POR: ALFREDO GONZÁLEZ
Trabajador Petrolero
Este año conmemoramos 57 años del fusilamiento de Ernesto Guevara, conocido como el “Che”, capturado por el ejército boliviano en la quebrada del Yuro el 8 de octubre de 1967 y ejecutado al día siguiente, el 9 de octubre de 1967, en la escuela de la pequeña aldea de La Higuera. Con su muerte se intentó ultimar la gesta de los movimientos revolucionarios en Latinoamérica y el mundo.
El “Che” nació en 1928 en Rosario, Argentina, y desde muy pequeño manifestó su ideología progresista y sus inquietudes por las desigualdades sociales que reinaban en los países de Latinoamérica.
Desde su adolescencia mostro una insaciable curiosidad política, aunada a un persistente espíritu militante y aventurero; y se acercó al marxismo por la indignación social ante las desigualdades que se vivían en los países latinoamericanos, que lo convirtió en un “revolucionario auténtico”.
Convencido de que la revolución era la única solución posible para eliminar las injusticias sociales existentes en Latinoamérica y fiel a su convicción política, lo llevo a participar en la revolución cubana, donde luego del triunfo de la misma, logro ocupar cargos importantes en el gobierno revolucionario que se instauro en la Isla Caribeña tras el derrocamiento del régimen dictatorial de Fulgencio Batista el 1 de enero de 1959.
El “Che” fue una figura épica que desarrolló una teoría de la revolución latinoamericana y que anhelaba unificar a América Latina mediante la revolución armada. Fue artífice de la concepción del “hombre nuevo”, ejemplo de una nueva cultura, una nueva sensibilidad y nuevas alternativas de vida. Su legado recogido en sus discursos, artículos o ensayos; muestra la preocupación constante por el hombre y su conciencia, por los mecanismos para formarlo a nivel social o individual como revolucionario íntegro y cabal. En su ensayo “El socialismo y el hombre en Cuba”, muestra su convencimiento que la formación de una conciencia y una actitud nueva, distinta a la heredada de la sociedad capitalista; es necesario y determinante para la construcción del socialismo. Es un proceso dialéctico: el socialismo no se podría construir sin que se formara una nueva forma de ser y esa nueva forma de ser no puede existir en toda su plenitud si no es el socialismo. El “Che” escribe: «no puede existir socialismo si en la conciencia de las masas no se opera un cambio que provoque una nueva actitud fraternal frente a la humanidad, tanto de índole individual, en la sociedad que está construida o se construye, el socialismo «, y afirma que «el socialismo no se ha hecho simplemente para tener nuestras fábricas brillantes, se están haciendo para el hombre integral», el socialismo tendría que ser, en este sentido, no solamente productor de objetos de consumo, de materias primas, etc., sino que, en primer lugar, «productor de ‘hombres», es decir, debería producir hombres con una mentalidad y forma de ser acordes con los nuevos tiempos, lo cual lo llevaría a alcanzar ese «escalón más alto de la especie humana», que es el revolucionario.
El “Che”, médico de profesión; fue un personaje heroico de profunda exigencia ética, de espíritu espartano, un hombre de moral que defendía el imperativo de promover valores altruistas, un ferviente defensor de valores morales, ansioso por pasar a la acción con una inquebrantable fe en la revolución, dotado de una capacidad de sacrificio sobrehumana. La figura guerrillera del “Che” ha tratado se ser desnaturalizada por el sistema capitalista, al pretender convertir su icónica fotografía como una marca en tazas, franelas, llaveros, etc. y comercializarla como una mercancía capitalista. La legendaria fotografía de Korda, tomada durante el funeral de las víctimas de un atentado en La Habana en 1960, ha sido la “marca socialista”, considerada como un símbolo de rebelión y lucha contra la opresión colonialista y el imperialismo en el mundo.
A cincuenta y siete años de la muerte de Ernesto “Che” Guevara, sus ideas de tener una América Latina independiente, unida y socialmente justa; están más vigentes que nunca. A pesar de que tras su asesinato, surgieron regímenes dictatoriales en América Latina, los pueblos han recogido su legado e iniciado la senda antiimperialista, de su liberación y autodeterminación. La figura del “Che” sigue siendo uno de los personajes más influyentes del siglo XX, así como una personalidad que encarnó en sus actos la lucha contra el imperialismo y la necesidad de que se respete la libertad de conciencia de todos los pueblos del mundo sin que otra nación se le imponga política, económica o militarmente.
En honor al líder revolucionario y médico Ernesto “Che” Guevara, el Comandante Supremo Hugo Chávez decreto celebrar el 8 de Octubre como el “Día del Médico Integral Comunitario”, mostrando con orgullo ese ejército de batas blancas que siguiendo el ejemplo del “Che” va a las comunidades a cumplir pequeños actos heroicos todos los días protegiendo y aliviando a un pueblo que se enfrenta a la agresión imperial.
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