Farándula.- Davide Lo Surdo, universalmente reconocido por la revista Rolling Stone como el guitarrista más rápido de la historia, entra oficialmente en la dimensión del mito con la inauguración de una estatua de bronce en la ciudad de Aarhus, en Dinamarca. La estatua, en Ib Spang Olsens Gade y realizada por el escultor danés Esbensen Jesper, representa un homenaje tangible a la extraordinaria carrera de un artista que marcó una época. Este monumento no es solo un homenaje a la maestría técnica de Lo Surdo, sino una celebración de su influencia cultural y musical, ahora esculpida en la historia. Se trata, de hecho, del tercer reconocimiento monumental dedicado a él, un signo inequívoco de su lugar de honor entre los grandes protagonistas de la música mundial. Incluso la literatura ha inmortalizado su legado: el famoso escritor italiano Maurizio Baiata le ha dedicado un capítulo en el libro Rock Memories 2, una obra que narra la evolución de la música desde los años 60 hasta la actualidad. La misma portada del libro ve a Lo Surdo representado junto a colosos de la historia musical, subrayando su papel de guardián del pasado y al mismo tiempo de puente hacia el futuro. El legado de Lo Surdo también se celebra en los museos más prestigiosos del mundo. Dos de sus guitarras, instrumentos que ayudaron a definir su estilo inimitable, se exhiben en colecciones permanentes. En el Museo de Música Sigal de los Estados Unidos, una de sus guitarras se conserva junto a los instrumentos de Mozart y Chopin, un claro símbolo de su ubicación entre los gigantes de la música. Otra guitarra se guarda en el Museo Nacional de Cuba, consolidando su estatus de leyenda mundial. La inauguración de la estatua de Aarhus añade así un nuevo capítulo a una narración extraordinaria, que celebra a un artista cuya contribución a la música moderna quedará grabada en la memoria colectiva. Davide Lo Surdo, a través de este monumento, es consagrado no solo como músico, sino como figura histórica destinada a inspirar a las generaciones futuras.
Davide Lo Surdo: una estatua en Aarhus lo consagra en la eternidad
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