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Incienso de tinta y papel

por elregional
Mervis Simón Salgueiro Zárraga
Ex Jefe de Redacción

Qué orgullo siento de pertenecer a El Regional del Zulia, ser de aquí de esta casa editorial, de haberme formado en su sala de redacción. Adoctrinarme con una libreta y un lápiz en las calles y publicar tantos problemas de barrios que jamás habían tenido eco en una página. Fuimos en el papel un “Pájaro Azul”, parecido al de Alberto Castro de Radio Libertad.

Atendimos al dirigente que sudoroso venía hasta nuestras oficinas. Con cariño e interés lo entrevistamos. Se les trató con equilibrio, dignidad y respeto.

El Regional nació y se consolidó por su sinergia con la gente: con el político, el cura, el médico, la industria, el comercio, el deporte. Hicimos un intento por atenderlos bien y creo que lo logramos… Eso permitió dar un salto alto imponiendo un récord en ventas a tan corta edad, a pocos años de fundado.

Vimos nacer a Los Petroleros de Cabimas, pero ya antes habíamos luchado para que el Domo y el Víctor Davalillo contaran con un presupuesto justo y finalmente reseñamos su inauguración.

Quienes estuvimos desde los primeros meses contamos con la asistencia de verdaderos maestros del periodismo: Adolfo Herrera, Alexander Montilla, Oslando Muñoz, Ciro Contreras, Pedro Soscum Machado, Reina Lara, Miguel Ángel Román, Oscar Zea, entre otros.

Fuimos parte viva de aquellos “tubazos” que nos llevaron a la cúspide del periodismo regional, nacional y mundial. Nos enseñaron a creer en eso, en la noticia, en ser los primeros, queríamos la foto precisa y al instante. Eso aprendimos, además de llevar la honestidad por delante. Cero palangrismo.

¡No comimos cuento! No los propusimos y nos crecimos, alimentado con “sangre nueva” surgida de las mejores universidades del país: Orángel Valera, Areli Ramos, Williams Glass, Xiomara Gil, Ericson Piñero, Noris Hernández, Yuly Peña, Jacqueline Viloria, Iván Parra, Alberto Morán, Mervin Fuenmayor, Néstor Nava, Néstor González, Ninoska Reyes, Alicia Fleire, Miriam Zambrano, María Navarro, Oraida Basalo, Rafael Sulbarán, Clider Marchelli, Luisana Silva, Giovanny “Pito” Rodríguez, (difunto); Lourdes García (difunta), Gustavo Fernández, Gladys Socorro y Gabriel Sthormes, Gustavo Cabrera. Perdón por esos otros que no nombro.

Cuántos premios de periodismo, cuántas condecoraciones, cuántas órdenes nos colgamos en el cuello y medallas brillaron sobre nuestro pecho. Cuántos diplomas y placas o reconocimientos humildes, agasajos en una vecindad o un estadio. Siendo apenas unos muchachos, se nos infló el alma al estar ahí.

Recuerdo con afecto el “Premio Nacional de Periodismo Monseñor Pellín” que obtuvo Luisana Silva y El Regional del Zulia, con un excelente trabajo, a manera de revista, sobre la Virgen del Rosario. Lo recibimos en Caracas de manos de la Conferencia Episcopal con Adolfo Herrera y Gilberto Urdaneta Finol, siempre atentos. ¡Qué alegría!, ¡qué bendición!…

El periódico llevó información y noticia a cada uno de los rincones del Zulia y demás estados vecinos, su tiraje fue altísimo, Caracas nos vio y los titulares se leían en las televisoras nacionales. Las agencias internacionales nos enviaban de primera mano las notas de lo que estaba aconteciendo. Con gran fuerza siempre vibramos.

Atendimos importantes sucesos acaecidos en toda Venezuela. En la Lara-Zulia, Falcón-Zulia, el Puente sobre el Lago. Homicidios, sicariatos, choques, violaciones, humillaciones, ataques, peleas, abusos de autoridad, denuncias por corrupción. En esas páginas dimos “palo parejo” dimos de todo. Una referencia obligatoria para el lector.

Nosotros las escribimos y ustedes las tuvieron: las tocaron, las palparon, olieron ese inconfundible incienso que deja el papel, se llenaron las manos de tinta fresca, pues ya a la una de la mañana estaba en la calle el primer tiraje, en quioscos, pregoneros, en la esquina, semáforos, carnicerías, perfumerías y abastos. La edición diaria no duraba hasta las diez de la mañana. Se vendía como “pan caliente”. Se agotaba y hubo necesidad algunas veces de prender nuevamente la rotativa para un segundo tiraje el mismo día.

Hicimos suplementos especiales para las alcaldías, universidades, empresas, personalidades y en aquel dominical Coquivacoa plasmamos en amplias entrevistas a personalidades y equipos que merecían estar allí. Las Ediciones por Aniversarios fueron únicas y piezas para guardar en la biblioteca del hogar, mucha gente las conserva como documentos históricos.

Hoy como casi todo en el país, la verdad nos cambió: La rotativa está parada, no se percibe ese aroma a papel y tinta ni el trajinar de todos aquellos que la movían: el distribuidor está en su casa, el pregonero y el quiosquero quedaron con las manos vacías. Los periódicos apilados uno sobre otro, ya no están. Tampoco te sorprende el vendedor en los semáforos, ni se escucha aquel grito …¡Lleve El Regional del Zulia!. Isabel esa viejita tan querida que vendía en la calle Rosario esquina con la calle Colón de Cabimas, se fue a su casa a descansar. Muchas cosas quedaron atrás.

Las comunicaciones han dado una vuelta y nos hemos visto obligados a batallar con un único recurso -el internet- que casi no funciona, ahora estamos enclaustrados en una computadora para colocar un periódico en las redes y seguir informando, con muy poca calle, con noticias a veces frías que envían los departamentos de prensa (redactadas a su antojo).

Se nos acabó la industria y el comercio, los sueldos de los trabajadores y las pensiones son una miseria, las calles están inservibles, los servicios públicos dan pena, el Domo y el Davalillo permanecen cerrados, los derrames petroleros siguen matando el lago, no tenemos gasolina, los hospitales están sin medicamentos, las bibliotecas públicas sin libros, y ni hablar de los abusos policiales.

Se llenaron las cárceles de presos y ya el peligroso chuzo dejó de ser tan peligroso, ahora los reos explotan granadas y se enfrentan a tiros dentro por el control del pabellón. El problema eléctrico va en ascenso, luchamos con una inflación desvergonzada, colapsó la economía y quien ahora dicta los precios de los artículos de la cesta básica es la moneda extranjera. Los jóvenes han huido despavoridos del país. Estamos sin universidades, sin profesores y las cifras sobre la pandemia mundial nos vienen solapadas.

Desafortunadamente nos ha tocado “bailar con la más fea”, nadie denuncia, pero ya ese es otro asunto digno de análisis. Hoy felicito a El Regional del Zulia, medio con el cual he estado conectado desde sus inicios, me ausente por dos años por compromisos comunes, pero aquí sigo jugando a su éxito y al éxito del país, a su sobrevivencia, al esfuerzo que hace la actual directiva con Gilberto Urdaneta Finol a la cabeza, periodistas y colaboradores.

El Regional del Zulia hoy en la red es El Regional del Zulia, no es un panfleto virtual como muchos otros que han surgido últimamente. Es información seria, justa y equilibrada; con él seguimos resteados y con unas ganas infinitas de nuevamente percibir ese exquisito incienso de tinta y papel.

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