POR: MARINELLA SCAMPINI DE VALE
Durante el siglo XX los venezolanos no emigraban, por el contrario, éramos considerados como habitantes de una tierra bendita, porque al país llegaron millones de seres humanos de todas las latitudes del planeta ansiosos de alcanzar la paz y vida digna para sus familias en todo el territorio nacional, siendo tratados con el mejor respeto y consideración.
Todo cambió durante el presente siglo, cuando tuvimos que huir de Venezuela fue lo más duro que nos ha tocado vivir, por esa razón una gran mayoría de los venezolanos, están regados por el mundo, dejando atrás nuestro país, nuestro hogar, nuestra familia, amigos, costumbres, y el calor de esa tierra hermosa.
Fue difícil entender que ser un perseguido político es enfrentarse a una dimensión llena de miedos e incertidumbres, porque si regresas, eres un objetivo y te encarcelan por pensar diferente a quienes gobiernan, por ser un régimen que esta atornillado al poder y tiene el control de todas las instituciones en Venezuela, o peor aún, es entregar la vida. En otras circunstancias también hay quienes huyen por la crisis económica y la carencia de los servicios y la situación es tan fuerte como no tener respuesta y no tener una salida factible para la sobrevivencia para poder soportar.
Aunado a esto, quiero recalcar que los venezolanos que se van de Venezuela buscando protección a otros países, sintieron en algún momento paz y vida digna, al ser recibidos por un país que los acogió y les dio protección. No llegamos a quitarles nada a nadie, solo a dar nuestro esfuerzo y conocimientos, es decir, lo mejor de nosotros, y contribuir en positivo por el país que dio protección, porque somos personas de bien.
Como dije al inicio Venezuela fue un país que acogió a millones de emigrantes de varias partes del mundo, y siempre los tratamos muy bien tanto que, nos acostumbramos a convivir con extranjeros. Soy hija de un inmigrante, quien aprendió a adaptarse con nuestra gente, aprender un nuevo idioma, cultura, etc. y siempre se sintió agradecido con el país, me siento privilegiada de haber nacido en mi país, extraño todo lo bonito de mi tierra, hasta el señor que me pesaba las frutas y verduras en Bella Vista en Maracaibo, siento tanta nostalgia, pero al mismo tiempo estoy llena de temor e inseguridad, por quiénes están en el poder…
Así también las amenazas están presentes en otras latitudes como es la Xenofobia, porque muchos han sido víctimas de actos xenófobos por sus ciudadanos locales, pagando el daño ocasionado por otros… eso es injusto … porque en varios países de América, un grupo de asesinos, delincuentes, estafadores, que supuestamente fueron enviados por el gobierno quien está en el poder desde hace más de 25 años, se pretenda comparar que todos los venezolanos son como ellos, y a los venezolanos eso les ha afectado y muchos han sufrido los desprecios y acoso, estoy de acuerdo si alguien viola lay de un país o asesina a una persona, se le debe aplicar la ley, y que paguen por sus delitos todo depende del cristal conque se mire, porque la gran mayoría de los venezolanos en cualquier lugar saben respetar y son personas de Principios y valores.
Con Dios por delante siempre, esto pasará, hagamos el bien y no miremos a quien, solo dar lo mejor de nosotros, como hemos estado haciendo, lo importante es crecer, aprender y agradecer. Porque si luchamos por la libertad, la democracia y por un mejor bienestar ya eso es nuestro ejemplo de vida.
Marinella Scampini De Vale
-Lcda. En Relaciones Industriales, Especialista y coach organizacional en RRHH.
-Radicada en el estado de Indiana en EEUU.
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