DESTACADONACIONAL

¿Quién fue “el médico de los pobres” venezolano?

El caso que impulsó la beatificación fue el de la niña Yaxury Solorzano, quien quedó gravemente herida tras recibir un disparo en la cabeza en 2017 y logró recuperarse por completo en un milagro que es atribuido a Hernández, de acuerdo con la Arquidiócesis de Caracas.

CARACAS (AP) — Con la austeridad de un monje, la vocación de procurar el bien ajeno y la sapiencia de un hombre de ciencia, José Gregorio Hernández se ganó el afecto de aquellos que lo llamaron “el médico de los pobres” en Venezuela. Luego de su muerte en 1919 se convirtió en un ícono religioso al que millones de devotos piden que se le rinda culto.

Hernández, que falleció atropellado a las 54 años, será beatificado el viernes tras casi 72 años de esfuerzos de la iglesia católica venezolana para que fuese declarado santo.

Lea también:
Edmundo González: «El chavismo tendrá libre participación política durante mi gobierno»

La beatificación “no cambia en nada… Para mí siempre fue santo”, dijo a The Associated Press Odalis Josefina Vargas, de 53 años, quien como otros millones de venezolanos veneran al también médico que trató y dio medicamentos gratuitos a los más pobres. Vargas tiene la imagen de Hernández en un altar en su casa y lo mantiene iluminado con bombillos verdes, salvo durante los frecuentes apagones que azotan al país.

Cuando el papa Juan Pablo II visitó Venezuela en 1996 recibió una petición firmada por cinco millones de personas, casi uno de cada cuatro venezolanos, pidiendo que declarase santo a Hernández y oficializara su culto.

Hernández, nacido el 26 de octubre de 1864, pensaba que la ciencia era un medio para sacar para sacar al país de la miseria. “Creía que la medicina era un sacerdocio del dolor humano”, decía el doctor venezolano Luis Razetti, un médico, académico y amigo del próximo beato. Fundó dos instituciones de investigación y varias cátedras de Medicina en la Universidad Central de Venezuela, la más antigua y la más grande del país.

Hernández nunca se casó. Graduado de médico en Caracas en 1888, viajó a Europa para estudiar y convertirse en monje católico, pero su frágil salud no le permitió soportar el clima frío y húmedo. Retornó a Venezuela pocos meses después para recuperarse y aunque posteriormente volvió a viajar a ese continente, nuevamente enfermó. Al volver a casa lo hizo cargado de equipos y conocimientos médicos avanzados.

El 29 de junio de 1919 fue atropellado cuando cruzaba una calle después de retirar unos medicamentos en una farmacia para llevarlos a una anciana pobre. Falleció a causa de un impacto que sufrió en la cabeza con el borde de una acera. Se estima que unas 20.000 personas participaron en su procesión fúnebre, cerca de una cuarta parte de la entonces población de Caracas.

En 1986, el Vaticano declaró a Hernández “venerable”, lo que significa que llevó una vida cristiana ejemplar, pero para lograr la beatificación y luego la santidad, equipos de médicos, teólogos y cardenales deben aprobar dos milagros que se le atribuyen. El caso que impulsó la beatificación fue el de la niña Yaxury Solorzano, quien quedó gravemente herida tras recibir un disparo en la cabeza y logró recuperarse por completo en un milagro que es atribuido a Hernández, informó entonces la Arquidiócesis de Caracas.

En junio de 2020, el papa Francisco firmó el decreto para la beatificación.

Sus restos –que reposan desde 1975 en la iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria de Caracas– fueron exhumados el 26 de octubre pasado. Allí era habitual ver radiografías y ofrendas que los fieles llevaban para agradecer la sanación.

Su culto se ha extendido además a países como España, Portugal, Italia, Colombia y otras naciones a las que llegó por intermedio de inmigrantes que vivieron en Venezuela en momentos de grandes tribulaciones como las dos guerras mundiales; así como varios conflictos armados y severas crisis económicas en la región. “Es algo impresionante. Con el éxodo de venezolanos y el retorno a sus lugares de origen de personas que vivieron en nuestro país, se ha extendido su conocimiento y devoción”, dijo el cardenal Baltazar Porras.

Hernández será el primer laico venezolano beatificado. Las otras tres son mujeres miembros de órdenes religiosas. Cuando en 1995 fue beatificada la primera de ellas, la Madre María de San José, una gran mayoría fue sorprendida con el anuncio puesto que jamás habían escuchado su nombre. Esto causó malestar en algunos y avivó el reclamo que se considerase otorgar a Hernández ese honor.

