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Sucre: El origen de una devoción

por Noris Hernández

Gibraltar: una tierra de tambores, de indígenas bravíos, de esclavitud ancestral; pero también de batallas, de libertad, de devoción. Una tierra que guarda en su seno un tesoro preciado para los pueblos que habitan a lo largo y ancho de toda la Costa Suroriental del Lago de Maracaibo, y que por más de 400 años ha representado su cultura, su idiosincrasia. Un tesoro, que no es otro que la devoción a San Benito en Sucre; una devoción que llegó a este lado del mundo a través de la Imagen de este santo de origen africano de la mano de los monjes europeos encargados de la evangelización de esclavos traídos a esta zona para trabajar en las plantaciones de los colonizadores y esclavistas a mediados del siglo XVII.

Es la iglesia de San Antonio de Gibraltar la que tiene bajo su resguardo la imagen más antigua que existe en Venezuela de San Benito de Palermo, y con la que se dio inicio y arraigó a la devoción más festiva, multitudinaria y fervorosa que se vive en la Región zuliana.

Aunque en el Sur del Lago y sus pueblos ancestrales: Bobures, Gibraltar, El Batey, San Francisco del Pino, Palmarito, Santa María, San José y San Antonio; no existe bajo la supervisión de la iglesia católica ninguna iglesia en honor a San Benito, son sus iglesias comunes, donde al lado de la plaza mayor de su Santo Patrono, se le ofrece un espacio privilegiado a San Benito de Palermo como copatrono de las mismas.

San Benito en Sucre

La Imagen de San Benito más antigua de Latinoamérica está en San Antonio de Gibraltar.(Foto/Régulo Rincón)

Por medio de la oralidad, ya que no existe escritos que se hubiesen hecho a través de la iglesia o los escribanos; son muchas cosas las que se conocen sobre la cultura afrodescendiente en el Sur del Lago zuliano; por lo que se cuenta, que cuando llegaron los esclavizados de distintas zonas del continente africano, era muy difícil la comunicación con y entre ellos, sin embargo, pese a esa limitación pudieron salvaguardar en el tiempo su espectro cultural. Era frecuente escucharlos tocar sus tambores, fabricados por ellos mismos, que era un canal de comunicación entre los distintos esclavos.

Ante esta situación los colonizadores se valieron de la evangelización para dominar a los esclavos y para que aprendieran el idioma español, siendo la iglesia católica, por medio de los monjes que fueron enviados a estas costas, la encargada de lograr que los esclavos dejaran de lado sus cultos paganos, como la adoración a algunas imágenes o tallas de color negro, entregándoles la imagen de Benito: religioso del que la gente hablaba por sus milagros y acciones bondadosas realizadas en vida y después de su muerte.

Benito, el monje franciscano, era muy conocido y por eso se aprovecharon de su obra santa, pese a que aún no era canonizado, pero representaba un ejemplo de vida, quien además era negro como ellos; para imponerlo a las comunidades esclavas en sustitución de esos ídolos que ellos adoraban.

Fueron nuestros ancestros los encargados entonces de transmitir esa cultura de generación en generación a través de sus testimonios sobre las comunidades negras existentes en la costa Sur del Lago marabino.

San Benito en Sucre

Las romerías de tambores comenzaron en los cañaverales del Sur del Lago de Maracaibo.(Foto/Redes Sociales)

Llegaron las romerías:

Los esclavos realizaban sus encuentros una vez al año dentro de los cañaverales, según sostiene el profesor universitario y director del Museo Itinerante San Benito de Palermo , Régulo Rincón, donde tocaban más de 60 tambores como una manera de drenar toda esa acción terrible que vivían derivada de la esclavitud. Con el tiempo se fueron organizando y depurando esa romería de tambores que hoy día se toca con 7 tambores (Algunos con 8); cuatro tambores hembras y tres machos.

