Fiscal: Ataque a Salman Rushdie fue’planeado de antemano’
MAYVILLE, Nueva York (AP) — El hombre acusado del apuñalamiento contra Salman Rushdie se declaró inocente el sábado de los cargos de intento de asesinato y agresión en lo que un fiscal calificó de crimen “planeado de antemano”, mientras el renombrado autor de “The Satanic Verses” permanecía hospitalizado con lesiones graves.
Un abogado de Hadi Matar se declaró culpable en su nombre durante una lectura de cargos en el oeste de Nueva York. El sospechoso compareció ante el tribunal con un mono blanco y negro y una máscara facial blanca, con las manos esposadas frente a él.
Un juez ordenó que lo detuvieran sin derecho a fianza después de que el fiscal de distrito Jason Schmidt le dijera que Matar tomó medidas para ponerse en posición deliberadamente para dañar a Rushdie, obteniendo un pase anticipado para el evento en el que el autor estaba hablando y llegando un día antes con una identificación falsa.
“Este fue un ataque dirigido, no provocado y planificado previamente contra el Sr. Rushdie”, dijo Schmidt.
El defensor público Nathaniel Barone se quejó de que las autoridades habían tardado demasiado en llevar a Matar ante un juez mientras lo dejaban “enganchado a un banco en el cuartel de la policía estatal”.
“Tiene ese derecho constitucional de presunción de inocencia”, agregó Barone.
Matar, de 24 años, está acusado de atacar a Rushdie el viernes cuando el autor era presentado en una conferencia en el Instituto Chautauqua, un centro educativo y de retiro sin fines de lucro.
Rushdie, de 75 años, sufrió daños en el hígado y nervios cortados en un brazo y un ojo, y estaba conectado a un ventilador y no podía hablar, dijo su agente Andrew Wylie el viernes por la noche. Rushdie probablemente perdería el ojo lesionado.
El ataque fue recibido con conmoción e indignación por parte de gran parte del mundo, junto con tributos y elogios para el autor galardonado que durante más de 30 años ha enfrentado amenazas de muerte por “Los versos satánicos”.
El presidente Joe Biden dijo el sábado en un comunicado que él y la primera dama Jill Biden estaban “conmocionados y entristecidos” por el ataque.
“The Satanic Verses” recibió amenazas de muerte después de su publicación en 1988, y muchos musulmanes consideraron una blasfemia una secuencia de sueños basada en la vida del profeta Mahoma, entre otras objeciones. El libro de Rushdie ya había sido prohibido y quemado en India, Pakistán y otros lugares antes de que el Gran Ayatolá Ruhollah Khomeini de Irán emitiera una fatua, o edicto, pidiendo la muerte de Rushdie en 1989.
Khomeini murió ese mismo año, pero la fatwa sigue vigente. El actual líder supremo de Irán, Khamenei, nunca emitió una fatwa propia retirando el edicto, aunque Irán en los últimos años no se ha centrado en el escritor.
Los investigadores trabajaban para determinar si el agresor, nacido una década después de la publicación de “Los versos satánicos”, actuó solo.
El fiscal de distrito Schmidt aludió a la fatwa como un motivo potencial para discutir en contra de la libertad bajo fianza.
“Incluso si este tribunal estableciera una fianza de un millón de dólares, corremos el riesgo de que se cumpla la fianza”, dijo Schmidt.
“Sus recursos no me importan. Entendemos que la agenda que se llevó a cabo ayer es algo que fue adoptado y sancionado por grupos y organizaciones más grandes mucho más allá de los límites jurisdiccionales del condado de Chautauqua”, dijo el fiscal.
Las autoridades dijeron que Matar es de Fairview, Nueva Jersey. Nació en Estados Unidos de padres libaneses que emigraron de Yaroun, en el sur de Líbano, dijo el alcalde de la aldea, Ali Tehfe, a The Associated Press.
Un reportero de AP vio cómo el atacante apuñalaba o golpeaba a Rushdie unas 10 o 15 veces . El Dr. Martin Haskell, un médico que se encontraba entre los que se apresuraron a ayudar, describió las heridas de Rushdie como “graves pero recuperables”.
El moderador del evento, Henry Reese, de 73 años, sufrió una lesión en la cara y fue tratado y dado de alta de un hospital, dijo la policía. Él y Rushdie habían planeado hablar sobre Estados Unidos como refugio para escritores y otros artistas en el exilio.
Un policía estatal y un ayudante del alguacil del condado fueron asignados a la conferencia de Rushdie, y la policía estatal dijo que el policía hizo el arresto. Pero después, algunos visitantes del centro desde hace mucho tiempo cuestionaron por qué no había una seguridad más estricta dadas las amenazas contra Rushdie y una recompensa de más de $ 3 millones por su cabeza.
El apuñalamiento repercutió desde el tranquilo pueblo de Chautauqua hasta las Naciones Unidas, que emitieron un comunicado expresando el horror del secretario general Antonio Guterres y enfatizando que la libertad de expresión y opinión no debe ser enfrentada con violencia.
La misión de Irán ante las Naciones Unidas no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Las amenazas de muerte y la recompensa llevaron a Rushdie a esconderse bajo un programa de protección del gobierno británico, que incluía una guardia armada las 24 horas. Rushdie emergió después de nueve años de reclusión y reanudó con cautela más apariciones públicas, manteniendo su crítica abierta al extremismo religioso en general.
En 2012, Rushdie publicó un libro de memorias sobre la fatwa titulado «Joseph Anton», el seudónimo que Rushdie usó mientras se escondía. Dijo durante una charla en Nueva York ese año que el terrorismo era realmente el arte del miedo.
“La única forma en que puedes vencerlo es decidiendo no tener miedo”, dijo.
La Institución Chautauqua, a unas 55 millas (89 kilómetros) al suroeste de Buffalo en un rincón rural de Nueva York, ha servido durante más de un siglo como un lugar de reflexión y guía espiritual. Los visitantes no pasan por detectores de metales ni se someten a controles de equipaje, y la mayoría de las personas dejan las puertas de sus cabañas centenarias abiertas por la noche.
El centro es conocido por su serie de conferencias de verano, donde Rushdie ha hablado antes.
En una vigilia del viernes por la noche, unos cientos de residentes y visitantes se reunieron para rezar, escuchar música y guardar un largo momento de silencio.
“El odio no puede ganar”, gritó un hombre.