Beatifican a Jose Gregorio Hernandez en medio de pandemia y crisis

Sin los esperados festejos multitudinarios por la cuarentena vigente desde hace más de un año por el nuevo coronavirus, los venezolanos se preparan para seguir a la distancia una ceremonia que han esperado por más de 70 años: la beatificación de José Gregorio Hernández, conocido como el “médico de los pobres”.

Hernández será beatificado el viernes en la pequeña capilla de un colegio católico ubicado al borde de un parque nacional montañoso, al norte de Caracas, para evitar aglomeraciones y controlar mejor los accesos.

Se espera que menos de 300 personas, casi en su totalidad sacerdotes y monjas, asistan a la ceremonia. El resto de los venezolanos deberá verlo por televisión.

La celebración iba a ser encabezada por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, un exembajador de la Santa Sede en Venezuela, pero su viaje fue cancelado a último momento “por causas de fuerza mayor, ligadas principalmente a la pandemia de COVID-19”, según informó el Vaticano sin dar otros detalles.

Algunos observadores consideraban que la presencia de Parolin podía haber servido para que el Vaticano preparase el terreno para potenciales nuevas negociaciones entre el gobierno y la oposición y, eventualmente, avanzar en el fin de la crisis política, económica y social que azota al país desde hace años.

Las relaciones entre los jerarcas católicos venezolanos y los gobiernos socialistas han sido tirantes, particularmente durante el mandato del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013), quien repetidamente acusaba a los líderes de la Iglesia de dar la espalda a los pobres y ponerse del lado de la “oligarquía”. Pero desde que el argentino Jorge Bergoglio fue elegido papa Francisco, el vínculo bilateral mejoró notablemente.

En junio de 2020, 71 años después de iniciado el proceso canónico, el pontífice firmó el decreto para la beatificación del médico venezolano.

El ascenso al altar de los beatos –el primer paso rumbo a la santidad– estuvo plagado de obstáculos; pero en el corazón de los venezolanos ya lo es.

La beatificación llega en momentos en que la mayoría de los venezolanos enfrenta una pérdida de poder adquisitivo provocada, entre otros factores, por una hiperinflación que ha llevado a las nubes los precios de los alimentos. Un total de 9,3 millones de personas –cerca de un tercio de la población- padecen inseguridad alimentaria moderada o severa, según el informe 2020 del Programa Mundial de Alimentos (PMA).

La semana pasada, el PMA y el presidente Nicolás Maduro firmaron un memorando de entendimiento por el cual el organismo internacional comenzará una operación humanitaria en Venezuela, enfocada en los niños con una dieta deficiente.

A diferencia de los últimos años, cuando la inseguridad alimentaria era principalmente consecuencia de la escasez de alimentos básicos, la razón fundamental ahora son los altos precios fijados en dólares en un país con un salario promedio de menos de cinco dólares al mes.

En la actualidad los venezolanos consumen alimentos que en el pasado los carniceros desechaban, como los huesos de pollo, que se venden a un dólar por kilo, y los pellejos que se retiran de los cortes más costosos, que cuestan en promedio 60 centavos de dólar el kilo.

Según el gobierno venezolano, los problemas económicos son consecuencia de las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados, que bloquean los fondos que el país necesita para la importación de alimentos y medicinas, entre otros bienes esenciales.

Pero los críticos del gobierno sostienen que son consecuencia de la destrucción del tejido productivo del país, las leyes excesivas que ahuyentan la inversión y los estrictos controles de precios y cambio que estuvieron vigentes varios años.

Para algunos, la beatificación podría ayudar a los venezolanos a renovar su esperanza de vivir tiempos mejores. María Díaz, un ama de casa de 39 años, dijo que “con el favor de José Gregorio” espera “que tengamos salud, que es lo que más necesitamos en estos días” de pandemia.

El proceso para lograr la declaración de santo de Hernández contó con el apoyo de la Iglesia católica venezolana desde 1949, tres décadas después de su muerte a los 54 años, al ser atropellado por un automóvil en 1919. El hombre fue un prestigioso científico y profesor universitario que se distinguió por sus obras en favor de la comunidad.

AP

elregional

Diario de contenido informativo, noticias del acontecer local, regional, nacional e internacional “El Regional del Zulia"

LOGO EL REGIONAL DEL ZULIA - BOTON PRINCIPAL

Suscríbete a nuestro boletín

Reciba nuestro resumen con las noticias más importantes directo a su buzón.