Miguel Ángel Román Soto
La mitología griega es rica en moralejas. Una de ellas es la historia de Prometeo, titán quien robó el fuego sagrado de los Dioses para llevárselo a los humanos. Esta hazaña ha servido de inspiración para muchos autores a lo largo de la historia para referirse a la osadía de los hombres de emprender arduas y arriesgadas tareas o proyectos con el fin de llevar beneficios a un colectivo. En este mito se asocia muy metafóricamente el fuego al conocimiento. Es entonces reconocido este acto liberador pergeñado por Prometeo, como una osadía contra la injusticia pues en su sacrificio, su intención era liberar el conocimiento retenido en el Olimpo en beneficio de todos los mortales.
Y para este servidor, muy digna épica podría aplicarse a la difícil tarea de llevar ese conocimiento a través de la información, tal como durante 30 años le ha tocado compartir esa responsabilidad en gran parte del estado, pero en especial de la Costa Oriental del Lago, a un ya adulto El Regional del Zulia que hoy arriba a sus 30 años.
Tuve el honor de pertenecer al staff de periodistas durante más de 6 años (92 al 98) del diario más influyente de la COL.
El Regional del Zulia había nacido como un adalid de los que no tenían voz. No existía ni ha existido aún, un medio impreso tan impactante, tan equilibrado y tan bien recibido como ERDZ. Su aparición fue un acto liberador digno de un coloso mitológico.
Los sindicatos, asociaciones de vecinos, partidos políticos, instituciones de todo tipo empezaron a expresarse de manera libérrima, y consecuentemente, con la realidad de una sub región en crecimiento, donde la savia vital brotaba de la industria petrolera y su parque metal mecánico, además de la variada actividad política y empresarial de los municipios donde llegaba su radio de acción.
Reseñas sobre la subsidencia, la vida petrolera, los conflictos laborales, las luchas de los trabajadores, problemas de servicios públicos y todo tipo de acontecer de la sub región eran destacadas con total prolijidad donde tirios y troyanos pudieron expresarse con equilibrio y sin censuras.
Miranda, Santa Rita, Cabimas, Simón Bolívar, Lagunillas, Valmore Rodríguez y Baralt, además de la capitalina Maracaibo, tuvieron en ERDZ una voz que fue exteriorizando y difundiendo sus crisis y sus soluciones. Sus esfuerzos y logros. Sus dramas y sus grandezas.
Fue así como el diario fue cosechando las preferencias de los lectores y de manera vertiginosa fue creciendo como un gigante comunicacional y lectura obligatoria para quienes han querido estar informados con claridad y veracidad en la franja costanera este del lago.
Pero no solo la tarea era informar. El Regional desarrolló diversos matices del periodismo a través de su semanario Coquivacoa, el cual circuló por varios años y donde, además de diversos temas de entretenimiento, sus páginas centrales ocupaban siempre una entrevista de personalidad a las principales figuras de la sub región, de manera inédita.
Sería injusto no reconocer el trabajo de cientos de periodistas que han pasado por este medio, además del personal técnico y administrativo. En especial el del desaparecido Adolfo Herrera, director durante 22 años de ERDZ, quien siempre supo respetar a todo el staff de este medio, al igual que su presidente Gilberto Urdaneta Finol.
En lo personal fue un ciclo importantísimo en mi vida profesional y el más fructífero de mi etapa en el periodismo impreso.
Hoy ya son 30 años y me parecen tan cercanas aún esas experiencias, que me transporto casi oníricamente a esos momentos donde nos sentíamos, y disculpen tanta inmodestia, orgullosos de ser los portavoces de las noticias, los heraldos de la realidad, los emisarios de las buenas nuevas que poco eran difundidas antes de su llegada en la COL. Por eso El Regional del Zulia es, y seguirá siendo, la ventana periodística de toda la sub región oriental. Ese farol que siempre será una guía más allá de lo periodístico. Ese semidios mitológico que continuará iluminando con el fuego inextinguible de la verdad, los caminos de la veracidad y la honestidad para que siga ardiendo por muchos años más. ¡Felicitaciones, titanes!