OPINIÓN

EL RESCATE DEL MONUMENTO

POR: JOSÉ LUNAR LIRA

Hace 30 años, el 1° de mayo del año 1992 se erigió en la plazoleta del Nuevo Juan de la Ciudad de Cabimas un monumento en homenaje al «trabajador petrolero». Fué una propuesta del para entonces Alcalde Hernán Alemán y al efecto se abrió un concurso donde fue seleccionada la maqueta del artista plástico Lucidio González.

La inauguración de tan importante obra de arte, fue un bautizo cultural para la Ciudad de Cabimas convirtiéndose desde ese momento en la referencia turística vía – internet para las urbes del mundo.

Escenificando realidades, si la estatua de la libertad es lustre para New York, la torre Eiffel en Francia, el Monumento al Trabajador Petrolero lo sería para Cabimas; tierra y cantera de grandes artistas que con sus talentos y espíritu creativo han trascendido las esferas nacionales, extrapolandose a latitudes internacionales.

Producto del cambio de sistema ocurrido en el año 1999, la actuación y conducta del venezolano dió un giro hacia una desvalorización humana, sociológica – cultural. El País empezó a sentir una conmoción social, dónde el concepto de vida e identidad patrimonial era la  antítesis del progreso. Las masas humanas ante hechos puntuales, se convirtieron en hordas salvajes bajo el amparo de la anarquía política.

Al efecto referimos, que en el año 2006 se cometió un culturicidio, entendiéndose como sinónimo de asesinato a la cultura. Inexplicablemente, luego de la resultante electoral de fecha 3 de diciembre del año señalado, un grupo de afectos a la ideología gubernamental pintó de rojo la majestuosa escultura que simboliza la representación del trabajador petrolero venezolano como fuerza expresiva del culto al trabajo. Indudablemente esta acción exacerbó el gentilicio cabimense por haberse atentado contra la originalidad y belleza de la obra. Luego de este hecho, en la gestión del anterior Alcalde al monumento le pintaron blanco los cuerpos, rojo los cascos y negro las botas convirtiéndolo en un verdadero «mamotreto»; una vergüenza sin precedente en la historia cultural de Cabimas. En la pasada campaña electoral un calificado grupo de movimientos culturales solicitaron al actual Alcalde Nabil Maalouf la restauración del Monumento al Trabajador Petrolero y el 1° de mayo el regalo que le dió a los trabajadores del Municipio Cabimas fue la exhibición de su restauración, con su color blanco, en su valor natural a la vista de Venezuela y el mundo. Después del reventón petrolero, el acto cultural más importante ha sido el rescate del monumento.

José Lunar Lira

Filósofo

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