Cada 27 de junio se celebra en Venezuela el Día Nacional del Periodista, un día dedicado a homenajear la difícil tarea periodística y para recordar a todos los profesionales caídos en el ejercicio de su labor. Es una fecha para reconocer que una prensa libre, responsable e independiente es fundamental para fortalecer la democracia.
El origen de la efemérides es que un 27 de junio en el año 1818, se publicó la primera edición de “El Correo del Orinoco”. Por lo tanto, es una forma de rendir tributo a este importante periódico fundado por Simón Bolívar durante la gesta emancipadora.
En Venezuela se oficializó en el año de 1965 por iniciativa de la Asociación Venezolana de Periodistas. Posteriormente, en 1994, la celebración fue ratificada con la aprobación de la Ley de Ejercicio del Periodismo. Desde entonces, se celebra cada año con actividades nacionales y regionales.
El Día del Periodista es la ocasión perfecta para rendir homenaje a los profesionales de la comunicación, quienes ejercen una disciplina que no solo requiere vocación, sino una ética inquebrantable y, sobre todo, mucho valor.
La labor del Comunciador Social siempre ha estado signada por múltiples riesgos y condiciones adversas para ejercer su profesión. en tiempos de pandemia los desafíos del periodista se han multiplicado, dando un vuelco total. Continuar informando al filo del propio miedo al contagio, enfrentados a una enfermedad nueva y en la cual la incertidumbre esta ahi latente cada día, ha sido entre muchos, el mayor reto de quienes tienen el deber de comunicar a la población de manera veraz, oportuna e inmediata.
El mundo sigue girando y los cambios llegan rápidamente. El periodista actual debe ser capaz de adaptarse a las nuevas tecnologías, a la evolución de los medios tradicionales y al crecimiento de los medios digitales. La nueva forma de comunicar generada por este boom de la tecnología, redes sociales, son cambios a los que los periodistas están acostumbrados a lidiar, pues ha pasado de las máquinas de escribir y el papel carbón, libretas y bolígrafos, de los grabadores con caset a las computadoras, de los disket a la llegada del internet, de los radios portátiles a celulares inteligentes en sus diversas versiones con un nuevo esquema de difusión masiva.
En este contexto, la proliferación de comunicadores y multiplicadores de noticias que no cuentan con una formación académica, se han convertido en un problema, por ende el periodista debe esforzarse aún más para garantizar la veracidad de la información en medio de un mar de noticias falsas y sin fundamento.
Aunado a esto, el más grande enemigo de los comunicadores sociales y de la noble tarea de informar, sin duda alguna son las amenazas a la libertad de expresión.