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El Cronista: Guardián de la Historia y la Memoria

El 20 de mayo de 1895 nació en la ciudad de Valencia, hace ya 130 años, Enrique Bernardo Núñez, periodista, historiador, escritor y autor de la Ciudad de los Techos Rojos y Cubagua, entre otras obras literarias; acontecimiento que llevaría en el año 1986, a los participantes de la Convención Nacional de Cronista realizada en la ciudad de Punto Fijo, a aprobar una resolución que designa cada 20 de mayo como el Día Nacional del Cronista

por Noris Hernández
El Cronista

Cabimas.- Cada 20 de mayo, Venezuela rinde homenaje a una figura clave en la preservación de su identidad: el cronista. Estos guardianes de la historia, cuyas narraciones cargadas de pasión por el pasado, han sido los encargados de documentar el latir de los pueblos, la evolución de su infraestructura y la esencia de su gente.

El cronista no solo recoge fechas y datos, sino que teje relatos que dan vida a los recuerdos colectivos. Con ojos de observador y corazón de letrados, transforma sucesos en narraciones que resisten el paso del tiempo. Sus escritos son ventanas al pasado y puentes hacia el futuro.

En cada rincón de Venezuela, hay una historia que merece ser contada: un pueblo que se funda, una plaza que ha sido testigo de generaciones, un personaje cuya voz dejó eco en la comunidad. Y es el cronista quien se encarga de que estas memorias no se desvanezcan con el pasar del tiempo.

Enrique Bernardo Núñez el cronista mayor

Para entender la historia detrás de este día, nos recuerda el profesor universitario Dionisio Brito, cronista del municipio Cabimas, que el 20 de mayo de 1895 nació en la ciudad de Valencia, hace ya 130 años, Enrique Bernardo Núñez, periodista, historiador, escritor y autor de la Ciudad de los Techos Rojos y Cubagua, entre otras obras literarias; acontecimiento que llevaría en el año 1986, a los participantes de la Convención Nacional de Cronista realizada en la ciudad de Punto Fijo, a aprobar una resolución que designa cada 20 de mayo como el Día Nacional del Cronista.

También refiere Brito, que fueron los miembros del Concejo Municipal del Distrito Federal, en el año 1945, al convocar un concurso público para designar el cronista de la ciudad de Caracas, cuyo jurado presidió Andrés Eloy Blanco, para la época concejal del Distrito Federal; quienes cimentaron un reconocimiento claro a quienes preservan la historia de los pueblos. Enrique Bernardo Núñez fue el ganador del concurso, para convertirse en el primer cronista del país.

Brito asegura que Enrique Bernardo Núñez es una palabra de eterna gratitud para los cronistas Aquiles Ferrer Vale, José Ramón Morales y Pedro Estrada, que, en su momento, llevaron adelante la misión de compilar y divulgar la crónica de Cabimas.

“Las competencias del Cronista que tienen la misión de compilar y divulgar la historia local, están previstas en los artículos 123 y 124 de la Ley Orgánica del Poder Público Municipal”, agregó el profesor Brito.

Dionisio Brito sostiene con orgullo, que es un alto honor para él contribuir con un aporte significativo en la tarea de preservar la memoria colectiva de Cabimas.

“Somos testigos de la evolución de la humanidad”

Como cronista de Lagunillas, expresa el profesor Francisco Chávez, “soy guardián de la memoria colectiva. Mi labor es documentar los acontecimientos, capturar la esencia de cada momento y preservar la historia para que las futuras generaciones comprendan su pasado”.

Indicó Chávez, que, a través de la observación y el relato, los cronistas construyen un puente entre el ayer y el hoy, asegurando que los hechos, las voces y las experiencias no se pierdan en el tiempo.

“Desde los antiguos cronistas de la conquista hasta los escritores modernos, quienes ejercemos este oficio nos convertimos en testigos de la evolución de la humanidad. Cada palabra que escribo es un esfuerzo por mantener viva la identidad del Municipio Lagunillas, para que su legado perdure, porque la historia de un pueblo es su esencia, su memoria y su voz en el tiempo”, sentenció el profesor Francisco Chávez.

“Estamos en contacto con nuestras raíces”

Reyber Parra, cronista de Maracaibo, destaca con orgullo que “ser Cronista oficial de un municipio consiste en preservar la memoria de nuestros pueblos, ponerlos en contacto con sus raíces, servir de puente entre el presente y el pasado, además de contagiar a todos la pasión por la historia”.

Se atrevió a ir más allá de la esencia de ser cronista y agregó, que se trata de una labor muchas veces incomprendida y poco valorada, pero determinante para la siembra de la identidad.

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“Nuestra tarea es investigar, compilar y preservar historias”

Por su parte Juan de Dios García, cronista del municipio Baralt, enumeró las obligaciones de un historiador que cumple las funciones de cronista, indicando que el cronista tiene como tarea investigar, recopilar y resguardar la historia de una región en este caso de un municipio o de un estado.

“En Venezuela existen cronistas municipales escogidos por las Cámaras Municipales, es decir, por el cuerpo legislativo o los concejales de una entidad. En mi caso específico, fui nombrado cronista el 24 de febrero del 2021, luego del fallecimiento del profesor Manuel Pérez Gil, quien ostentaba el cargo oficial de cronista del municipio”, explicó.

