POR: DIPUTADO OMAR ÁVILA
Cuando decidí lanzarme como candidato a la Alcaldía del municipio Sucre, no fue una decisión tomada a la ligera ni una mera aspiración política. Esta es la materialización de años de trabajo, de escuchar a la gente, de recorrer sus calles, de ver sus realidades y de entender que para gobernar, antes que todo, hay que estar dispuesto a escuchar.
Vivimos en un momento político donde las promesas vacías y los discursos retóricos parecen ser la norma, pero yo estoy convencido de que la política debe estar al servicio de las personas y no al revés. Durante mi tiempo como diputado he tenido el privilegio de conocer de cerca las inquietudes y aspiraciones de los sucrenses. He recorrido cada rincón de nuestra jurisdicción, desde las comunidades más alejadas hasta los sectores más concurridos, y en todas partes me he encontrado con un común denominador: la necesidad de ser escuchados. Los ciudadanos no buscan un gobierno que se limite a decidir por ellos, sino uno que los involucre, que los respete y que valore sus voces.
Mi compromiso con Sucre es claro: gobernar con la gente, no para la gente. La política local, esa que impacta directamente en la vida diaria de cada vecino, debe ser cercana, transparente y participativa. El trabajo en la Alcaldía debe empezar en las calles, en las casas, en las plazas, donde las personas realmente se sienten afectadas por las decisiones que tomamos en los escritorios de las oficinas gubernamentales. Yo quiero que la Alcaldía sea un espacio de confianza, de puertas abiertas, donde cada sucrense pueda aportar, dialogar y ser parte activa de la construcción de un municipio mejor.
Los problemas de Sucre son conocidos: la inseguridad, los servicios públicos, la falta de infraestructura, y mucho más. Pero estos problemas no se resuelven desde un escritorio distante, sino desde un gobierno que escuche las voces del pueblo. Es por eso que mi propuesta no se limita a un conjunto de planes preestablecidos; mi propuesta es un compromiso de cercanía, de presencia constante en cada comunidad, de jornadas de contacto directo y encuentros con los vecinos. Esto no solo permitirá identificar las necesidades más urgentes, sino también involucrar a los ciudadanos en la toma de decisiones que los afecten.
A lo largo de mi carrera he tenido la oportunidad de ser testigo de cómo los problemas de la gente pueden solucionarse cuando hay disposición para hacer las cosas de manera diferente, cuando hay voluntad política de trabajar junto a la gente y no sobre ella. El programa «Visión Solidaria», que lancé hace casi 10 años, es un claro ejemplo de cómo, con pequeños gestos, se puede cambiar la realidad de una comunidad. Alimentar a miles de familias, llevar medicamentos a los más vulnerables y fomentar la organización comunitaria son solo algunas de las acciones que se han logrado gracias al esfuerzo conjunto con los sucrenses.
Este mismo enfoque es el que llevaré a la Alcaldía de Sucre. No se trata solo de tener planes, sino de tener un gobierno cercano que sepa escuchar, que valore las ideas y sugerencias de los vecinos, y que se comprometa a materializarlas. Mi visión de Sucre es una en la que cada sucrense tenga un lugar, un espacio para participar y contribuir a la creación de un municipio más seguro, más limpio, más justo y más próspero.
La transparencia será uno de los pilares fundamentales de mi gestión. Sé que la gente está cansada de promesas incumplidas, de gobiernos que se olvidan de quienes los eligieron. Por eso, mi compromiso es claro: rendir cuentas constantemente y mantener un contacto directo con los ciudadanos. Las decisiones no se tomarán en función de intereses particulares, sino con base en lo que realmente necesita la gente. La participación será abierta y accesible, y las propuestas no solo serán escuchadas, sino que se trabajarán de la mano con los vecinos.
Sucre necesita un gobierno que valore lo que sus habitantes tienen para ofrecer, que sepa aprovechar su potencial, y que lo haga con honestidad y sin prepotencia. Estoy convencido de que, si trabajamos juntos, podemos transformar nuestra realidad. Mi candidatura no es un proyecto de una persona, sino de todos los que sienten que Sucre puede ser mucho mejor. Y para eso, cuento con cada uno de ustedes.
Gobernar es escuchar, y yo estoy listo para hacerlo. Juntos, podemos hacer de Sucre un municipio más activo, más productivo y más cercano a sus habitantes. Con tu apoyo, lograremos construir un futuro más próspero para todos.
¡Cuento contigo!
Diputado Omar Ávila
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