«Los esclavos, que luego formarían parte de estos pueblos, se fueron organizando, fueron colocando algunos responsables de sus romerías de tambores, que después tuvieron nombres específicos, como capitanes, cargadores, entre otros, para que el vasallo o los tocadores y la celebración, tuviese una formalidad», refiere Rincón, quien también es Primer Mayordomo del vasallo Ramón Ochoa Freites de Cabimas y un asiduo investigador del culto a San Benito de Palermo en la costa Suroriental del Lago de Maracaibo.

En la iglesia de San Antonio de Gibraltar es la cita para honrar a San Benito de Palermo.(Foto/Redes Sociales).

Un fervor que crece

En el Sur de Lago su gente ha construido sus propios espacios para rendir honor a su amado y milagroso Santo Negro; mientras que por medio de la diáspora han nacido nuevos pueblos, adicionales a los conocidos como ancestrales, entre ellos, San Miguel, Palo de Flores, La Conquista, Las Valmore, San Juan del Batey, Las Guayanas; donde cada pueblo tiene su propia imagen de San Benito, venerándolo de igual forma.

Para todos estos pueblos costeros la expresión sanbenitera es muy importante y se mantiene activa todo el año exceptuando la época de cuaresma y en los chimbángueles de obligación (Tres: primer domingo de octubre, el día de los santos y en vísperas del 7 de diciembre día de la Purísima Concepción), en la que no se puede sacar el santo ni los tambores; tiempo de paro que empiezan el primer domingo de octubre y terminan en vísperas de la purísima el 7 de diciembre. El Santo no puede sacarse durante este periodo porque se encuentra en recogimiento para la celebración de sus fiestas.

Las fiestas de San Benito en el Sur del Lago se celebran dependiendo de los pueblos que lo veneran, por lo que se decidió un día específico para cada celebración, sin embargo, el día 27 de diciembre, 1 de enero y 6 de enero en algunos pueblos se celebra en simultáneo, independientemente de la fecha escogida para su celebración; por ejemplo en El Batey es el 25 de diciembre, Bobures el 1 de enero que también es el día asignado al pueblo de Santa María y algunos otros pueblos; mientras que el 27 de diciembre se celebra de igual forma en Santa María, San José, San Antonio, sucesivamente.

Desde hace algunos años se viene celebrando también el 4 de abril, día en el que muere San Benito, ya que para la iglesia católica ese es el verdadero día del Santo, porque es ese día en el que el santo se encuentra con Dios.

FOTO/MILEIDYS PIÑA

Organizados en cofradías: San Benito en Sucre

En la costa del Sur del Lago cada comunidad tiene su cofradía, es decir su gobierno de chimbángueles, compuesto de la siguiente manera:

Mayordomo: Es el que tiene la relación de la iglesia con el vasallo.

Capitán de plaza: Es el que le reza al Santo sus letanías de vida y obra, encargándose con esos rezos de sacar y meter el Santo a la iglesia, lo que representa el ritual de permiso, para salir a las calles a encontrarse con su pueblo.

Capitán de banda en San Benito de Sucre: Es el que se encarga de que el vasallo este preparado, que estén todos los tocadores, que no falte nada, y que los golpes se estén tocando de la mejor manera, que los vasallos tengan el mejor comportamiento, porque después del capitán de plaza, el capitán del vasallo es el que tiene la responsabilidad de que el vasallo cumpla con lo que fue a hacer.

Director de la banda: Es el que se encarga de todo lo que son los sones para que estén perfectamente bien tocados, que todo esté correcto y es el que ensaya a los tocadores para que tengan un golpe que se reconozca como tal.

Los cargadores del santo

Los tocadores

El abanderado: Es el que lleva la bandera delante del Santo y va limpiando el camino por donde pasa el Santo, además es el que lleva la insignia de cada vasallo para poderse encontrar con otro grupo u otra cofradía.

Los tocadores de maracas y flautas que son elementos indígenas que se incorporaron al vasallo y lo adornan con los sonidos de estos instrumentos.

Además de los devotos que lo siguen durante el recorrido por la promesa o la festividad que estén cumpliendo.

