ALGUNAS REFLEXIONES PARA COMENZAR CON BRÍOS EL 2022
POR: ING. GOLFREDO DÁVILA
La celebración de la despedida del año viejo y la llegada del año nuevo data de 1582, cuando se cambió el calendario gregoriano. Desde entonces cada país desarrolla estas fiestas de una manera muy propia. Rememoramos las cosas buenas, recordamos el dolor por la pérdida de seres queridos y le deseamos felicidad, prosperidad y salud al prójimo.
En medio de la tragedia inducida que sufre Venezuela, desearle un feliz año a nuestros semejantes, puede verse como ficción o ilusión, pero no lo es, muy en el fondo es un acto consciente colmado de amor. La vida es un compendio de emociones, tristeza, dolor, alegría, paz y armonía, en ella la felicidad es la expresión sublime del amar, que no es una emoción narcisista, ni se reduce sólo a tener garantizados los bienes materiales, ella constituye una dimensión más integral en la que cada quien respeta al otro y lo reconoce en su legitimidad, en la convicción de que somos seres sociales que convivimos en la solidaridad y la cooperación. Quien obra en forma desprendida por el bien común, quien no perjudica al otro, quien tiene su consciencia tranquila y se regocija de la felicidad del otro, está en el bienestar, se siente satisfecho espiritualmente y es feliz.
Los venezolanos, donde quiera que se encuentren, tienen la conciencia tranquila, por enfrentar la perversidad, el terror y la destrucción, y al mismo tiempo es solidario y mantiene en alto sus anhelos por lograr el cambio político. Ello incluye, por supuesto, su aspiración de justicia y castigo para quienes con su mente retorcida, infame y criminal orquestaron la destrucción del país, son seres que no les importa que haya personas hurgando en la basura para poder llevarse algo a la boca, su único interés es preservar el poder. Le hacen la vida de cuadritos al pueblo y le cierran toda posibilidad de progresar; violentan sus Derechos Humanos y lo subyugan para satisfacer sus egos. Podrán tener todo el poder, pero gozan del desprecio de la población. Nos corresponde entonces ir derrumbando paso a paso los pilares que los sostienen.
Habrá quienes consideran una utopía desplazar del poder a la tiranía y recomponer la democracia, pero perder las esperanzas, como dice el viejo adagio, es lo último que nos puede pasar. Materializar el cambio pasa por perseverar en los esfuerzos unitarios y por actuar con firmeza y audacia combinando las diversas formas de lucha. De anteojito tenemos tres batallas que librar, comenzando por la del 9E en Barinas; el 10E solicitaremos ante el CNE la activación del Referendo Revocatorio Presidencial; asimismo, durante todo el año haremos seguimiento a la investigación que realizará la Corte Penal Internacional al régimen por crímenes de lesa humanidad. Acompañaremos este proceso visibilizando los altos niveles de criminalidad que están envueltos en la destrucción económica del país; en demostrar cómo la inmoralidad, el latrocinio, la mentira, el odio y la discriminación se convirtieron en política de Estado; los tratos crueles e inhumanos a los prisioneros políticos; y el genocidio causado a los adultos mayores por el abandono de la salud pública y por haber desaparecido las pensiones impidiéndoles el acceso a los alimentos y medicinas.
De tal manera que en el 2022 ha de mantenerse viva la esperanza por derrumbar el oprobio, el militarismo, el despotismo y el latrocinio; de ver el regreso de nuestros hermanos, hoy esparcidos por el mundo y renovaremos el compromiso por reconstruir el país. Cerca están los días de júbilo y el comienzo de una nueva era democrática.
Ing. Golfredo Dávila, de Vanguardia Popular
