Portada » NUESTRA IMPERFECCION  

NUESTRA IMPERFECCION  

por Mileydi Piña
PEDDRO DUARTE OPINION

POR: DR. PEDRO DUARTE

Ser perfecto o querer serlo se ha convertido en una especie de costumbre nefasta en la sociedad actual, es casi una obsesión que no permite errores y que al cometerlos, como es lógico que suceda, esa exageración por lo perfecto trae consecuencias terribles para quien no entiende que somos limitados, finitos, imperfectos, perfectibles, pero no perfectos.

Desde el punto de vista filosófico, podemos ver la perfección como un concepto que hace referencia a algo que no tiene defectos o errores y que ha alcanzado el máximo nivel posible. Desde una perspectiva ética, el perfeccionismo lo entendemos como esa voluntad de alcanzar una calidad óptima en los aspectos espirituales, mentales, físicos y materiales.

Las Sagradas Escrituras, fuente inagotable de sabiduría, en el Nuevo Testamento nos hace referencia a que debemos ser perfectos como el Padre celestial es perfecto; sin  duda que es imposible, humanamente hablando, alcanzar ese nivel de perfección y lo entendemos como una manera de inspirarnos hacia donde debemos caminar sin desmayar, reconociendo en todo momento nuestras limitaciones, sin perder la idea de que somos perfectibles.

El gran filósofo Aristóteles consideraba que lo perfecto es aquello que no puede ser superado en cuanto al género, en términos de excelencia y bien; mientras que por su parte Platón planteaba que la perfección técnica es la capacidad de realizar una tarea o profesión de manera perfecta, presuponiendo un conocimiento específico de algo que no todo el mundo posee y ser capaz de realizar perfectamente bien una tarea o profesión.

El valor que se le da a la perfección es tan alto que si alguien sacara a relucir las imperfecciones del otro, cosa muy común por cierto, seguro se sentiría incomodo llegando al punto de desear no tener ningún defecto con el que los demás pudieran manipular, pero eso es imposible, todos tenemos nuestras imperfecciones, defectos, debilidades y la gran pregunta que debemos hacernos es ¿Es posible aceptar estos defectos? Algo que considero más importante ¿Podemos sacar algún beneficio de ello?

Este es un ejercicio que ayudaría y que considero necesario más cuando hemos crecido y convivimos en una sociedad que ridiculiza o aísla a quien es “diferente”, trayendo como consecuencia que de manera frecuente, se desarrollen una serie de complejos que nos presentan de forma distorsionada, tratando de ocultar por todos los medios nuestras imperfecciones, buscando que nadie se percate de ello.

Vivamos felices tal y como somos, entendiendo que somos la obra predilecta de Dios creador, pues a pesar de que escondamos nuestros “defectos”, estos seguirán estando allí y la única forma de estar en paz con nosotros mismos y comportarnos tal y como somos, es aceptarlos, lo contrario simplemente conlleva sentimiento de fracaso, frustración y decepción; ingredientes básicos para la infelicidad y si para algo nos hizo el Creador es para ser felices en sumo grado.

 

“No temas a la perfección, nunca la alcanzaras”

Salvador Dalí

 

Dr. Pedro Duarte

Abogado  

Te puede interesar

Copyright © 1990-2024 - Todos los derechos reservados.