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LA DEMOCRACIA Y EL POPULISMO

por elregional

POR: DR. ALIRIO FIGUEROA ZAVALA

Individuo de número de la Academia de Ciencias Jurídicas del Estado Zulia

En la antigua Grecia, el filósofo Aristóteles, se refirió a varias formas de gobierno entre ellas la democracia, señalando que esta al descomponerse daba origen a una forma corrompida: “La demagogia”, que ahora sutilmente llamamos “populismo”.

Este ha sido una de las causas más graves que ha generado el paso acelerado a la masificación de casi todos los pueblos de América Latina. El populismo parte y nace con la democracia y se da por igual en otros países latinoamericanos, con regímenes democráticos.

 El populismo al final vive dentro de los partidos. La democracia populista, al no haber podido solucionar de raíz y con profundidad muchos problemas, apela arremiendos, no para resolverlos sino para mitigar o endulzar sin solucionarlos, posponiendo y logrando ablandar la voluntad popular sin ir al fondo de cada problema.

 El populismo trae como consecuencia que permite que cada uno haga lo que le provoque y reclame lo que juzgue bueno a su interés, dando en forma aparente a todos, la solución participativa en la toma de decisiones, cuando el Estado continua sin dar pasos trascendentales y vitales, para el logro positivo a los resultados nacionales.

Con el populismo los gobiernos logran incorporar a sectores populares, pero no por un convencimiento profundo de solidaridad democrática, sino permutando su voluntad por prebendas, ayudas, bonos, becas, etc.; y con esto lograr aplacar un reclamo, sin dar solución de fondo a ningún problema de desempleo o de la educación, o de la salud, por mencionar algunos.

Los gobiernos populistas aceptan y estiman la ineficiencia nacional, ya que temen hacer cumplir las leyes que impulsan el desarrollo del país y que algunas veces causan algunas incomodidades, y lo hacen, por miedo a una reacción popular adversa.

 Muchas veces los gobiernos populistas dan créditos políticos subsidiados a quienes no lo merecen, por no ser productores o trabajadores, acostumbrando al ciudadano prácticamente a ser un irresponsable y a no cumplir sus compromisos.

Resumiendo, podemos decir, que el populismo no será capaz de solucionar un solo problema de fondo, porque ira saltando el obstáculo de la solución definitiva, ira dando traspié, en forma ligera y sin decisión final, acometerá los grandes y pequeños problemas nacionales, sin un solo resultado finalmente definitivo.

En fin, el populismo en su permanente deseo de agradar a la mayoría, detiene por años decisiones trascendentales y fundamentales, frenando así el desarrollo del país y por ende el bienestar de sus habitantes.

Dr. Alirio Figueroa Zavala

Individuo de número de la Academia de Ciencias Jurídicas del Estado Zulia

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