POR: DR. PEDRO DUARTE
Cada segundo que pasa de esta hermosa vida, nos invaden las terribles noticias de cantidades de conflictos generados a nivel mundial, muchos de ellos de carácter bélico, con terribles consecuencias para las partes en conflicto, pues Soy del criterio que ante estos acontecimientos conocidos como GUERRAS ninguna de las partes finalmente resulta ganadora, y muy por el contrario creo que es mucho lo que se pierde, naciendo heridas nada fáciles de sanar con el tiempo.
Pero, ¿qué entendemos por Guerra? En su acepción básica se concibe como el enfrentamiento de grupos de carácter destructivo que supone la posibilidad de un enfrentamiento armado. Tiene como origen múltiples causas: cambio en las relaciones de poder, dirimir disputas económicas, ideológicas, territoriales (por cuestiones históricas y estratégicas), religiosas, recursos naturales, entre otros, incluso muchas veces una combinación de causas.
El gran filósofo Platón consideraba este hecho como la discordia (guerra) en el interior de una y otra parte es el mayor de los males posibles; por lo tanto, el objetivo de la política debe ser establecer la paz en el interior de la propia ciudad, paz que no se puede encontrar más que en una armonía basada en la justicia concebida como jerarquía.
Estas líneas no buscan hacer un tratado sobre la guerra, incluso sobre la filosofía de la guerra, pero sí crear conciencia de las terribles consecuencias que estas acarrean sin importar edad, sexo, religión, estrato social; como evidencia de estos, solamente tenemos que analizar los conflictos bélicos activos en estos momentos en diferentes partes del mundo.
La Primera Guerra Mundial (1914 – 1918), también denominada la Gran Guerra, fue uno de los conflictos más mortíferos de la historia y preparó el terreno para otra guerra mundial solo 20 años después. Fue tan terrible que dejó más de ocho millones de víctimas militares y 6,6 millones de víctimas civiles. Murieron casi el 60 por ciento de las personas que lucharon. Muchas más desaparecieron o resultaron heridas.
La Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945). Se estima que murieron unos 70 millones de personas, muchos de ellos civiles. La guerra también destruyó miles de pueblos y ciudades, y dejó a gran parte de Europa y Japón en ruinas. A finales de esta guerra (6 y 9 de agosto de 1945), se vivió el impacto devastador de los bombardeos atómicos en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, dos ataques nucleares ordenados por Harry Truman, Presidente de los Estados Unidos contra Japón; he allí la grandeza de un País que resurgió superando esta página oscura para ellos y para la humanidad, convirtiéndose en el Japón de hoy.
La Guerra Fría fue un conflicto político-ideológico que se desarrolló entre 1947 y 1991, entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Este periodo se caracterizó por la división del mundo en dos bloques, uno capitalista y otro comunista, y por la tensión permanente entre ambas superpotencias. Entre las consecuencias del final de la Guerra Fría, se encuentran: 1. Estados Unidos y la URSS acumularon gran cantidad de armas atómicas. 2. Estados Unidos se convirtió en la principal potencia del mundo. 3. La Unión Soviética se derrumbó debido a las debilidades económicas y otras razones que la historia deja bien claras.
En estos tiempos, ya se habla con propiedad de Guerra No-Convencional de Quinta Generación, de guerra cognitiva, incluso de Guerra No-Convencional de Sexta generación, la misma está basada en una guerra sin contacto mediante el uso de artillería de alta presión; también consiste en obligar al enemigo a que haga lo que uno quiere que haga sin que se dé cuenta de ello. Cada una de estas es para analizar de manera profunda en estos tiempos de tanta tecnología, pero me detengo en una que está destruyendo la humanidad sin hacer un disparo, me refiero a la Guerra Cognitiva.
¿Qué es la Guerra cognitiva? Consiste en desarticular el raciocinio cartesiano y reemplazarlo por uno que “parece” lógico, pero la verdad es que se trata de una representación manipulada de la realidad. Esta Guerra genera un impacto sobre los procesos cognitivos que se producen en la parte prefrontal del cerebro. Esta zona de nuestro cerebro donde se concentran ciertas acciones que resultan vitales para un pensamiento crítico y analítico, llegando a producir reacciones casi irracionales en algunos Seres Humanos sin encontrar ninguna explicación lógica de ello.
Una gran preocupación en cuanto a las Guerras, trayéndolo a los actuales momentos, es lo que corresponde al tema nuclear, pues Países como Rusia, Estados Unidos, China, Francia, Reino Unido, India, Israel, Pakistán y Corea del Norte, poseen arsenal nuclear y más del 80 por ciento del arsenal mundial de cabezas nucleares (desplegadas y no desplegadas) pertenecen a dos Potencias como son Rusia y Estados Unidos. Se calcula que hay más de 12121 ojivas o cabezas nucleares en manos de 09 Países. Esto nos lleva a redoblar los esfuerzos por la Paz, evitar a toda costa un conflicto de esta magnitud, pues de acuerdo a estudiosos en la materia consideran que en un mundo dividido, ante un conflicto nuclear donde se usase únicamente 1 por ciento, se desencadenaría una hambruna con impactos a nivel global que duraría unos 15 años. Esto analizándolo desde el punto de vista del medio ambiente y la escases de alimentos, con apenas el 1 por ciento. Con un mayor porcentaje de intervención nuclear de estos nueve Países, queda a nuestra imaginación las consecuencias para esta hermosa nave espacial llamada tierra y para los que en ella habitamos.
“Jamás ha existido una guerra buena, ni una paz que haya sido mala”
Benjamín Franklin
Dr. Pedro Duarte
Abogado
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