Internacionales.- La demanda del sistema eléctrico está recuperada al. 99,95%. Los datos son de las 07.00, pero a las 06.00 el porcentaje estaba ya en el 99,12%. Red Eléctrica también anunció en su cuenta de X a las 06.46 y a las 06.49 lo confirmó -en su caso, en Bluesky- la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica que el 100% de las 680 subestaciones de la red de transporte están en servicio, restablecidas. Aún no se sabe qué produjo el apagón, pero sí cómo nos recuperamos de él. También se ha descartado por completo la posibilidad de haber sufrido un ciberataque.
En realidad, hay que destacar que la respuesta ha sido relativamente rápida y todo se puso en marcha prácticamente desde la caída, detectada a las 12.33 del lunes. Se iniciaron también los protocolos de comunicación entre gestor, empresas del sector, Gobierno y autoridades. Pero desde el punto de vista eléctrico, todo comenzó en Francia, Marruecos y unas centrales hidroeléctricas preparadas para esta eventualidad.
Los países vecinos utilizaron sus conexiones fronterizas para propagar tensión a Cataluña, País Vasco y Andalucía. Esto permitió poner en marcha sus sistemas, los servicios auxiliares de los sistemas de generación que también habían caído y, a partir de ahí, hacer que llegase por el resto del sistema eléctrico peninsular. La luz, por así decirlo, se fue expandiendo como una mancha de aceite por la geografía nacional.
Al mismo tiempo, un grupo de centrales hidroeléctricas de distintas cuencas (Duero, Tajo, Pirineos, Levante…) con capacidad de arrancar de forma autónoma se pusieron en marcha cuando se detectó el apagón y procedieron a acoplarse a la red. A grandes rasgos, su papel fue el mismo que el de Marruecos y Francia: establecer estas zonas e ir haciendo que crecieran a medida que alcanzaban nuevos puntos de suministro. La tensión se va propagando a lo largo de toda la red y se iba haciendo crecer estas islas energéticas hasta que fue posible interconectar todas ellas. Ya en su comunicación de las 21.00 Red Eléctrica informaba que en ese momento no quedaban islas.
En este proceso se fueron conectando distintas fuentes al sistema. Las dos que resultaron clave fueron las hidroeléctricas antes mencionadas y las de ciclo combinado, que queman combustible -normalmente, gas- y se pueden poner en marcha con relativa rapidez. Si ya están en funcionamiento, que no era el caso, es casi inmediato. La nuclear también tarda varias horas -unas 12- en volver a generar electricidad, pero una vez que lo haga aportará una generación continuada. En medio de la caída, los titulares de las centrales nucleares españolas notificaron al Consejo de Seguridad Nuclear la declaración de situación de prealerta de emergencia debido a la pérdida de suministro eléctrico exterior. Fue un parón por seguridad. A medida que suba el sol llegará de nuevo la solar fotovoltaica.
Red Eléctrica ha celebrado en rueda de prensa que «dentro de la gravedad del incidente» hay ido todo bien. A pesar de ser la primera vez que se tienen que ejecutar en su totalidad los protocolos, han demostrado su eficacia.
No hizo falta que esta ‘mancha de aceite’ llegase a las islas y Ceuta y Melilla, porque cuentan con sistemas autónomos y no se vieron afectadas por la caída. Esto, eso sí, no las hace más robustas y, de hecho, es bastante más común que una isla caiga cuando se produce un cero como el de la península. En Canarias no cae todo el sistema porque funcionan, precisamente, como islas energéticas salvo Lanzarote y Fuerteventura, que están conectadas por un cable submarino.
¿Qué ocurrió?
Red Eléctrica aún no ha detectado una causa, pero sí han descartado otras: el ciberataque y causas atmosféricas. Según ha explicado Eduardo Prieto, director de servicios para la operación de Red Eléctrica, el sistema se encontraba «estable» en todas sus variables y en condiciones de seguridad. Justo después detectaron «un evento en el sistema eléctrico compatible con la pérdida de generación» en la región suroeste de la península que perturba frecuencia y tensión y que se estabiliza. Un segundo y medio después se produce otro evento «compatible con la pérdida de generación» que afectó de nuevo a estas variables y degradó el sistema. Esto desembocó 3,5 segundos después en las oscilaciones de las que hablaron ayer y la desconexión del sistema con el francés. Todo ocurrió en cinco segundos. El sistema no fue capaz de sobrevivir a esta perturbación tan extrema y se originó el cero. Red Eléctrica también confirmó «rotundamente» que no hubo una orden que suplantara a Red Eléctrica para desconectar fuentes de generación.
La identificación concreta de las estaciones de generación principales (después se desconectaron más hasta que cayeron todas), su localización exacta, únicamente los podrán tener una vez que hayan recibido toda la información de los centros de control. «Es prematuro» hacer «cualquier tipo de pronunciamiento», apuntó Prieto, que también hizo un llamamiento a «no especular» sobre los orígenes y desarrollo del incidente. En todo caso, el mix de generación anterior al incidente era de alrededor de 17.000 o 18.000 MW fotovoltaicos, con también importante presencia de eólica y nuclear.
Para poder afinar con mayor detalle están pendientes de recibir la información de los centros de control de generación. Tener todos los análisis, por la complejidad del sistema, «puede llevar tiempo». Aunque no quieren comprometerse a un plazo, esperan que las conclusiones estén «lo antes posible» porque «es del interés de todos». Ahora mismo, quieren implementar sistemas de salvaguarda para evitar que vuelva a ocurrir algo de estas características.
¿Nueva caída?
La gran duda ahora es si el sistema puede volver a caer. La realidad, de nuevo, es que lo normal es que no ocurra, porque es muy robusto y con fuentes redundantes capaces de darse respaldo una a otra y salvaguardas (se puede desconectar, por ejemplo, a industrias electrointensivas). Pero la realidad es también que ayer cayó. Hasta que no se sepa qué ocurrió con certeza no se puede garantizar nada. Sin embargo, si esta vuelta a la normalidad es, efectivamente, una vuelta a la normalidad, debería aguantar ahora que ya están todas las subestaciones en servicio.
Tomado de El Mundo.