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Con un concierto sublime y celestial honraron al maestro José Antonio Abreu

Una ofrenda musical, celestial y sublime regaló, este 24 de marzo, el Sistema Nacional de Orquesta y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, núcleo Lagunillas, para conmemorar y honrar al maestro José Antonio Abreu, fundador de esta obra, por cumplirse ese día, un año más de su cambio de paisaje.

El cielo se teñía de pasteles y, envueltos en una serenidad expectante, el público, en su mayoría conformado por padres y amigos de los jóvenes de “El Sistema”, fue testigo del engranaje, genialmente logrado, para mostrar a los iniciantes y más experimentados, acoplarse, por secciones e instrumentos, con los coros infantiles y juveniles hasta finalmente, tener la Orquesta plena y vibrante.

“Hemos estado trabajando intensamente para darles este concierto”, reveló con rostro complacido Emilio Contreras, el director del núcleo, a quien se le vio, con la destreza de su afinada experiencia, unirse, con su violín, cediendo la batuta a jóvenes profesores que ahora avanzan en los caminos de la dirección musical.

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En el estado Zulia, los núcleos de El Sistema cautivan, y en la sede de Lagunillas, el movimiento crece y se expande, como lo deseaba el maestro Abreu.

Chiquitines de iniciación, con sus flautas dulces, dando evidencia de sus avances, con solo tres meses de formación. ¡Adorables!

La tarde se iba, dejando una estela armoniosa, en la que veíamos rostros jóvenes, concentrados en una ejecución elevada.

No sólo los padres rebosaban alegría, Mariana Matheus, docente de castellano, veía a uno de sus estudiantes, Máximo Escalona, esta vez, ejecutando una pieza con su cuatro.

“Me hizo sentir orgullosa, porque sabía que él y yo, sin conocernos mucho, lo conozco en este año escolar, amamos el arte, la música, lo que llena los corazones. Saber que hay alguien que tiene 14 años y aprecia el arte. Saber que hay jóvenes que deciden seguir el camino del arte. Eso es apoteósico”, destaca Matheus.

Los aplausos abundaron y los ¡bravos! también. Las sonrisas aprueban la sonoridad virtuosa de los muchachos.

El repertorio fue tan variado y florido como nuestro país, una clara muestra del crecimiento orquestal y coral que tenemos, lo que nos coloca entre las naciones con gran apreciación por la música sinfónica.

Contreras, el director, al presentar al Ensamble Alma Llanera, una de las siete agrupaciones desplegadas ese día, recuerda a otro maestro, Freddy Padrón, responsable de extender El Sistema en la Costa Oriental del Lago y su gusto “incansable por defender la música venezolana. Eso nos impacta”.

Y sigue el director evocando a este maestro, más cuando el ensamble lleva su nombre. “Él decía: ´nosotros estamos para crear buenos ciudadanos, si nos salen buenos músicos, ¡la pegamos!´.

Las palmadas llovieron ante la afirmación del recordado maestro Padrón.

Cada acto tejido finamente para la audiencia deseosa de embriagarse de buena música y escuchar las voces con canto celestial. Es inevitable, el público, corea, entona y da oportunidad de chanza a la profesora y directora del coro, Elianny Somoza, de advertir “por ahí escuché, hay buenos prospectos, tienen oído”.

De entre los momentos, de tantos especiales en este inusual viernes, uno augura próximos logros. Se vio un abreboca de la preparación que el coro está haciendo con la vista puesta en lograr otro Récord Guinness y, revivir la experiencia que ya se tiene el 2021, cuando se logró el récord como la Orquesta más grande del mundo.

Y la risa fluye…

La formadora académica integral María Daniela Villasmil, y una de las jóvenes que avanza en la dirección dentro de El Sistema, en el núcleo Lagunillas, habla con fluidez de las posibilidades que dan. “Para nosotros esta es una puerta para oportunidades en la vida, entonces, cada vez que se presenta la oportunidad de hacer música y, en un día como hoy, y para él (maestro Abreu), siempre lo llevamos con mucho orgullo bien enaltecido y haciendo nuestro mejor esfuerzo para cumplir con las expectativas y los valores que él nos inculcó en su momento”.

Con prestancia se le vio a ella, Villasmil, guiar la Fuga Criolla con la orquesta de cuerdas. “Es un formato más pequeño, que nunca había abordado y pues siempre es un reto esas cosas nuevas, muy agradecida con mi maestro por la oportunidad y agradecida de pasar del atril a la dirección, porque es una obra que toqué hace mucho tiempo”.

Otro formador, Esteban Oquendo, de la cátedra de Flauta, también dirigió, en su caso, el conocido Himno de la Alegría. “También hay que enseñar que es el cuarto movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven. Este es un arreglo para una orquesta adaptada a nuestro requerimiento y, en este momento, es de gran satisfacción, porque no solamente, me toca dirigir la orquesta, me toca dirigir el coro. Es un mayor aprendizaje para mí y para la misma orquesta. Es un ganar y ganar”.

Sabiéndose privilegiado por estar entre el público, Jhonathan Camacaro, representante de Misión Cultura en el municipio Lagunillas, elogia el concierto y la labor del núcleo. “Hemos presenciado una maravillosa jornada, siempre he estado cerca de El Sistema y, sé que cada uno invierte un esfuerzo increíble para continuar elevando el alma con la música. Me siento contento de estar y presenciar este hermoso concierto. Mi abrazo para la profe Eliangely, para el director Emilio y para la señora Carmen, les recuerdo con cariño”.

La noche cubrió a los asistentes y la Orquesta, se despidió a su estilo, tocando, cantando y con el “baile”, el toque venezolanísimo, que distingue a El Sistema en el mundo. Felicitaciones, el maestro Abreu, seguramente, les habría aplaudido de pie.

 

 

 

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