GLORIA CUENCA
Se hace complejo analizar, comentar y estudiar, aún cuando este momento es un privilegio para quienes nos interesa el humanismo: comunicación y política,(psicólogos y psiquiatras, también) diariamente. No queda otro remedio en oportunidades, sino oír y callar. Los pensamientos, las reflexiones, también las conclusiones se me agolpan en la cabeza cada día. No resulta fácil comprender el nivel del desastre en el cual nos encontramos. Conclusiones, he sacado y quiero compartir con ustedes, contradictorios lectores. Sería interesante que me comuniquen si concuerdan conmigo. Al final les dejo mi twitter y mi correo, para saber si coincido, a mi larga edad, con alguno de ustedes.
La primera conclusión, refiere al título: ¿será estamos todos o casi todos locos? O ¿sólo los del régimen? ¿Qué me dicen de los que odian más a la oposición, diciendo que son opositores, que al gobierno? Esos sueñan con que bajen los ángeles a hacer política en Venezuela. Pero, eso sí ellos solo critican, nada de hacer, actuar. Si hablas, si actúas, si decides: tiene inconvenientes, te puedes equivocar. ¡AH, es que los hipercríticos, no son humanos, son dioses!
No negarán ustedes: lo que nos ocurre en este país, desde antes de la pandemia, y por supuesto después, nos hace pensar en la locura. Ejemplos sobran. Un presidente, con un cierto grado de autismo: no siente, ni padece, nada de lo que pasa en el país, en sus masas populares, en las comunidades, vive un sueño, irrealizable. Miente descaradamente y no le importa que se le descubran las mentiras, está más allá de cualquier nimiedad. Sin importarle “un comino” lo que pasa en el entorno. Nadie lo quiere, menos lo respetan; es un gran imitador, eso se lo concedo: debe pasar el día viendo los discursos del difunto, para hacer uso de las muletillas y de todo lo que se le ocurría e improvisaba. Era muy gestual, o kinestésico, como diría Adolfo Herrera, (QEPD), el presidente fallecido; éste no tiene nada que ofrecer, conocemos su historia. Parece que, alguien le recomendó imitarlo en el plano de la comunicación no verbal. ¡Craso error! Repugna verlo. Propicia la locura de la que hablé; nombra a un deportista, más o menos mediocre, para dirigir en la Pandemia El POLIEDRO. Llueven las críticas, se desdice: no dirige la parte de salud, sino los espectáculos en el poliedro. ¿Cuáles? La metida de pata, se profundiza. El escándalo no pasa. Y empieza a gritar “Imbéciles, imbéciles”, a quienes osan decir, que la voz que se escucha no pertenece a quien dicen. ¿No recuerdan las historias sobre el que murió? Lo vieron, habló, tomo decisiones, mientras estaba-probablemente- ejerciendo su verborrea, para convencer a San Pedro:” hay un error, yo me gané este puesto aquí a pulso, con todas las mentiras inimaginables, mis logros son muchos, vean la maravilla que es Venezuela 20 años después de mi ascenso al poder” Allí, es donde , contradictorios y estimados lectores, hay que tener cuidado, eso puede producir los dobles mensajes, que a su vez auspician la esquizofrenia, que sabemos es grave y difícil de controlar.¡Cuidadopues!
@editorialgloria/[email protected].
Periodista
Ex profesora de la UCV