Las imágenes creadas con la nueva función de IA de Photoshop integrarán una etiqueta para informar sobre su procedencia y evitar usos indebidos.
Photoshop acaba de convertirse en un nuevo competidor de Dall-E y Midjourney. El programa de Adobe ha integrado una nueva opción para crear imágenes personalizadas a partir de indicaciones de texto. Las instrucciones son procesadas por Firefly, el algoritmo de inteligencia artificial (IA) de la empresa. La función fue presentada en abril como una herramienta en fase beta. A partir de hoy está disponible en las aplicaciones móviles y para la web del programa de edición.
La herramienta llega con el nombre “Generar imagen”. Se encuentra dentro de la interfaz de la suite. Está impulsada por el modelo Image 3 Foundation de Adobe Firefly. La compañía asegura que es capaz de entregar “resultados complejos y personalizados de manera eficiente” en pocos segundos. Su funcionamiento es semejante al de otros motores de generación de imágenes basados en sistemas de IA. Los interesados solo tendrán que describir el estilo, tema, intención y composición de la imagen que esperan obtener. En consecuencia, recibirán un gráfico con características cercanas a las solicitadas.
Los usuarios pueden cargar una imagen de referencia para tener tener un mayor control de la función. Existe la posibilidad de predefinir el tipo de contenido y los efectos de estilo deseados para conseguir respuestas más específicas. Los materiales podrán ser guardados y posteriormente intervenidos con el resto de las herramientas de edición que ofrece Photoshop.
Adobe también presentó la versión beta de la función “Relleno generativo de formas” para Illustrator. Permite agregar de manera automática detalles y texturas a los gráficos vectoriales mediante instrucciones de texto o al utilizar una referencia de estilo. El recurso está impulsado por el modelo de IA Firefly Vector. Incluye una serie de controles que facilitan a los usuarios la edición de los productos.
La compañía asegura que todos los contenidos producidos con sus algoritmos de IA pueden ser utilizados de manera comercial. Recordó que su modelo FireFly está entrenado con datos de dominio público libres de derechos de autor y materiales con licencia. Señala que todas las imágenes creadas con esta tecnología adjuntan de forma automática una etiqueta que advierte sobre su procedencia. Esta insignia no puede ser editada o eliminada.
Las nuevas opciones de IA para generar imágenes se incorporan en un momento en el que Adobe atraviesa una crisis de reputación y confianza. El mes pasado un cambio en sus políticas de uso desató el descontento de sus clientes. La disposición establecía que la firma reservaba el derecho de “acceder, ver o escuchar” el contenido que los usuarios generan y almacenan en sus plataformas en la nube. Los suscriptores manifestaron que el lenguaje utilizado en la normativa era vago y sugería que la compañía está usando proyectos concluidos o en proceso para entrenar a Firefly.
El equipo de comunicación de la empresa dijo que la modificación de sus condiciones de uso tenía el objetivo de brindar mayor “claridad en algunas áreas específicas” de sus servicios Adobe Creative Cloud y Document Cloud. Explicó que la corporación requiere de una licencia limitada para acceder al contenido con el fin de operar o mejorar sus soluciones. Añadió que estos permisos también son necesarios para hacer cumplir sus términos con base en la ley y evitar casos de uso abusivo o ilegal.
La organización dirigida por Shantanu Narayen ajustó nuevamente sus políticas ante los señalamientos. Argumentó que “no hay ambigüedad en la postura. Nunca hemos entrenado la IA generativa con el contenido del cliente, ni nos hemos adueñado del trabajo ni hemos permitido el acceso al contenido del cliente más allá de los requisitos legales”.
Adobe se mantiene firme respecto a su incursión en el negocio de la IA generativa. Busca una mejora sustancial en sus aplicaciones de edición de contenidos para hacer frente a inesperados competidores como ChatGPT, Meta IA y Gemini. Algunos analistas anticipan que sus esfuerzos podrían quedarse cortos ante la infraestructura, capacidades de desarrollo y promesas de acceso de grandes empresas tecnológicas como OpenAI y Google.