García se mostró excesivamente orgulloso de suceder a su colega Manuel Pérez Gil, agregando que toda su vida la ha dedicado a recopilar, investigar y publicar historias de los pueblos baraltenses.

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“El contacto con la gente es nuestra herramienta principal”

Neosoti Núñez, cronista del municipio Santa Rita, adicionó al significado de esta gran labor, que un cronista, como el encargado de registrar hechos importantes de las comunidades y sus integrantes, basa su trabajo en el interés que puedan tener para la memoria de los pueblos los acontecimientos que reseña.

“El contacto con la gente es la herramienta más necesaria para un buen cronista, porque es a través de sus testimonios que puede realizar un recorrido por sus vivencias, para lograr de esta manera honrar hechos del pasado, importantes para el rescate de aspectos relevantes de la idiosincrasia, costumbres y valores de los pueblos, preservándolas en el presente para que se mantengan en el futuro”, destacó Núñez.

“Hombres y mujeres dedicados a remover los recuerdos”

El cronista del municipio Miranda, Julio Franco, además de hacer énfasis en la tarea de investiga, recabar y registrar los hechos de mayor trascendencia de sus comunidades, como función primordial de un cronista, agregó que preservar la memoria colectiva y el patrimonio humano de los diversos espacios municipales, es la esencia de esta labor.

“Los cronistas son hombres y mujeres dedicados a remover los recuerdos para lograr la comprensión del pasado y del presente. Son custodios de la memoria histórica de los pueblos, defensores de sus valores y hábitos sociales, de sus costumbres y tradiciones”, acotó Franco.

Franco sostiene que el cronista tiene en sus manos una patriótica labor a veces mal comprendida y poco valorada, pero de innegables e infinitos méritos, porque moldea la conciencia de los pueblos a través de la defensa de sus valores y acervo cultural.

“Somos descodificadores del significado social de los pueblos”

La historiadora del municipio Valmore Rodríguez, Elimary Aguilar, quien también llegó a ocupar el cargo de cronista de la entidad, nos invita a recordar en este día al doctor Egli Dorantes, quien fuera el primer cronista de Valmore Rodríguez y primer miembro de número representando a la Costa Oriental de Lago en la Academia de la Historia.

Indicó Aguilar que Dorantes en su libro «Entre Crónicas y Cronistas» publicado por la Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt en el año 2017, esboza con claridad el significado de esta labor intrínseca en las raíces históricas de los pueblos.

“En este oficio han nacido hermandades por encima de nuestros prejuicios individuales, estas dignifican de nuestra visión humana. Entre ellas, la figura imborrable de Guillermo de León Calles en medio de su falconía, Manuel Pérez Gil, Mene Grande, y esa visión de luchas e historias, mezcladas con un proceso social muy complejo, lo cual amalgama unas crónicas muy particulares”, relata en su libro Egli Dorantes, haciendo gala de esas crónicas frescas, con sabor a barroco, muchas de ellas sutiles y poéticas, que emergen del pueblo.

Acota Aguilar, que el oficio de Cronista es tan antiguo que su mejor referencia podemos tenerlas en las Santas Escrituras. “Son los libros de Crónicas I y II el mayor reflejo de que sólo aquellos que se ocuparon por escribir los hechos del pasado, permiten en el presente ofrecer una lectura de cuáles son las raíces del pueblo de Dios. No, por ende, a manera Universal todas las monarquías sostienen que los hombres de confianza de todo rey es su hombre de armas y su Escriba (Cronista)”.

“Quien ejerce como Cronista se adentra tácitamente en los paradigmas cualitativos de la Investigación. Pues no solo basta con recopilar información y analizarla para comprobar su veracidad, sino que entra en juego la interpretación y el criticismo de las historias que se reciben. Implica además el adentrarse en la cultura y las creencias de los actores, decodificando los significados de lo social en los pueblos”, manifestó Aguilar.

Aunado a eso, prosiguió Aguilar, a los Cronistas se les exige el uso de la narrativa y recursos literarios para poder dar vida a la historia y a sus personajes. Tomando en cuenta, además, que se escribe para todos, por lo que el relato no puede ser burdo, pero tampoco rebuscado.

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La importancia de preservar la historia

Este día, cuando los contadores de historia celebran con júbilo el desempeño de una labor fundamental para la preservación de la memoria histórica y cultural de los pueblos, no olvidemos que, desde tiempos coloniales, los cronistas han sido clave en el desarrollo de los pueblos al ser los encargados de documentar los acontecimientos, costumbres y tradiciones de las comunidades, asegurando que la identidad social y cultural de la humanidad se mantenga viva a través de generaciones.

También recordemos que estamos frente a los protagonistas de una labor que no se limita a la recopilación de datos, sino que también interpreta y da sentido a los relatos históricos en el contexto actual. En muchos casos, los cronistas han sido testigos de transformaciones sociales y políticas, dejando registros valiosos de estos acontecimientos, que permiten comprender la evolución de una nación.

Además, la figura del cronista ha sido reconocida en la legislación venezolana, estableciendo su responsabilidad en la documentación y conservación de la historia local. Su trabajo es esencial para fortalecer el sentido de pertenencia y orgullo en las comunidades, contribuyendo a la construcción de una identidad nacional sólida.

Hoy, celebramos su labor con gratitud y admiración. Porque gracias a ellos, nuestra historia no es solo un puñado de recuerdos dispersos, sino un tejido vibrante que une a la nación. ¡Feliz Día Nacional del Cronista!

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