La conexión entre el caballo y su jinete
La historia de la humanidad siempre tuvo actores que acompañaron las diversas actividades. Desde método de transporte a compañero de deportes o participante de terapias médicas, el caballo ha permanecido junto al hombre por años de manera leal y fiel.
La explicación a esta fuerte relación fue plasmada recientemente en un estudio presentado por la revista Antropología Social, en el que se reveló que los humanos y los caballos desarrollan una relación tan estrecha que pueden entrar en un estado de ‘ser uno’.
En el artículo publicado por Discovery Noticias se indica que este fenómeno podría ser único entre ambos seres, ya que logran moverse como si fueran uno solo y con frecuencia cambian físicamente en el transcurso de la relación a fines de ajustarse a la otra parte. La intensa cooperación entre ambos es una parte clave de este fenómeno y refuerza el vínculo.
“Cooperar significa sintonizar con los demás” dijo Anita Maurstad del Departamento de Ciencias de la Cultura de la Universidad de Tromso. “El piloto está –a menudo- a cargo, expresando a través de la cinética del cuerpo lo que él o ella quiere que haga el caballo, pero a menos que el jinete no sintonice con el cuerpo y la mente del caballo, el caballo no entenderá y, a menos que el caballo no entone con el jinete, no podrá desempeñarse de acuerdo a los requerimientos del jinete”, agregó.
“Por una parte, ‘ser uno’ significa moverse en conjunto, pero también es estar juntos en el suelo, comunicándose como individuos, y a fin de comunicarse, compartir los sentimientos del otro debe tomar lugar”, explicó Maurstad.
Para realizar este estudio, Maurstad y su equipo tuvieron en cuenta investigaciones anteriores sobre la relación entre los humanos y los caballos, y entrevistaron a 60 jinetes de Noruega y de Estados Unidos, quienes participan de diferentes deportes hípicos y montan en una variedad de entornos locales, por lo que cuentan con mucha experiencia.
Al final del estudio, la mayoría de los entrevistados reveló tener el sentimiento de ‘compartir el ser’ con el caballo. Uno de los jinetes dijo: “Incluso me siento parte del animal, reaccionando a su cuerpo y a mi cuerpo”.
Por otra parte, el sentimiento excede a la conexión psicológica. Mientras que los jinetes adaptan su estructura desarrollando músculos en las piernas y otras partes del cuerpo para que coincidan con la del animal, los caballos experimentan cambios físicos en respuesta a la forma, carga y movimientos del jinete. Además, los caballos son muy sensibles al tacto, lo que hace que la familiarización entre ambas partes sea más rápida y que logren acostumbrarse el uno al otro de forma tal que un simple movimiento de músculos del jinete le indique al animal la dirección deseada a recorrer.
Sarah Cowles de la Universidad de Dakota del Sur y co-autora del artículo en la revista Antropología Social comentó que los caballos y los jinetes también se acostumbran a los olores de cada uno, y que los caballos adaptan la manera en la que se relacionan con otros caballos en función de cómo se relacionan con los humanos.
En relación al vínculo que se crea entre el jinete y el caballo, el profesor de sociología de la Facultad Fort Lewis, Keri Brandt propone que “los humanos y los caballos crean un sistema de lenguaje en conjunto a través del cuerpo para facilitar la creación de un significado en común”. En adición a esto, los seres humanos cambian la manera en la que les hablan a los caballos a fines de comunicarse mejor con ellos.
Al parecer, la relación milenaria ente caballos y hombres aparenta no tener final y volverse cada vez más apegada. Posiblemente, la domesticación de estos animales ha contribuido a la creación de un vínculo más fuerte entre ambos, volviendo la relación más cercana.
¿Qué opinas sobre este estudio? ¿Piensas que es posible desarrollar un vínculo parecido con otros animales?
Fuente Curiosidades
