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El Zulia no se doblega ante quienes intentaron destruirlo desde el poder

por Mileydi Piña
El Zulia no se doblega ante quienes intentaron destruirlo desde el poder

ZULIA.- Los zulianos todavía tienen fresco en su mente el mal recuerdo del tiempo que les tocó vivir durante uno de los períodos más ocursos de su historia, lleno del abandono, acecho, oprobio y maldad de un gobierno regional que se cegó, tapó sus oídos, calló y se dedicó a destruir, abandonar, entenebrecer y deprimir a sus casi 5 millones ciudadanos de esta productiva región, reconocida por su pujanza y espíritu de lucha inquebrantable de sus habitantes.

Desde la invasión a Maracaibo y Gibraltar por el pirata Henry Morgan en el año 1669, pasando por toma del cuartel San Carlos y Maracaibo en 1822 y su gobierno despótico del general realista Francisco Tomás Morales, incluyendo los enfrentamientos entre el general Venancio Pulgar y el presidente Antonio Guzmán Blanco, quien amenazó en convertir a la hoy capital del estado en una playa de pescadores y la Peste Española de 1918, el Zulia no había padecido de la oscuridad, desolación y abandono que la sumieron durante los últimos 8 años quienes se empecinaron en destruirla.

Este perverso afán de arruinar al estado más populoso, productivo y de mayor futuro en el país, lamentablemente contó con la colaboración, involuntaria o intencional, de personas en puestos de prominencia y responsabilidad política y social, quienes abandonaron su mandato otorgado por el pueblo y antepusieron sus interés y aspiraciones personales y políticas, a los padecimientos y necesidades más sentidas y urgente de los zulianos.

Los estragos y amargos recuerdos de la devastación aún siguen frescos en la mente y el corazón de la gente que los sufrió, como el terrible drama de los enfermos de renales, Cáncer, Covid19 y accidentes laborales, domésticos o de tránsito, entre otros, de quienes padecían o murieron de mengua frente a los hospitales y centro de salud sin medicamentos y severamente deterioradas sus áreas de asistencia.

Los niños y jóvenes que vieron interrumpidos su formación educativa por el mal estado de los planteles escolares, el desinterés gubernamental por garantizar planes y condiciones para el estudio y la crisis económicas que obligo a muchos alumnos a trabajar a temprana edad para ayudar a sus familias o emigrar fuera y dentro del país buscando mejores condiciones de vida.

El deterioro y ausencia de los servicios públicos básicos, como los constantes apagones y racionamiento eléctricos, escasez de agua por tuberías o su potabilización para el consumo humano, escasez de gas doméstico en bombonas y por tuberías, la falta de la recolección de la basura y la proliferación de vertederos de desechos en la vía y barrios y áreas residenciales, los largos recorridos a pie por falta de transporte público o kilométricas colas para surtir gasolina.

Los Zulianos tampoco olvidan todavía cuando les tocó vivir la angustia de no encontrar los alimentos mínimos para su familia, obligándolos a hacer colas por largas horas y hasta más de un día frente a los automarcados y abastos para ver si conseguían los artículos básicos para su sustento diario o verse obligados a invertir su escaso dinero en comprar la comida a los llamados “bachaqueros” y especuladores que se aprovechaban de la necesidad de la gente.

El Zulia no se doblega ante quienes intentaron destruirlo desde el poder

Como extremo de la destrucción y abandono vivido durante ese oscuro periodo de quienes demostraron que no quieren al Zulia y su gente, no se puede dejar de mencionar el miedo con que vivían los zulianos ante la ola de inseguridad y violencia ejercida por las bandas delictivas organizadas, quienes azotaron a la región con extorsiones, robos, ataque a comercios y sicariatos, teniendo como resultado asesinatos, familias enlutadas, empresarios arruinados y comercios cerrados.

Cuando la salud no les dolió

De acuerdo a los estudios realizados por la ONG Civilis Derechos Humanos, durante los años sombríos bajo el yugo de sus destructores, los zulianos afrontan una emergencia humanitaria compleja en la que se violaron libertades y derechos humanos de manera masiva y sistemática.

Según los datos recabados por esta organización civil dedicada a defender las libertades y derechos ciudadanos, para el año 2018 el 89 por ciento de la población zuliana se encontraba privada de una mínima atención adecuada y de calidad, debido a la extrema precariedad y deterioro al que está sometido el sistema sanitario público.

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El informe detalla que de los 34 hospitales de la red sanitaría pública del estado, 32 permanecían prácticamente cerrados por falta de servicios esenciales, dicho de otro modo, durante ese tiempo se determinó que el 94 por ciento de los hospitales públicos del estado Zulia se encontraban casi inactivos, por problemas como la alta escasez de insumos médicos, la renuncia de 2.400 médicos y otros profesionales de la salud y el alto deterioro de la infraestructura de los centros, de los cuales depende la mayor parte asistencia sanitaria disponible en el estado.

La investigación de Civilis Derechos Humanos concluye de manera dramática, corroborando que en aquel periodo el 70 por ciento de los quirófanos de los hospitales públicos estaban fuera de servicio y el 80% de las camas inoperativas, mientras que las áreas destinadas a la hospitalización de adultos y niños presentaban faltas graves de elementos esenciales como colchones, baños, climatización e iluminación.

