POR: ABOG. NILMARY BOSCÁN MALDONADO
El miedo es una emoción normal que nos ayuda a identificar, advertir, proteger y alertar sobre circunstancias peligrosas que pueden afectarnos. Por ejemplo: Si cruzas una avenida peligrosa no te vas a lanzar a las primeras. Antes, te detienes, observas y analizas bien el momento indicado para hacerlo. Es decir, primero buscarás protegerte. Si visitas un zoológico y hay un hermoso león tu primera reacción es el miedo a que te coma vivo, por eso, previenes cualquier riesgo mirando al hermoso animal desde lejos, por ello el miedo es una emoción natural que se caracteriza por experimentar una sensación desagradable e intensa ante la percepción de un peligro real o imaginario. Es una alarma mental para proteger la integridad.
Sin duda alguna el miedo es una reacción natural frente a eventos peligrosos, pero se convierte en algo negativo cuando no puedes dejar de pensar en lo que te asusta, si está interrumpiendo tus actividades diarias de manera que no te deja fluir o te paraliza. No actúas porque constantemente piensas que algo malo va a suceder o no decides porque das por sentado que no te van a salir bien tus proyectos y así poco a poco dejas de vivir dando cada vez más espacio al miedo.
El miedo que ocupa tu mente obstaculiza la confianza en ti mismo y en todo ese poder interno que llevas dentro cargado de virtudes, ingenio, creatividad y talentos para alcanzar tus metas. Es un freno que solo tú puedes liberar para recorrer el camino e intentarlo una y las veces que haga falta, siempre vale la pena arriesgarse y accionar. Puede ser que resulte o no, lo importante es tocar la puerta y sentir la satisfacción de haberlo hecho y la garantía de obtener un aprendizaje que permitirá impulsarte con mayor conocimiento y experiencia, porque para eso existen los errores para aprender. Obviamente hay que analizar cada paso con responsabilidad y prudencia, pero detenerse en el miedo no es una buena opción.
Si no te mueves porque el miedo carcome tu mente no vas a salir de tu zona de confort, viviendo en lo mismo, con ganas de surgir, pero estancado. Mientras más espacio le cierres al miedo mas vas a tener para llenarlo de sueños convertidos en realidad.
“El miedo ha matado más sueños que el fracaso mismo» es una frase de Susy Kassem, autora, poeta, filósofa y directora estadounidense de origen egipcio. La cita la encuentras en su libro «Rise Up and Salute the Sun» (“Levantante y saluda al sol”).
Vivir en el miedo es estar en oscuridad, pero atreverse al cambio es comenzar una carrera de luz que va a tener un propósito de evolución, no será soplar y hacer botella, hay trabajo que hacer, pero cuando entres en esa fase de cambio y decidas saltar en ese “trampolín” de la vida, lo más seguro es que no vas a querer soltar ese sentimiento de éxito, bienestar y progreso. Y cuidado con quienes alimentan tu miedo, siempre confía en ti, porque quien persiste tiene como recompensa sus logros. Por miedo se pierden muchas cosas importantes, tirar la toalla antes de tiempo solo trae pérdidas.
Santa teresa de Ávila dijo: “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta solo Dios basta”.
Gestionar el miedo es fundamental. No te vas a lanzar al vacío a ver qué pasa, eso sería un acto irresponsable, pero si puedes identificar tus preocupaciones para buscar soluciones. Cuando llegue, simplemente observa detenidamente cuál es el factor que detona el miedo, analiza tus pensamientos en especial aquellos que sobrevienen a tu mente para trabajar en entender, ocuparse, afrontar y encarar el miedo para trabajar en ello, la ayuda psicológica es una excelente elección.
Se pierde mucho por no confrontar al miedo, grandes oportunidades, sueños, proyectos, esa conversación importante, amores, trabajos, y pare de contar. La magia sucede cuando decides ser valiente y salir de las sombras.
Recuerda, el miedo es una emoción poderosa que puede paralizarnos o – bien canalizado – impulsarnos a tomar decisiones más informadas y valientes. No permitas que el miedo destruya tus sueños antes de siquiera intentarlo.
Siempre es bueno buscar apoyo psicológico quien previa evaluación podrá brindarte herramientas para superarlo.
Nunca pierdas la fe.
Abog. Nilmary Boscán Maldonado
–