Ciudad Ojeda la Grande
ESPECIAL
Industrias, progreso, crecimiento, ciudad élite, son indiscutibles sinónimos de la gran Ciudad Ojeda, capital del municipio zuliano Lagunillas, y que hoy celebra 85 años de fundación. Fecha importante para el municipio y todo el estado Zulia, motivado a esto, El Regional del Zulia, siempre presente en tan importante fecha, trae un trabajo de entrevistas a personas que hacen vida en la entidad y cuentan sobre su amor por esta poderosa ciudad y su lucha por sacarla adelante.
Aunque la finalidad del decreto para su creación, aquel 19 de enero de 1937, pensado y consolidado por el presidente Eleazar López Contreras, haya sido tan progresista y con una razón social muy acertada: la reubicación de las familias que habitaban la histórica Lagunillas de Agua, uno de los más importantes y ancestrales pueblos palafíticos apostados en las riberas del lago de Maracaibo, fundada en el siglo XVI por grupos aborígenes de la zona; los habitantes de los viejos palafitos a punto de colapsar, estaban escépticos en ocupar la moderna ciudad diseñada para su bienestar. Pero el destino los obligó a socorrerse y albergarse en su infraestructura tras aquel voraz incendio del 13 de noviembre de 1939 que destruyó todas sus viviendas y acabó con alrededor de 200 vidas. La tragedia sirvió para que los sobrevivientes del fuego junto a la camada de inmigrantes europeos que transitaron sus calles y avenidas hasta instalarse definitivamente en su espacio geográfico, trabajaran con ahínco para transformar a Ciudad Ojeda en una verdadera joya urbana.
Siendo un emporio empresarial, la visión futurista de sus comerciantes y empresarios formaron a gusto parte de su imponente zona industrial, con una gran siderúrgica a la cabeza, aunada a innumerables empresas de manufactura petrolera que dieron paso a una codiciada economía, y que con la ayuda de un legado de jóvenes capacitados en sus instituciones educativas; se levantó con trabajo y capacidad creadora un referente económico de gran envergadura: la zona industrial que resaltó por décadas en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, el Zulia y Venezuela.
En la actualidad pese a que el mejor regalo de aniversario que pudiera recibir esta entidad sea la aprobación de nuevos proyectos urbanos, el mejoramiento de sus servicios públicos y el incentivo empresarial necesario para seguir siendo la ciudad de trabajo y crecimiento que el citojense ama y añora; en la mesa solo se encuentra en discusión la intención de cambiar su nombre al de Ciudad Urdaneta, propuesta aprobado en primera instancia en el seno del Consejo Legislativo del Zulia; sin embargo para su población Ciudad Ojeda será siempre referencia epónima del conquistador español Alonso de Ojeda. Asimismo, una de sus cinco parroquias, Alonso de Ojeda, aguarda también por la propuesta de cambiar su nombre asignado en reconocimiento al navegante que descubrió el Lago de Maracaibo, por el de Paraute, en honor a las tribus indígenas que habitaron estas tierras. Sea cual sea el resultado, los cambios de nombre no harán mella en la historia reciente de esta pujante entidad, que de la mano de su gente lucha por recuperar su prestancia como la cuarta ciudad del estado Zulia, y así seguir siendo un referente de modernismo y progreso en el país.
Pasados 85 años de su creación, aquí sigue, erigida y cimentada como la emprendedora y futurista Ciudad Ojeda, sin embargo, hay que trabajar duro para rescatar una ciudad que no ha escapado de la crisis económica, política y social que atraviesa el país. Está claro que el compromiso es exclusivamente de su gente, que unida puede retomar el redil hacia el crecimiento económico y social de esta noble tierra.
Como muestra de que como capital del municipio Lagunillas, Ciudad Ojeda está sostenida por gente trabajadora, noble y progresista, el diario El Regional del Zulia resalta una parte de esos hombres, mujeres y niños que con tesón han nutrido y siguen nutriendo un legado de grandeza en pos del reconocimiento y rescate de esta tierra grande y pujante.
Hoy Santa Lucía, su patrona, no puede estar más regocijada, y de la mano de la Virgen del Rosario del Paraute, Bendicen esta tierra de gente trabajadora y noble.
