utilizados para la represión de la población venezolana.
Resaltó que hay que detenerse a analizar que Washington aún mantiene los aranceles secundarios para países que compren el petróleo venezolano, explicando que la distribución de la exportación de ese crudo es de 450 mil barriles diarios para China, 250 para EE UU, 70 mil para India, 70 mil para la UE, y 10 mil para Cuba, lo que significa un gran recorte en los recursos que recibe el régimen, por lo que cree que se está en el camino correcto.
“Chevron amplió su capacidad de negocios de como lo venía haciendo con la licencia número 8 aprobada en la primera administración de Trump, incluso sancionado; luego de que el presidente Joe Biden aprobará la licencia General número 41A, que le permitió a Chevron expandir sus operaciones para exporta producir crudo venezolano, llegando a producir 700 mil barriles diarios, que negociaba a su antojo, ahora su rango de reduce a 50 mil barriles diarios. Entonces está claro que este es el camino”.
Chevron ha estado presionando políticamente en Washington para evitar una retirada definitiva, argumentando que esto afectaría la seguridad energética de EE.UU. y fortalecería la influencia de actores rivales en la industria petrolera venezolana, sin embargo, todo parece no tener vuelta aTRÁS.
Texto/Noris Hernández
Foto/WEB