Deportes.- El Mundial de Clubes 2025 está dejando una huella inesperada en el mapa del fútbol global: Sudamérica ha emergido como la gran potencia del torneo, con un Brasil indetenible, aunque con una Argentina atravesando una crisis de representación futbolística.
¿Traduce esto un evidente poderío del fútbol brasilero en el Mundial de Clubes, cuando sus cuatro equipos están en octavos de final? O ¿Será que en Sudamérica solo los brasileños pueden competir de tú a tú con los europeos en este Mundial?
Los cuatro equipos brasileños, Flamengo, Palmeiras, Botafogo y Fluminense, no solo clasificaron a los octavos de final, sino que lo hicieron enfrentando y superando a clubes europeos de renombre. Flamengo, por ejemplo, venció al Chelsea 3-1, y Botafogo sorprendió al PSG.
En contraste, Argentina ha vivido un Mundial de Clubes para el olvido. Boca Juniors y River Plate, sus dos representantes, quedaron eliminados en fase de grupos. Boca apenas sumó un punto, empatando con el semiprofesional Auckland City, mientras que River, pese a un buen arranque frente al Urawa Reds, fue superado por el Inter de Milán, subcampeón de Europa, que se comió una goleada en aquella final de la Champions League frente al PSG; y dejando también de hacer los deberes ante el club mexicano Monterrey.
La prensa internacional ha sido dura: se habla de “vergüenza” y de una brecha creciente entre el fútbol argentino y el resto del mundo.
Esta situación refleja más que un mal torneo para Argentina: es un síntoma de realidades estructurales distintas. Mientras Brasil retiene talento y fortalece su liga, Argentina sufre la fuga de jugadores, limitaciones económicas y decisiones dirigenciales cuestionadas.
Por ahora la única realidad visible es que los únicos que sacaron la cara por Sudamérica fueron los brasileños.
Este dominio no es casual: los clubes brasileños vienen de ganar las últimas seis ediciones de la Copa Libertadores y han consolidado una liga local altamente competitiva. La última que ganó un equipo argentino fue en 2018. Además, el calendario les favorece: están en plena temporada, mientras que los europeos llegan tras campañas extenuantes.
La actuación de los Cariocas
Botafogo, logró avanzar con tan solo una derrota, la única que sufrieron los clubes brasileños hasta el momento en el Mundial de Clubes. Y sucedió cuando ya estaban clasificados por la mínima diferencia frente al Atlético de Madrid. Botafogo hizo los mismos puntos que París Saint-Germain, de hecho, le ganó, y pese al triunfo del equipo español sobre ellos, los terminó eliminando.
Palmeiras viene demostrando su gran momento en competiciones internacionales, incluso en la Copa Libertadores de América. Palmeiras lideró su grupo y eliminó a Porto.
Y qué decir tanto de Fluminense como de Flamengo, quienes lograron sellar sin problema su pasaporte a la siguiente etapa.
Solo Fluminense hizo menos puntos que un equipo europeo en su grupo, terminando por debajo de Borussia Dortmund, mientras que Flamengo quedó por arriba de Chelsea en su grupo.
Por qué sucedió
Primero hay que destacar que la economía brasilera es la más fuerte de Sudamérica, y esto le permite al fútbol brasileño local, retener por más tiempo a las jóvenes figuras emergentes. Ciertamente hay otras que se marchan muy temprano, pero también hay un grupo de futbolistas jóvenes muy talentosos que no se marchan a tan corta edad.
Está claro que el aspecto económico evita la fuga masiva de talento joven, que sí sufren los equipos argentinos, con casos recientes como el del jovencito de 17 años Franco Mastantuono ahora ficha del Real Madrid, también el del Diablito Echeverry, entre otros, en River, y también en Boca con Valentín Barco, por mencionar algunos, mientras que Vélez igual ha visto partir a sus jugadores jóvenes muy rápido.
Además de esto, Brasil también puede fichar a jugadores vigentes de selecciones nacionales, y algunos que hacen vida en la selección de Brasil y otros tantos en selecciones sudamericanas.
Venezuela tiene a varios jugadores de la Vinotinto, actuales y vigentes, en el fútbol brasileño, como Wilker Ángel, Nahuel Ferraresi, Jefferson Sabarino, Yeferson Soteldo, que, en lugar de ir a Europa, encuentran muy buenos contratos en equipos competitivos del fútbol brasileño.
También ese poder económico le permite a Brasil repescar a futbolistas brasileños que tuvieron algún paso por Europa, que todavía están vigentes, compitiendo bien y que nutren su fútbol. Entonces económicamente el fútbol de Argentina no puede competir en estos aspectos con el de Brasil.
El Mundial de Clubes 2025 no solo está redefiniendo jerarquías, sino que también plantea una pregunta incómoda: ¿está cambiando el eje del poder en el fútbol sudamericano?
Texto/ Noris Hernández
Fotos /WEB