JULIO PORTILLO
Ha sido característica de la dictadura chavista que ha destruido el país desde hace veinte años, no solo acabar con su economía, medios de producción y de comunicación, instituciones, educación y salud, sino cambiar la historia.
Nos han sustituido la imagen del Libertador Simón Bolívar, el caballo del escudo, los uniformes militares, la moneda, las fechas patrias, academias, cronistas y en el Zulia han pretendido cambiar el nombre de ciudades. Siguen el patrón soviético, que le quitó el nombre de San Petersburgo a la ciudad de los zares y le puso Leningrado.
Ahora el Alcalde Casanova de ignorancia delirante y limitado de horizontes, la emprende contra el Escudo de Armas de Maracaibo, otorgado por el Rey Felipe IV de España, el 29 de junio de 1634 y prestigiado con la frase de “muy noble y leal”, por solicitud –nada más y nada menos- que por uno de los hijos que más ha querido esta tierra, José Domingo Rus, quien le pidió esta distinción a las Cortes de Cádiz n 1813.
Al adelantar este despropósito Casanova y su corte de aduladores, desconoce el trabajo que llevaron a cabos zulianos y españoles ilustres, para encontrar la data de este escudo, felizmente readaptado por el Concejo Municipal de Maracaibo en 1965.
La ocasión es propicia para rendir homenaje a quienes se propusieron este propósito: Don Manuel Belloso, Fernando Guerrero Matheus, Ángel Francisco Brice, Agustín Millares Carlo, Raúl López Rivero, Manuel Méndez Fuenmayor, Ricardo Magdaleno, Matice Vega Guerrero, Henry Villalobos y la Institución Zuliana de Caracas.
Con este despropósito, Casanova se ha hecho reo del decreto municipal de 1965 que dice: “El que de alguna manera ultraje o menosprecie el Escudo de la Ciudad, será castigado con multa o arresto”.
Hay que cuidar la memoria porque como dice Juan Vásquez de Mella: “Los pueblos se enlazan con la muerte, el día que se divorcian de su historia”.
Cronista Emérito de Maracaibo