En algunos chimbángueles de Ajé del Sur del Lago se observa la presencia de latigueros, personas para controlar el orden público.

San Benito de Sucre

FOTO/RÉGULO RINCÓN

El culto se expande

Esta tradición se ha traspolado a otras ciudades cercanas, como Maracaibo y el resto de los municipios de la Costa Oriental del Lago, donde se establecen los grupos de vasallos con la misma estructura establecida en el Sur del Lago. Cofradías con capitanes, mayordomo, con la diferencia de que existen algunos grupos que no cumplen con algunos códigos propios de la tradición del Sur del Lago, como por ejemplo sacar la imagen en cuaresma.

En Cabimas, agregó el también cineasta Régulo Rincón, el primer grupo que se conformó como cofradía asumiendo la originalidad del chimbánguele fue el vasallo de Ramón Ochoa en el año 2007, cuyo líder se preparó en el Sur del Lago y encontró su identidad, por eso se convirtió en el único grupo que pasó forma parte de Fundavasallo, organización establecida en el Sur del Lago que ha logrado aglutinar 27 agrupaciones de chimbángueles, recibiendo solo al que cumpla con el código de ética como:

-Conformación de la cofradía

-Profesar la fe católica

-Cumplir las condiciones establecidas, entre ellas, los días de paro como la cuaresma y chimbángueles de obligación.

También se creó en Maracaibo durante el mes de febrero de este año 2024 Fundachimbangueles con motivo de la celebración de los 500 años del nacimiento de Benito de Palermo.

EL CHIMBANGUELE ES NUESTRA IDENTIDAD

El chimbanguele representa una de las expresiones culturales más antiguas de nuestro pueblo y forma parte de ese patrimonio que ha logrado sobrevivir en distintas comunidades de nuestro municipio como los pueblos de Santa María, Gibraltar, San José, San Antonio, Bobures, San Francisco del Pino, El Batey, San Juan, entre otros; a lo largo de más de 400 años de historia.

Para el alcalde del municipio Sucre, Yonis González, el arraigo del chimbanguele está presente en más de 22 comunidades sucrenses en las cuales se aprecian grandes celebraciones, sobre todo en la época decembrina. “Por ejemplo el 25 de diciembre todos a chimbangalear en El Batey, mientras que el 27 todos sabemos que la cita chimbangalera es en los pueblos santos: Santa María, San Antonio, San Francisco del Pino, y por supuesto, Gibraltar”.

González destaca que en cada uno de esos pueblos hay un vasallo destinado a preservar y fomentar esa manifestación afrocatólica, que además representa uno de los elementos de la identidad del pueblo sucrense.

“Un acontecimiento que para mí es histórico y mundial, es el que celebramos en la capital del municipio, Bobures, todos los primero de enero, cuando el chimbanguele sale a sus calles desde la mañana hasta altas horas de la noche para celebrar lo que para todos es la bienvenida al Nuevo Año. Ese día los sucrenses amanecen chimbangaleando”, expresa con orgullo la primera autoridad civil del municipio.

Destaca el burgomaestre que los asistentes a estos eventos, nativos y visitantes, pueden disfrutar de los golpes tradicionales para honrar a San Benito de Palermo como lo son: el ajé, el chocho, el cántica, chimbangalero vaya, el san gorongomé y el misericordia Señor, que conforman la dinastía chimbanguelera que diferencia e identifica el tambor de estas tierras costeras con el resto de los tambores con los que se rinden culto al Santo Negro.

Con respecto a la conmemoración de los 500 años del nacimiento de San Benito de Palermo, agrega el alcalde González, que el año jubilar 2024 decretado por la iglesia católica para conmemorar la fecha, ha representado para los sucrenses el reencuentro y el reconocimiento de los orígenes de esta manifestación folklórica, que ha formado parte de la vida cotidiana de los hijos del municipio Sucre. “También ha sido este año jubilar una oportunidad para reafirmar la fe y colaborar con la preservación del gentilicio sucrense, y de esa gran herencia que habremos de dejar a las futuras generaciones”.

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