POR: FRANCISCO J. ARIAS CÁRDENAS
El acuerdo indispensable, para convivir respetando diferencias, debe imponerse sobre la amenaza externa y la confrontación que los insensatos pregonan para Venezuela.
La insistencia del Presidente Maduro en el diálogo, la firmeza con que lo plantean voces serias de la comunidad internacional, la comprensión por parte de la mayoría del pueblo venezolano va empujando los acontecimientos en la dirección del acuerdo urgente para la sobrevivencia del país. El predominio de la razón sobre la fuerza es vital para la convivencia. El respeto al otro, a sus pensamientos, es esencial.
Acuerdos que se basen en principios que son comunes al fin nacional establecido en la constitución, a las ideas universales de la humanidad, y a su concreción en una patria latinoamericana, libre y solidaria con la historia nuestra. Acertadamente el Presidente ha planteado colocar todos los temas sobre la mesa.
Nuevas realidades tiene Venezuela y tienen los países del mundo para estos años, del final del siglo XX y los inicios del XXI. Los cartabones de finales del 1900 y las prácticas de entonces realizadas por el bipartidismo, la idea de retornar a ellas, son sueños del pasado.
Todos estamos obligados a trabajar y construir en la nueva realidad económica y política de Venezuela. El trabajo creativo, la producción de riquezas, la superación del rentismo petrolero inviable.
Los revolucionarios a su vez tenemos el compromiso de hacer válida y fuerte la vigencia de nuestros planteamientos de carácter social en el afecto de la mayoría de nuestro pueblo. Con vida digna, con convicción plena, con ejemplo de ética ciudadana, así es como construiremos la hegemonía que ha de manifestarse en la opinión libre y afectiva de los venezolanos.
Libre de amenazas de intervenciones y decisiones insensatas ha de ser el diálogo.
El objetivo del acuerdo es la vida, es el trabajo conjunto que nos permita al fin ser la patria fuerte y amada que nos cobije a todos, diferentes, en paz y tranquilidad. Sencillamente vale la pena que lo hagamos y que apostemos juntos a la Patria.
FRANCISCO J. ARIAS CÁRDENAS
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