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EL ABRIGO DURANTE LA TORMENTA

por Mileydi Piña
NILMARY BOSCAN

POR: ABOG. NILMARY BOSCAN MALDONADO

Los seres humanos somos seres sociales, necesitamos relacionarnos con los demás e interactuar a través de nuestras emociones. La familia es el primer refugio de toda persona, si como también nuestras amistades que se convierten en hermanos de la vida.

Cuando nos asaltan los problemas sin duda alguna, necesitamos el auxilio, el apoyo y la solidaridad de quienes nos rodean para remar con fuerza en contra de la corriente.   El afecto de nuestros seres queridos es crucial para afrontar cualquier vicisitud, pues en la unión está la fuerza. Al final del día el acompañamiento ante los sacudones de la vida, blinda de seguridad, soporte emocional, además de experimentar alivio y fuerza para avanzar.

Un abrazo, un sabio consejo, orar, una palabra de aliento o estar presente son algunas de la forma de apoyar a quien esté pasando por una dificultad. El acompañamiento resulta ser la medicina ideal durante las tormentas de la vida, jugando un papel fundamental la familia y los amigos durante el duro proceso, pues no hay nada más fortalecedor que contar con el otro.

La empatía forma parte de ese abrigo durante la tormenta, porque a través de esa virtud nos sensibilizamos desde la situación del otro, entendiendo sus emociones y la perspectiva con la que visualiza el camino que está atravesando. La escucha activa es una de las habilidades más importantes para promover la empatía y la comprensión durante la resolución de conflictos. La escucha activa significa prestar toda la atención a lo que dice la otra persona, sin interrumpirla, juzgarla o descartarla. La empatía ayuda a ver la situación desde otra óptica, la del otro, hay personas que la utilizan con facilidad y otras no están tan habituadas.

La solidaridad aflora en los tiempos de crisis y nos pone a prueba.  Las crisis son amplias y aunque sean sociales, económicas o de salud, ponen en evidencia la inequidad que existe entre los que tienen menos capacidad para superarlas y los que tienen los recursos suficientes para enfrentarlas, es en esos duros momentos, donde la compasión que nace del amor nos lleva a la acción de actuar para responder a favor del prójimo, desde la sensibilización.

En la unión esta la fuerza, la fe garantiza la victoria y la oración es el escudo contra todo mal, además de que juntos podemos caminar para apoyar desde el amor a quien esté pasando por una dificultad. Problemas tenemos todos, algunos más grandes que otros y en  momentos de angustia y soledad sentirse apoyado alivia todo dolor. El calor humano de nuestros seres queridos nos llena de fuerzas para seguir adelante y enfrentar la adversidad. “Una mano lava la otra y las dos lavan la cara”. Este refrán destaca la necesidad de ayudarse unos a otros para conseguir las cosas, al tiempo que recuerda la obligación de corresponder a las ayudas que nos prestan. Se refiere también al alivio o a la ventaja de que alguien nos apoye.

Algunos problemas tienen solución, pero otros no, siendo desafiantes más no insuperables. Adoptando enfoques como la resiliencia, la aceptación y la búsqueda de significado, podemos enfrentar la adversidad con coraje y determinación. Al aceptar la realidad, buscar apoyo y mantener una actitud positiva, podemos encontrar significado y propósito en el proceso de enfrentar los desafíos, transformando así los problemas en oportunidades para el crecimiento personal.

“JUNTOS SOMOS MAS FUERTES”.

Abog. Nilmary Boscan Maldonado

 

 

 

 

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