Deportes.- Jincheng Guo, un joven de 23 años, ha arrasado en los Juegos Paralímpicos de París con una actuación que quedará grabada en la historia del deporte. Con cuatro oros, dos récords del mundo y un estilo único, este nadador ha demostrado que su talento va mucho más allá de los números.
Lo que realmente asombra de Guo no son solo las medallas, sino su técnica. Sin apenas sacar la cabeza del agua – solamente respira una vez durante los 50 metros -, y solamente usando la fuerza de sus piernas, su cuerpo parece diseñado para cortar el líquido como si de una bala se tratara.
Su forma de nadar es tan particular que muchos comparan su movimiento con un torpedo, algo que se hizo evidente cuando batió el récord mundial en los 50 metros libres con un tiempo de 29,33 segundos. Una auténtica hazaña que dejó a sus rivales luchando por la plata prácticamente desde el primer segundo.
Nadie en la categoría S5, donde compiten nadadores con movilidad reducida en el torso y las piernas, ha conseguido acercarse a sus cifras. Literalmente, nadie ha podido igualar su ritmo endiablado. Y Guo ya había avisado del recital que iba a dar.
Pero el dominio del atleta paralímpico no terminó ahí. El nadador chino ha cerrado su participación en los Juegos de París con una actuación que difícilmente se borrará de la memoria colectiva. Cuatro oros, dos récords del mundo y dos platas son su botín de estas semanas de competición.
En mariposa, su rendimiento fue igual de aplastante, llevándose los 50 metros sin apenas esforzarse. Y por si no fuera suficiente, también brilló en los relevos mixtos, tanto en el estilo libre como en los combinados. Su rendimiento en París no deja dudas: ha llegado para quedarse entre los grandes como León Marchand, Michale Phelps o la española Teresa Perales, que cuenta con 27 medallas paralímpicas.
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