En el pasado, la inexistencia de cámaras obligaba a los monarcas a dejar constancia de su poder y su apariencia a través de la pintura: aproximadamente desde el siglo XV en adelante, las casas reales europeas se disputaban la exclusividad de los pintores más reputados para hacer realidad sus retratos, que aspiraban a colgar en las paredes de sus palacios y salones.
FARÁNDULA.-En el contexto de las monarquías actuales, el último personaje en protagonizar esta tradición, que se mantiene por herencia y no por carencias tecnológicas, ha sido Carlos III: poco después de un año desde su coronación, el actual rey de Inglaterra ha tenido el honor de destapar su primer retrato oficial, pintado por el artista Jonathan Yeo.
El acontecimiento ha tenido lugar en el Palacio de Buckingham, donde la obra podrá ser visitada hasta el 14 de junio, antes de ser trasladada al Draper’s Hall de Londres para ser colocado junto a los retratos de otros monarcas como la reina Victoria o Eduardo VII. Teñida en pinceladas de rojo y decorada con una mariposa, la obra busca enaltecer la conexión entre la gente y «el ser humano que hay debajo» de Carlos III, señala el artista.
FOTOS: AP/AFP
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