POR: NILMARY BOSCÁN MALDONADO
Hasta qué punto se puede ser permisivo, es importante establecer un equilibrio donde se respeten los límites personales, valores, gustos, preferencias, principios y decisiones de cada persona.
Ser permisivo, “califica al sujeto que tiene tendencia a consentir o a dar permisos para ciertas cosas. De este modo, la persona permisiva muestra su flexibilidad a la hora de establecer límites o de ejercer su autoridad”. Quizás este concepto nos confunda, entre elegir ser permisivo o no, la repuesta es muy simple, hay que procurar que la decisión de ser en algún momento flexible, no afecte nuestra integridad personal. No podemos decir a todo que sí, simplemente por quedar bien o por compromiso, ya que estarías atentando contra tu propia dignidad al aceptar algo, que en el fondo sabes que no es lo correcto, ni tampoco lo que quieres o te favorece.
Hay personas que permiten constantemente situaciones abusivas, convirtiéndose en costumbre, luego se quejan pero no hacen nada al respecto para marcar distancia y hacer valer su posición, pues no se dan cuenta que el verdadero problema está dentro de ellas, por no darse el valor y respeto que merecen. Por ejemplo, hay casos de pareja donde la mujer se deja gritar, ofender y agredir, sin hacer nada, por temor a la soledad o quedarse desposeídas económicamente, también sucede en la familia cuando uno o ambos padres son permisivos con sus hijos, al no establecer reglas claras en el hogar, desapareciendo la autoridad y el respeto. Puede pasar hasta con los vecinos, cuando cualquiera entra y sale de tu casa, sin permiso abre la nevera se lleva tu comida y no dices nada para no ofender, estas son algunas situaciones comunes pero hay millones de casos, donde ser permisivo es una conducta negativa que viola tus limites personales donde el principal responsable eres tú, por no establecer respeto, de allí se generan serios problemas y graves consecuencias. Lo más seguro es que cuando tu conducta permisiva cambie a una más equilibrada, respetuosa y justa, muchas personas se van a enojar contigo y hasta alejarse de ti, por el hecho de que marcaste distancia, definitivamente lo mejor que te puede suceder es que salgan de tu vida.
Ser excesivamente permisivo te hace presa fácil de los abusadores, manipuladores y chantajistas, quienes dominan el arte del drama y de hacer sentir culpables a los demás. Es importante quererte, valorarte y establecer límites para poder relacionarte adecuadamente, sin caer en el abuso o el control de un aprovechador.
“Bueno es el cilantro pero no tanto”, no es malo ser flexible, siempre y cuando esa decisión no afecte tu integridad, el irrespeto no puede ser un factor repetitivo en tu vida. Nos enseñan desde niños a respetar a los demás, pero no a nosotros mismos, por ende es importante cultivarlo, establecer límites y no consentir que te usen como un “trapo”. Toda persona merece respeto, incluso en las diferencias.
Debes cuidarte de los abusadores y eso implica marcar distancia, decir que no, hacer valer tu opinión cuando estas en desacuerdo, exigir respeto, establecer límites personales, cuidar tus valores, principios y hacer valer tus derechos. Que algo no te guste no significa que esté mal. El respeto siempre será la mejor herramienta para crear un ambiente comprensivo y sano.
El abuso que permites se hace costumbre.
Abog. Nilmary Boscán Maldonado