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Por otra parte, el 80 por ciento de los laboratorios estaban cerrados, entre otras causas por la escasez del 95 % de reactivos y la renuncia del 76% de los Bioanalistas. Además, el déficit de ambulancias era mayor a 90% en la red de hospitales públicos del Zulia, en donde funcionaban solo 13 unidades para todo el estado.

El Boletín del Consejo de Derechos Humanos del estado Zulia. Codhez, observó ese lapso la reapareció y aumento de las enfermedades que habían sido erradicadas o que estaban controladas, lo que representó una amenaza para la población y acentuación de la crisis humanitaria que afectaba al país desde el año 2016. Entre ellas malaria, tuberculosis, difteria, fiebre amarilla y dengue.

Ignorancia a la educación

La Comisión para los Derechos Humanos del estado Zulia (Codhez) en su boletín de septiembre de 2020 denunció, que las escuelas públicas en el Zulia estaban en ruinas, provocando un 70 por ciento de ausentismo estudiantil, cuyas razones básicas de eran el mal funcionamiento de los servicios básicos, escasez de dinero en efectivo para cubrir costos del transporte público, y la falta de alimentos tanto en los hogares como en las escuelas.

El informe determinó que las fallas de servicios públicos, la deserción escolar, el aumento de brechas digitales y los bajos salarios de maestros y profesores eran algunas de las realidades que dificultaban el acceso a la educación en la región zuliana

En el boletín se reporta que, a inicios de 2020, además de las altas tasas de ausentismo estudiantil, otra variable que afectaba el proceso educativo lo representaba el deterioro de la infraestructura de los planteles y la ausencia de mantenimiento de las escuelas públicas.

Según datos del Sindicato Unitario de Magisterio del Estado Zulia (Suma), de 15.000 bachilleres egresados en el período 2018-2019, apenas 10% habría proseguido sus estudios en la educación superior.

A oscuras, sedientos y a pie

En esa etapa comprendida entre los años 2018-2021 en la cual los gobernantes de los tres niveles de gobierno desatendieron a los Zulianos, la precariedad de la prestación de los servicios públicos alcanzó niveles insostenibles para la población, que estuvo sometida a una inclemente escasez de agua potable, suspensiones de servicio de electricidad por horas y hasta días, la inexistencia total de la recolección de la basura, el desbordamiento generalizado de las aguas de cloacas en barrios y calles, la carencia de gas en bombonas y red doméstica y la desactivación del precario transporte público, que obligó a las personas caminar largo trechos para llegar a su trabajo o desplazarse en las principales ciudades del Zulia.

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Consultando nuevamente Codhez, su boletín de 2021 señalaba que, para aquel entonces entre apagones, la poca agua turbia, la basura a cielo abierto y la desaparición del transporte colectivo, los zulianos padecían la desidia en la prestación de los servicios básicos.

En el caso de Maracaibo, más de dos millones de sus habitantes sufrían la escasez de agua. En algunos momentos la carencia se extendía desde uno hasta seis meses, de acuerdo a los sectores de la capital. Los habitantes se vieron obligados a buscar agua implementando estrategias extremas, como construir pozos artesanales o hacer recorridos caminando kilómetros varias veces a la semana.

La dificultad para abastecerse de combustible fue otro de los calvarios que tuvieron que padecer los zulianos durante este tiempo de inoperancia y desidia gubernamental que le toco vivir a la región, cuando los dueños de vehículos permanecían más de 24 horas continúas haciendo cola en las estaciones de servicio para lograr surtir gasolina de manera racionada y con sobreprecio en la mayoría de los casos.

Con hambre y desespero

La odisea para adquirir los alimentos de la dieta diaria en cada hogar zuliano fue otra de las grandes dificultades que toco vivir en esta región del occidente venezolana, en otro conocido por propios y extraños como el granero del país.

El estudio de 2019 del Codhez determinó que un alto porcentaje de las familias apenas lograban garantizar dos comidas diarias, existen otras que sólo ingieren alimentos una vez al día.

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Interminables colas freten a los supermercados, abastos, bodegas y mini mercados de personas de todo los sectores y estratos sociales buscando un paquete de arroz, harina de maíz, pasta alimenticia o cualquier otro alimento, se convirtió literalmente en el pan nuestro de cada día.

En el 2019 la organización no gubernamental de derechos humanos del Zulia, registró un promedio de 63 por ciento de escasez de alimentos en la capital de la región. En 11 de los 20 alimentos monitoreados, la escasez fue igual o superior al 66%, para aquel entonces.

El estudio también reportó que persistió la modalidad de ventas condicionadas a través de combos de alimentos y compras limitadas de productos, además de fallas de servicios públicos al momento de la compra.

El Zulia se sobrepone y emerge

La reconstrucción de Zulia ha sido una tarea tetánica emprendida por el gobernador Manuel Rosales, junto al pueblo zuliano y sus mejores hombres y mujeres, quien a partir del 10 de diciembre de 2021 asumió el rescate y recuperación del estado, luego de quedar sumido en la devastación, desolación y abandono, como producto del peor gobierno que haya dirigido la región desde su fundación, y los errores de los dirigentes políticos que anteponen sus ambiciones personales y sectarismo partidista, sobre la justas necesidades y anhelos de los zulianos y venezolanos.

Hoy el Zulia resurge con mayor ímpetu que nunca, y vuelve a renacer como la cigarra luego de un año bajo la tierra. Hoy vuelve a emerger de la destrucción que intentaron quienes se aprovecharon de su riqueza y traicionaron la confianza de los zulianos.

Por: Jogli Vera
Fotos: Archivo

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