La gasolina en EE.UU. supera los 5 dólares por galón por primera vez en la historia
El precio de la gasolina en EE.UU. ha superado por primera vez los 5 dólares (4,75 euros) el galón, según datos de la AAA, lo que prolonga el aumento del coste del combustible que está impulsando la inflación.
El precio medio nacional de la gasolina regular sin plomo subió a 5,004 dólares el galón desde los 4,986 dólares de ayer, según los datos de la AAA.
Los altos precios de la gasolina son un dolor de cabeza para el presidente Joe Biden y los demócratas del Congreso, que luchan por mantener su escaso control del Congreso con las elecciones de mitad de mandato que se celebrarán en noviembre.
Biden ha recurrido a numerosas palancas para tratar de reducir los precios, como la liberación récord de barriles de las reservas estratégicas de EE.UU., la exención de las normas para la producción de gasolina de verano y el apoyo a los principales países de la OPEP para aumentar la producción.
Sin embargo, los precios de los combustibles se han disparado en todo el mundo debido a una combinación de repunte de la demanda, sanciones al productor de petróleo Rusia tras su invasión de Ucrania y una reducción de la capacidad de refinado.
Sin embargo, los viajes por carretera en EE.UU. se han mantenido relativamente fuertes, sólo un par de puntos porcentuales por debajo de los niveles anteriores a la pandemia, incluso cuando los precios han subido.
Aun así, los economistas prevén que la demanda podría empezar a disminuir si los precios se mantienen por encima de los 5 dólares el galón durante un periodo prolongado.
«El nivel de 5 dólares es donde podríamos ver una fuerte destrucción de la demanda de gasolina», dijo Reid L’Anson, economista senior de Kpler.
Ajustada a la inflación, la media de la gasolina en EE.UU. sigue estando aproximadamente un 8% por debajo de los máximos de junio de 2008, en torno a los 5,41 dólares el galón, según datos del Departamento de Energía de EE.UU.
El gasto de los consumidores se ha mantenido hasta ahora resistente incluso con la inflación en su nivel más alto en más de cuatro décadas, con los balances de los hogares apuntalados por los programas de ayuda a la pandemia y un mercado de trabajo ajustado que ha impulsado fuertes aumentos salariales, especialmente para los trabajadores de menores ingresos.
El producto de gasolina suministrado, un indicador de la demanda, fue de 9,2 millones de barriles diarios la semana pasada, según la Administración de Información Energética de EE.UU., en línea con las medias estacionales de cinco años.
Los elevados precios para los conductores se producen en un momento en el que las principales compañías petroleras y de gas registran unos beneficios extraordinarios.
Shell registró un trimestre récord en mayo, y Chevron Corp. y BP han registrado sus mejores cifras en una década.
Otras grandes empresas, como Exxon Mobil y Total Energies, así como operadores independientes de esquisto de EE.UU., presentaron cifras sólidas que han estimulado la recompra de acciones y la inversión en dividendos.
Numerosas empresas han dicho que evitarán una inversión excesiva para aumentar la producción debido al deseo de los inversores de mantener la línea de gasto, en lugar de responder a los precios de más de 100 dólares por barril que han persistido durante meses.
Las refinerías se han esforzado por reconstruir sus inventarios, que han disminuido, especialmente en la costa este de EE.UU., como consecuencia de las exportaciones a Europa, donde los compradores se están desprendiendo del petróleo ruso.
En la actualidad, las refinerías están utilizando alrededor del 94% de su capacidad, pero la capacidad general de refinado de Estados Unidos ha disminuido, con el cierre de al menos cinco plantas de procesamiento de petróleo durante la pandemia.
Según los analistas, esto ha dejado a Estados Unidos estructuralmente corto de capacidad de refinado por primera vez en décadas.
