viernes, marzo 29, 2024
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CEV : Cardenal Jorge Urosa continúa con respiración asistida

El secretario de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) Monseñor Trino Fernández, , informó que el cardenal Jorge Urosa Savino está en una situación de salud muy delicada, y confirmó que aún continúa en la terapia con oxigenación asistida.

“No ha habido otro diagnóstico, solo ha tenido complicaciones del COVID-19, ese es una enfermedad agresiva. Hace ocho días otro que se contagió junto con el Cardenal falleció. Era una persona muy joven, 45 años. Era el secretario para asuntos institucionales de la Conferencia Episcopal Venezolana”, informó Fernández este lunes 13 de septiembre durante entrevista con el periodista Román Lozinski para Circuito Éxitos.

Monseñor explicó que la carta del Cardenal Jorge Urosa Savino distribuida a los medios de comunicación antes de su ingreso a la terapia intensiva , es una nota de despedida. Sin embargo, la CEV, espera por un milagro de Dios. “Esperemos que ese milagro se de”. 

Detalló que la carta con fecha del 28 de agosto, se debía publicar si su salud empeoraba. Destacó que Urosa pidió la unción de los enfermos dando ejemplo a los católicos de ponerse siempre en las manos de Dios.

“La pandemia nos ha tocado también a la iglesia. Debemos cuidarnos todos, hacer uso de la mascarilla. El Cardenal Urosa ha querido manifestar lo frágil que somos y que nuestras vidas están en manos de Dios. Es una actitud valiente, apegado siempre a su manera de creer. Su mensaje es para que nos encontremos todos, como pueblo venezolano”.

POR: EFECTO-COCUYO

FOTO: CEV

Carta del Cardenal Jorge Urosa Savino

MENSAJE DEL EMMO. SR. CARDENAL

JORGE UROSA SAVINO

ARZOBISPO EMÉRITO DE LA ARQUIDIÓCESIS DE CARACAS

28 DE AGOSTO DE 2021

«… en este momento ante la eventualidad de tener que pasar a terapia intensiva por un agravamiento de mi situación, he querido recibir los santos sacramentos, y al mismo tiempo hacer una breve declaración de amor a Dios y amor a la Iglesia, y de amor al pueblo de Venezuela.

Por su puesto, me siento inmensamente feliz de haber sido sacerdote, vivir mi vocación con gran ilusión. He tenido la fortuna y la bendición de que Dios me ha llevado por caminos insospechados de servicio, y de altísimas responsabilidades en la Iglesia que agradezco en el alma. Pido perdón a Dios y a todos mis hermanos por las faltas que haya podido haber cometido, especialmente por las faltas de omisión. Nunca he querido hacerle mal a nadie, y siempre he procurado actuar buscando la gloria de Dios, y el bien de la Iglesia y de las almas, y de las personas involucradas; espero pues, que eso se me tenga en cuenta.

También, expreso mi gran afecto al pueblo venezolano y mi entrega absoluta a su libertad, a sus instituciones, a la defensa de los derechos del pueblo frente a los atropellos que se hallan cometido por parte de los gobiernos nacionales. Y en esa actitud, he estado siempre también actuando, no por odio, ni por rencor, sino por defensa de la libertad, de la justicia y de los derechos del pueblo venezolano. De manera pues que espero que Venezuela salga de esta situación tan negativa.

Le expreso a Dios, mi gratitud, y le pido a Dios perdón por todas mis fallas tanto de omisión como de actuación, y le pido a Dios que bendiga a nuestra Iglesia de Caracas, a nuestra Iglesia de Venezuela, que bendiga a nuestro clero, y a nuestro episcopado, con quienes siempre he estado en profunda y estrecha comunión, independientemente de las opiniones diversas que haya podido haber entre diversas tendencias del episcopado venezolano. El episcopado venezolano es uno solo, y yo he servido siempre con un gran espíritu de colegialidad. Vamos a pedirle a Dios que nos ayude a conservarnos siempre así.

Con relación a mi trabajo por el pueblo de Venezuela, ha estado siempre guiado por un inmenso amor patriótico al pueblo sencillo, humilde; al pueblo valioso, al pueblo culto, al pueblo inteligente, al pueblo académico; a todos los sectores del pueblo de Venezuela, sin exclusión ninguna; y por supuesto en la línea de la Constitución Nacional, que nos propone los derechos inalienables que no pueden ser conculcados por ningún gobierno.

En ese sentido, me he unido siempre a los llamados de la Conferencia Episcopal, a la cual expreso mi comunión, y con la cual he actuado siempre buscando el trabajo positivo por el bien de la Iglesia y por el bien del pueblo. Y le pido a Dios que nos bendiga y que conserve nuestra unidad episcopal; que no nos dividamos, que no nos dejemos llevar por ilusiones vanas, que no caigamos en las trampas que nos puedan presentar algunas iniciativas negativas, y que busquemos siempre la gloria de Dios, la evangelización del pueblo que es lo más importante.

A nosotros lo que nos interesa sobre todo, es que el pueblo venezolano ame, tenga fe, y sirva a Jesucristo que es el Camino, la Verdad, y la Vida, el único en cual encontramos la salvación y el perdón de los pecados. Bajo esa línea fundamental realicemos todas nuestras acciones tanto del punto de vista pastoral, como del punto de vista social y administrativo. Que la Conferencia Episcopal tenga a Jesucristo como su Jefe, como su Guía, como su Maestro, y como Aquel a quien debemos rendir honor y gloria, por los siglos de los siglos.

Amén.

En este momento pues, me apresto a recibir el sacramento de la Unción y el sacramento de la Sagrada Comunión.

iMuchas gracias a todos, y que Dios los bendiga y los guarde! Amén.

Card. Jorge Urosa Sabino

Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis de Caracas

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