La zuliana María Fernanda Vera, una joven de 35 años, oriunda de Los Puertos de Altagracia, municipio Miranda, en el estado Zulia, Venezuela, está librando una dura batalla por su vida.
Actualmente, sin riñones y dependiendo de una máquina de diálisis, esta aguerrida mujer se aferra a su fe y a la solidaridad para someterse a un trasplante lo antes posible en Colombia.
En Venezuela, María fue una valiente funcionaria bomberil. Esta profesión, que comenzó a amar con pasión al ver a su padre, Jesús Rafael Vera Galviz (mayor jubilado de PDVSA como bombero), ejercer con abnegación y disciplina en su localidad natal, marcó su camino.
Siguiendo sus pasos, María se formó como bombera y dedicó más de una década a combatir incendios y proteger a la humanidad.
Ejerció con gallardía en el Cuerpo de Bomberos del municipio Miranda por unos diez años, y luego en la brigada de Santa Rita por aproximadamente tres años.
Ahora, la vida le exige luchar por la suya desde Bogotá, Colombia, adonde emigró en agosto de 2018.
El duro diagnóstico de la insuficiencia renal
Hace cuatro años, a María Fernanda Vera le diagnosticaron hidronefrosis grado 4, una condición que se traduce en insuficiencia renal crónica.
«La enfermedad comenzó a manifestarse en 2021, cuando el riñón derecho no funcionaba bien. Por eso, decidieron extraer ese órgano el 21 de febrero de 2024 en una operación realizada en el Hospital Simón Bolívar de Bogotá», recalcó María en una entrevista para El Regional del Zulia.
Después de un año y tres meses de esa primera cirugía, surgió una nueva y grave complicación de salud para la zuliana: su único riñón restante no funcionaba correctamente.
Ante esta situación crítica, los médicos decidieron realizarle una nefrectomía total de su último riñón el 21 de mayo de 2025, debido a la formación de colecciones de pus.
la vida de la zuliana María Fernanda Vera pende de un hilo
Actualmente, la vida de María pende de un hilo, dependiendo completamente de una máquina de diálisis y de un trasplante de riñón que debe realizarse cuanto antes.
Asegura que las primeras sesiones de diálisis fueron difíciles y agotadoras, pero nunca se rindió ante las adversidades.
«Las primeras seis sesiones fueron muy fuertes, me daban vómitos, mareos y bajos niveles de sodio y potasio, por lo que tenían que desconectarme de la máquina de diálisis», relató.
«El pasado viernes 30 de mayo de 2025 logré cumplir con la sesión de diálisis de tres horas sin malestar, gracias a Dios», expresó con enorme satisfacción María, quien permanece recluida en el Hospital Simón Bolívar de Bogotá, donde recibe atención completamente gratuita.
La esperanza de un trasplante en Colombia
Mientras su cuerpo se adapta al tratamiento renal, esta valiente mujer recarga fuerzas y ánimo.
Sabe que la diálisis interdiaria la mantendrá viva hasta conseguir un donante compatible vivo, y esa es la meta de toda su familia.
Sin embargo, para poder entrar en la lista de espera de donación en Colombia, María necesita obtener la cédula de extranjería emitida por el país, un requisito indispensable por su nacionalidad.
Familiares, amigos y diversas fundaciones se han unido para recolectar el dinero necesario y tramitar este documento vital.
«Son muchas las emociones. A veces pienso que no podré soportar tanto, pero mi esperanza es lograr obtener la cédula de extranjería colombiana para poder optar a un trasplante de riñón con donante vivo», recalcó María, de 35 años.
Ella testificó que su padre, su hermano y su novio están dispuestos a someterse a los exámenes necesarios para verificar si son compatibles para el nuevo riñón.
Con la misma convicción con la que ayudó a proteger a familias después de accidentes cuando era bombera en Santa Rita, María está convencida de que saldrá victoriosa de esta dura prueba.
Mientras el tan anhelado día llega, la zuliana María Fernanda Vera anhela disfrutar cada momento de su vida junto a su hija Sophia y sus familiares.
«Quiero ver crecer a mi hija, verla triunfar y cómo se convierte en una mujer de bien», apuntó María, quien es testigo de cada episodio de su propia existencia, firme en su deseo de vivir.
Reportaje Especial: Raúl Arroyo Valera
Foto: Cortesía RAV
EL REGIONAL DEL ZULIA