OPINIÓN

AHORA SON LOS COMPADRES DEL CNE

POR: EMIRO ALBORNOZ LEÓN

Durante mucho tiempo, el escenario del organismo rector de los procesos electorales en Venezuela, cuyos funcionarios jefes se suponían debían ser independientes, o, por lo menos, actuar con absoluta imparcialidad, como lo fue el Consejo Supremo Electoral, fue dominado por unas señoras a quienes les endosaron el calificativo de comadres por su innegable e inocultable afiliación y sumisión  al fallecido e innombrable  ex Presidente iniciador de esta tragedia que calificaron de revolución bolivariana y al partido que lo sustentaba en el poder. Desaparecido el tercio, siguieron la fiesta con el actual mandatario usurpador de la presidencia por haber sido electo de manera fraudulenta en elecciones del año 2018 que no reconoció la oposición venezolana ni los países democráticos de varios continente. La rectora-presidenta de la anterior directiva, se hizo tristemente célebre con su fatídica frase tendencia irreversible que favorecía a su partido.

Pero se fueron buena parte de las comadres, y nos dejaron un tres a dos que actúan como los nuevos compadres y comadres del régimen que siguen haciendo de las suyas a la hora de favorecer a Nicolás.

Lo acabamos de ver con las recientes decisiones sobre las solicitudes de un referendo revocatorio contra Maduro y más reciente la convocatoria de un proceso de recolección de firmas, de la manera más atropellada, en doce horas del día 26 de enero, o sea esta semana entrante, para la aprobación o no de dicho revocatorio presidencial.

Todo cuanto venía sucediendo era sospechoso. La solicitud de referendo la habían adelantado unos grupos de presuntos chavistas arrepentidos y una organización partidista que claramente viene actuando y actúa como colaboracionista del régimen. Es un comodín.

Pero más sospechosa es aún la aprobación, entre gallos y medianoche, de la solicitud e inmediata convocatoria a recolección de firmas para el próximo miércoles 26 de enero.  De hecho, los dos rectores oposicionistas, Roberto Picón y Enrique Márquez,  salvaron sus votos en franca oposición a esta tramposa jugada de la nueva mayoría reinante en el CNE y explicaron con razonamientos concluyentes sus posiciones en torno a la decisión de marras.

Ya este cronista, opinando en los grupos de chats de las redes sociales donde se ventilan con furor estos temas, venía alertando sobre las alambradas y guarimbas que desde el CNE, encompinchado su mayoría dominante con el régimen,  le iban a tender  en el camino al revocatorio porque se ve clarito que Nicolás no resiste ningún tipo de consulta popular sobre su permanencia en el poder, ya sea un revocatorio o unas elecciones presidenciales, pues los venezolanos no lo quieren según lo dice la calle y las encuestas de opinión pública que ubican un rechazo del usurpador superior al 80 por ciento del pueblo.    Nos están mandando a recoger cuatro millones de firmas o más en doce horas del día citado. Según uno de los razonamientos del rector Roberto Picón para salvar su voto, para poder llegar a esa cifra, tienen que firman cinco electores o solicitantes en un minuto. Sin previa convocatoria ni campaña de promoción por el mecanismo de manera que la oposición pueda presentar ante los venezolanos los argumentos que sustentan su oposición a que Maduro continúe gobernando de facto.

Pero como el bendito revocatorio jamás fue reglamentado queda sujeto a la discrecionalidad del TSJ y del CNE que es lo mismo que el régimen. Según una decisión del TSJ del año 2010, si no se logra la recolección de los 4 millones de firmas el revocatorio queda sin efecto y no se podrá volver a solicitar, pero si los solicitantes retiran su propuesta del CNE, igualmente queda sin efecto. Es una trampa muy bien ideada.

Emiro Albornoz León/Periodista

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