Deportes.- El Real Madrid ha encendido las alarmas este 25 de abril, en la antesala de la final de la Copa del Rey 2025, al considerar seriamente la posibilidad de no disputar el esperado encuentro contra el FC Barcelona, programado para este sábado en el estadio de La Cartuja, Sevilla.
La raíz del conflicto radica en el profundo descontento del club blanco con la designación arbitral, encabezada por Ricardo de Burgos Bengoetxea y Pablo González Fuertes en el VAR.
Como muestra palpable de su malestar, el Real Madrid ha decidido boicotear los actos oficiales previos al partido. Este viernes, el equipo no se presentó ni al entrenamiento oficial ni a la rueda de prensa programada en La Cartuja. Además, la directiva blanca canceló su asistencia a la cena institucional con el FC Barcelona y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
La decisión fue comunicada apenas minutos antes de que Luka Modric y Carlo Ancelotti comparecieran ante los medios, sorprendiendo incluso a miembros del propio plantel, como el portero Andriy Lunin, quien ya se encontraba en el autobús rumbo al estadio.
La tensión se intensifica tras las declaraciones arbitrales
La controversia se agravó luego de que De Burgos Bengoetxea y González Fuertes expresaran su malestar por las críticas recibidas, especialmente por parte de Real Madrid TV. Durante una rueda de prensa, De Burgos llegó a emocionarse hasta las lágrimas al referirse a los ataques personales, mientras que González Fuertes advirtió sobre posibles medidas de protesta por parte del colectivo arbitral.
El Real Madrid considera que estas declaraciones comprometen la imparcialidad de los árbitros y ha solicitado a la RFEF la sustitución de la terna designada. Sin embargo, la Federación ha ratificado la designación, argumentando que no se contemplan cambios a menos de 24 horas del encuentro.
Historial polémico y desconfianza acumulada
La relación entre el Real Madrid y De Burgos Bengoetxea ha sido tensa en el pasado. El club blanco recuerda decisiones polémicas en partidos anteriores, como la expulsión de Cristiano Ronaldo en la Supercopa de 2017. Además, cuestiona la falta de experiencia internacional del colegiado, quien, a pesar de ser árbitro FIFA desde 2018, no ha dirigido partidos de la Champions League ni de competiciones FIFA.
Este episodio se suma a una serie de desencuentros entre el Real Madrid y el estamento arbitral español. En febrero de este año, el club envió una carta a la RFEF denunciando un «sistema arbitral completamente desacreditado» y exigiendo reformas estructurales para garantizar la transparencia y la imparcialidad en las competiciones.
A menos de un día para el pitido inicial, la incertidumbre reina en el ambiente. La posibilidad de que el Real Madrid no se presente a la final de la Copa del Rey plantea un escenario sin precedentes en el fútbol español, con implicaciones deportivas e institucionales de gran magnitud.
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