Si queremos contribuir a una cocina sostenible y a la vez ahorrar dinero, podemos aprovechar las cáscaras de las cebollas (limpias previamente) para hacer infusiones, sopas, abono para las plantas o teñir ropa ya usada y así darles una segunda vida.
La alimentación saludable se asocia con una ingesta de alimentos de alto valor nutricional, es decir, con gran cantidad de macronutrientes y micronutrientes. También con la actividad física y con una buena gestión de las emociones que giran en torno a la alimentación. Recientemente, debido al presente cambio climático, se ha añadido a la definición de alimentación saludable el concepto de alimentación sostenible.
La FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) habla de la necesidad de cambiar la alimentación para adquirir connotaciones sostenibles. Dice Marta Moreno, del equipo de Núkula, que esta organización emite recomendaciones como las siguientes: basar la alimentación en alimentos de origen vegetal (verduras, legumbres, frutas, cereales y tubérculos), comprar alimentos de origen local, reducir el consumo de carne roja, procesada y bebidas azucaradas, consumir pescado de reservas sostenibles y evitar el desperdicio alimentario.
Pero a nivel individual, ¿qué podemos hacer para seguir una alimentación sostenible? Por ejemplo, no tirar los plátanos maduros cuyo color ya no es atractivo pero que realmente solo está un poco más dulce de lo normal. ¿Qué se puede hacer con ellos? Los plátanos maduros sirven para hacer postres, y así aportar un toque de dulzor mayor y de manera natural. «Es primordial aprovechar lo máximo posible de un alimento. Cada vez que cocinamos tiramos gran parte de la comida, pieles de verduras, restos de alimentos, cáscaras que creemos que no sirven para nada… Pero eso con las cebollas puede terminar, porque hay varias formas de reutilizar la piel de este vegetal», cuenta Marta Moreno, nutricionista de Núkula, app sobre alimentación saludable.
Usos de la piel de la cebolla
La cebolla es un alimento con gran contenido en agua y fibra y propiedades saciantes, además de tener un valor calórico muy bajo. Es un alimento que se utiliza en la gran mayoría de las comidas que hacemos. sin embargo, hay algo que no falla en todas esas veces que hacemos usos de ellas: tiramos toda la piel y las capas más duras. Si queremos contribuir a una cocina sostenible y a la vez ahorrar dinero, podemos reutilizar las cáscaras de las cebollas para las siguientes funciones:
– Para los amantes de las infusiones. Recomienda Marta Moreno lavar bien las pieles y usarlas como infusión: ¡No temas probarlo!
– Para realizar sopas y guisos. «Es muy típico añadir a estos platos cebolla entera para luego tirarla o triturarla. En lugar de gastar una cebolla para esto, podemos hacerlo con las pieles sobrantes, ya que aportan mucho sabor y la mayoría de los nutrientes interesantes de la cebolla se encuentran en la piel», aconseja la experta en nutrición.
– Para abonar cultivos. Hay estudios que valoran la utilidad del uso de pieles mezcladas con tierra arcillosa para abonar los cultivos, así evitas el desperdicio alimentario y a la vez se propicia la reforestación. «También puedes hacerlo en casa para cuidar de tus plantas: pones las cáscaras de la cebolla en un bol con un poco de agua, lo dejas reposar durante la noche, luego cuelas las cáscaras de la cebolla y el líquido restante servirá para regar las plantas.
– El uso más divertido para hacer en casa… Tie dye con cáscaras de cebolla. «Gracias a que las cebollas amarillas tienen un compuesto que es la quercetina, un flavonoide que aporta propiedades beneficiosas a la cebolla y tienen pigmentos que dan una tonalidad amarilla. Se concentran principalmente en las cáscaras externas secas que envuelven a la cebolla, en el caso de las cebollas moradas este pigmento será la antocianina», explica. Podrás teñir tus camisetas sin necesidad de pintura y contribuyendo a evitar el desperdicio alimentario. Necesitarás para hacerlo una prenda de algodón, cáscaras de cebolla (puede ser amarilla o morada), sal, una cuerda o hilo grueso, agua caliente y vinagre (opcional).
«Te recomiendo que uses una camiseta que no sea nueva para que agarre mejor el color. Calienta el agua en una olla grande donde puedas meter la prenda, añade 5 cucharadas soperas de sal por cada litro de agua y remueve hasta disolver. Posteriormente añade las cáscaras previamente lavadas sin manchas, de más o menos 4 cebollas para una camiseta de algodón. Dejar hervir hasta ver que el agua está del color de las cáscaras, retiramos las cáscaras de la cebolla con mucho cuidado, hacemos los nudos a la camiseta y la sumergimos en la olla. Dejar durante 30 minutos aproximadamente. Si quieres fijar el color aún más, puedes añadirle un chorrito de vinagre. Finalmente quitamos los nudos, aclaramos bien y tendemos. Recuerda lavarla por separado las primeras veces», explica la nutricionista.
FUENTE ABC.ES