martes, abril 30, 2024
OPINIÓN

PETRÓLEO, ESTADO Y NACIÓN

 

POR: DR. ALIRIO FIGUEROA ZAVALA.

Individuo de número de la Academia de Ciencias Jurídicas del Estado Zulia

 

Conocido es la diferencia existente entre Nación y Estado. La Nación, en opinión generalizada es el conjunto de familias, valga decir, de seres humanos, que unidas por los lazos de religión, lengua y de cultura tienen por finalidad procurarse el bien común; mientras que el Estado, es la personificación jurídica de la Nación.

En breves palabras, el Estado es el que representa jurídicamente a la Nación, el que la gobierna, el que administra sus bienes, el que dicta las normas jurídicas que la han de regir, etc.

Venezuela es una República, que ha adoptado la forma de Estado federal descentralizado en los términos consagrados en la Constitución; y cuyo gobierno tiene la forma de democracia participativa, alternativa, responsable, pluralista y de mandatos revocables (Arts. 4 y 6 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela).

El Estado venezolano desde la aparición del petróleo, se convirtió en un Estado inmensamente rico, porque obtiene y administra muchos recursos derivados de la actividad petrolera; ya que con fundamento en el artículo 12 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los yacimientos mineros y de hidrocarburos, cualquiera que sea su naturaleza, existentes en el territorio nacional, bajo el lecho del mar territorial, en la zona económica exclusiva y en la plataforma continental pertenecen a la República, es decir, son bienes del “Dominio Público” y, por tanto, inalienables e imprescriptibles. Debe señalarse que la actual Constitución emplea como sinónimo Estado y República.

No obstante ser un estado rico, irónicamente tiene una nación con un alto porcentaje de pobres y una deuda pública bastante elevada; y de allí que exista una sociedad a la cual se acostumbró a vivir únicamente de la actividad petrolera; es decir, es una sociedad rentista, que ha tenido gobiernos populistas que lejos de haber empujado al país hacia adelante, lo que han provocado es una crisis ética e institucional. Los gobiernos siempre se orientaron por la fórmula de dar dádivas y no solucionar los problemas de una manera radical.

La Divina Providencia pudo habernos bendecido con los ingresos petroleros, pero también nos maldijo con las características de un “Petro – Estado”; el cual, según varios investigadores, su rasgo estructural se manifiesta en forma prioritaria a través de desequilibrios fiscales graves, que está generando una crisis profunda en el país. El petróleo, ha sido el factor individual más importante que ha venido modelando la crisis venezolana, sin dejar de reconocer, que en cierto momento modeló también las condiciones para una estabilidad política.

Según varios investigadores, entre los cuales pueden mencionarse al experto petrolero Alberto Quiroz Corradi, y Terry Lynn Karl, quien fue la Directora del Centro de Estudios para América Latina de la Universidad de Stanford, en California, de los Estados Unidos de América; el “Petro – Estado” presenta 3 características:

1) Es un aparato rentista. Es decir, produce una renta la cual es independiente    del esfuerzo humano y técnico para producir el bien (En nuestro caso, el petróleo).

2) El Estado se construye y se apoya en un principio de distribución (El Estado distributivo). Lo anterior significa, que el equilibrio social e institucional del Estado se logra mediante la creación de un Estado todopoderoso, en el sentido de que posee abundante recursos financieros para su distribución. El principio de la distribución fue el de repartir entre los diferentes sectores de la sociedad lo necesario para evitar conflictos inter – institucionales. De manera que el Estado se convirtió  en el rector del descontento nacional, mediante la asignación de recursos, favores y subsidios. Esto generó en la población la convicción de que el Estado es quien soluciona todo.

3) El “Petro – Estado”, es estructuralmente incapaz de hacer los ajustes necesarios para solucionar la crisis endémica propia de los países que dependen de un solo bien. Dado lo anterior, surgen unas interrogantes: ¿Es o no posible pasar de un “Petro – Estado” a una economía moderna y normal sin que se interrumpa el sistema democrático? ¿Hay otras opciones económicas diferentes al capitalismo salvaje y al socialismo comunista, que puedan funcionar eficientemente y convertir a Venezuela en el país moderno que todos queremos?

Mientras se encuentra la respuesta a las anteriores interrogantes, en nuestra opinión el Estado debe gerenciarse tomando en cuenta lo siguiente: A) Resistir la tentación a seguir aplicando políticas populistas como control de precios, subsidios, control de cambio, trabas y altos aranceles. B) Fijar reglas claras en cuanto a los sistemas de educación, sistema judicial, seguridad y salud. C) Convertir al gobierno en un facilitador de cambio en lugar de insistir como un distribuidor de favores. D) Utilizar los recursos del petróleo como un incentivo para diversificar la economía.

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