POR: ABOG. NILMARY BOSCAN MALDONADO
A propósito de celebrarse el día internacional de la mujer, el 08 de marzo, escribo este articulo como un mensaje positivo de unión y empoderamiento entre las mujeres. Esta vez no escribiré sobre la historia que antecede a la conmemoración de este día tan especial, sino más bien a destacar el poder que existe cuando las mujeres se unen y se apoyan unas con otras.
Sin duda alguna, las mujeres tenemos características, virtudes, talentos y habilidades que nos convierten en unas heroínas de la vida, pero que maravilloso seria si usamos ese poder para blindarnos unas con otras, ser más empáticas y así ayudar a aquellas mujeres que se encuentran con alguna situación personal que no les permite avanzar, porque no cuentan con el apoyo o las herramientas necesarias para resurgir. Cuando las mujeres se proponen a alcanzar grandes metas son capaces de lograrlas, porque estamos impregnadas de esa energía y creatividad que nos impulsa a obtener lo que queremos, usando la disciplina y la constancia.
La mujer es un ser que tiene la habilidad de escuchar con detenimiento para dar un buen consejo a alguna amiga que se encuentre pasando por un mal momento, porque se pone en su lugar, quizás ha pasado por lo mismo, logrando vencerse a si misma y por ello puede dar una buena recomendación con toda propiedad para reparar esas alas caídas en quien la este pasando mal, animándola a volar muy alto, superando obstáculos con la frente en alto, comprendiendo que los errores nos ayudan a crecer y los problemas a ser mas analíticas.
La mujer es la viva voz del amor y la ternura, por ello cuando se reúnen en nombre del bien pueden ingeniar cosas maravillosas en beneficio de los suyos y de las personas que aman. Cuando las mujeres se apoyan unas con otras sin juzgarse, sin imponer estereotipos, sin miedos y sin críticas, son capaces de levantar cualquier alma caída, se transforman en un poderoso ejército del bien para ayudar y transformar la tristeza en alegría, los sueños en realidad y las lagrimas en felicidad. Cada una con sus propias anécdotas y experiencias de vida pueden animar a otras a salir de situaciones adversas en un eterno abrazo de compañerismo y amistad sincera.
Las que tienen la oportunidad de ser líderes, tienen la gran responsabilidad de contribuir a que otras mujeres alcancen su potencial, compartir sus experiencias y aprendizajes para que cada una se sienta segura de su camino y potencie su talento, siempre formando una red de apoyo basada en la empatía.
Cada mujer desde su espacio y experiencia puede convertirse en un patrón a seguir, inspirando a otras mediante el buen ejemplo de constancia, disciplina, superación y amor propio. Las mujeres en ocasiones perdemos grandes oportunidades por estar a la expectativa sin tomar en cuenta el gran potencial que llevamos por dentro, esas capacidades y talentos que gritan por salir a conquistar el mundo, hagamos caso a esa intuición para construir una mejor versión de sí misma, edificando nuestro interior y fortaleciendo nuestra seguridad porque no existen imposibles cuando tomamos la decisión de ir detrás de nuestros sueños para hacerlos realidad.
Busquemos alianzas con otras mujeres que pueden ser amigas, familiares o compañeras de trabajos para honrar la sororidad, palabra clave que supone una nueva forma de mirar a las mujeres que te rodean, desde el respeto, el cuidado mutuo y creando redes para cambiar las estructuras de poder. El objetivo primordial de la sororidad es reconocer el valor y la aportación de cada mujer desde el rol que ejerce, potencializando las coincidencias y minimizando las diferencias. Reforzar nuestras habilidades y colaborar con otras mujeres porque definitivamente en la unión esta la fuerza. Esta muestra de empatía ayuda a que otras mujeres puedan crecer y descubran en ellas virtudes que posiblemente desconocían. Que hermoso es ayudar a otras a creer en ellas, ser ese faro de luz y ayuda que tanto necesitan.
Las experiencias personales pueden servir de referencia a otras mujeres para encontrar respuestas y soluciones en diferentes áreas de la vida: familia, trabajo, hogar, situaciones personales, emprendimientos, etc.
La verdad es que somos competitivas entre nosotras, es más, caemos en absurdas comparaciones que no ayudan, lo mejor es aprender lo bueno de cada una y ser solidaria con quien nos necesite. También es importante no criticar y respetar a la otra, no juzgar la apariencia física de los demás, no hacer juicios, no justificar la violencia en ninguna de sus formas, respetar las opiniones de los demás aunque no las compartas totalmente, no involucrarte en la vida sentimental de la otra al menos que sea una relación toxica en donde un buen consejo sea necesario, procura hacer comentarios constructivos, apoya los proyectos de otras mujeres, promueve el amor propio, no normalicemos los comentarios denigrantes y corrijamos a quien los haga, haz cumplidos sinceros, entre otras buenas acciones.
Construyamos una sociedad de mujeres edificadoras de progreso y buena voluntad. Que el apoyo entre todas sea mutuo y se sienta como un cálido abrazo sincero y lleno de afecto.
Necesitamos un mundo de mujeres que apoyan a mujeres.
Feliz día Internacional de la Mujer.
Abog. Nilmary Boscan Maldonado