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El miedo invade a familiares de detenidos en redadas del ICE

Jornaleros agrícolas han abandonado campos por miedo, lo que afecta la producción y el PIB local, sin creer en las supuestas intenciones de Washington de dejarlos trabajar en paz.

por Noris Hernández

Internacional.- Desde junio de 2025, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha intensificado sus operativos en zonas con alta población migrante, especialmente en California, Texas y Florida. Esto ha provocado una ansiedad generalizada en muchas familias que viven con el temor constante de ser separadas. Niños evitan ir a la escuela y adultos dejan de asistir al trabajo o a eventos comunitarios por temor a ser apresados.

Pese a que esta medida represiva ha generado un impacto económico significativo en los comercios latinos en ciudades como Los Ángeles, donde se han reportado caídas drásticas en ventas; la administración Trump no cede ni un milímetro, y cada vez los casos de detenciones en los lugares de trabajo, sitios públicos y hasta juzgados, están a la orden del día.

Jornaleros agrícolas han abandonado campos por miedo, lo que afecta la producción y el PIB local, sin creer en las supuestas intenciones de Washington de dejarlos trabajar en paz.

Por otra parte, la salud mental del migrante se ha visto muy afectada, según lo refieren psicólogos consultados, que reportan un aumento de casos de depresión, estrés postraumático y aislamiento social, especialmente en niños que temen perder a sus padres.

Asimismo, la cancelación de eventos como las pasadas celebraciones del 4 de julio que fueron suspendidas en varias ciudades por temor a redadas o la escasa asistencia a los estadios donde se celebra el Mundial de Clubes, lo que refleja un nivel de tensión social bastante alto en la población migrante.

“El Alcatraz de los caimanes”: símbolo de disuasión y controversia


Como si la presión de la persecución constante y férrea de los funcionarios del ICE fuera poco, ahora se suma una nueva amenaza que hace añicos la estabilidad social y emocional de los migrantes sin estatus de permanencia en los Estados Unidos: el Alligator Alcatraz.

Un nuevo centro de detención, inaugurado por el presidente Trump y el gobernador DeSantis, y que está ubicado en los pantanos de los Everglades, Florida. Su diseño y ubicación han generado fuertes críticas.

El centro está rodeado de caimanes y fauna salvaje. Solo hay una vía de entrada y salida, lo que lo convierte en un lugar prácticamente inescapable. Puede albergar hasta 5.000 migrantes. Se instalarán jueces migratorios “in situ” para acelerar deportaciones en 48 horas.

Las críticas por deshumanización de activistas y líderes políticos no se han hecho esperar, y han denunciado que el centro busca infundir miedo más que administrar justicia. Trump incluso bromeó diciendo: “Les vamos a enseñar a huir de un caimán”.

Los ambientalistas también han hecho su tarea de reclamos, denunciando que se violaron normativas para construir el centro en un área protegida con un gran impacto ambiental y legal.

El recrudecimiento de las políticas migratorias está generando un clima de terror psicológico, desarraigo y desconfianza institucional. La apertura del “Alcatraz de los caimanes” no solo representa una estrategia de control, sino también un mensaje simbólico de exclusión y castigo.

Una comunidad indefensa legalmente bajo asedio

Mientras el miedo invade a cada migrante amenazado por las deportaciones masivas o de ir a parar en el inhóspito nuevo Alcatraz; en un edificio federal de inmigración en el centro de Los Ángeles, custodiado por marines de Estados Unidos, hijas, hijos, tías, sobrinas y otros se dirigen a un garaje subterráneo y hacen fila en una puerta con un timbre al final de una escalera sucia y oscura.

Es aquí donde las familias, algunas con abogados, vienen a buscar a sus seres queridos después de que fueran arrestados por agentes federales de inmigración.

Según un reporte de la AP, publicado en los medios digitales, para los inmigrantes sin permiso de residencia que son detenidos en esta parte del sur de California, su primera parada es el centro de procesamiento de Inmigración y Control de Aduanas en el sótano del edificio federal. Los funcionarios verifican su identidad y obtienen sus datos biométricos antes de transferirlos a centros de detención. Arriba, los inmigrantes hacen fila alrededor de la cuadra para otros servicios, como solicitudes de asilo y de tarjetas de residencia.

En un día reciente, docenas de personas llegaron con medicamentos, ropa y la esperanza de ver a su ser querido, aunque solo fuera brevemente. Después de horas de espera, muchos fueron rechazados sin noticias, ni siquiera la confirmación de que su familiar estaba adentro. Algunos transmitieron testimonios de condiciones horribles en el interior, incluyendo reclusos que tienen tanta sed que han estado bebiendo del inodoro. ICE no respondió a las solicitudes de comentarios enviadas por correo electrónico.

Hace apenas dos semanas, los manifestantes marcharon alrededor del complejo federal tras redadas agresivas en Los Ángeles que comenzaron el 6 de junio y no han cesado. Insultos garabateados sobre el presidente Donald Trump aún marcan las paredes del complejo.

Los arrestados son de distintos países, como México, Guatemala, India, Irán, China y Laos. Aproximadamente un tercio de los 10 millones de residentes del condado son nacidos en el extranjero.

Al enterarse de los arrestos, los familiares los buscan en línea en el Localizador de Detenidos de ICE, pero no todos tienen la suerte de encontarlos en esas listas, otros intentan llamar al ICE sin éxito.

Muchas familias se enteraron de los arrestos por vídeos que circulaban en las redes sociales que mostraban a agentes enmascarados en estacionamientos de locales Home Depot, en lavaderos de autos y frente a puestos de tacos.

Alrededor de las 8 de la mañana, se puede observar cuando comienzan las visitas de abogados, algunos abogados tocan el timbre de la puerta del sótano llamada «B-18» mientras las familias esperan nerviosas afuera a recibir cualquier atisbo de información.

El mayor temor de los familiares es que en lugar de ser enviado a su tierra natal de Guatemala, sea deportado a otro país, algo que la Corte Suprema recientemente dictaminó que estaba permitido.

Texto/Noris Hernández

Con información de AP

Fotos/WEB/AP

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