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Conoce por qué emigraron algunos periodistas de la COL y qué hacen

El municipio con la cifra más alta de profesionales que migraron en esta área es Cabimas con 41 periodistas, seguido por Lagunillas con 35, Santa Rita con 5, Valmore Rodríguez con 3 y municipio Simón Bolívar con 1

por Mileydi Piña
Conoce por qué emigraron algunos periodistas de la COL

ESPECIAL HUELLAS DE LA MIGRACIÓN 
GAYLEDYS BARRIENTOS

Desde los diferentes municipios la Costa Oriental del Lago del estado Zulia, alrededor de 80 comunicadores sociales, de un total de 490 agremiados que registra el Colegio Nacional de Periodistas de la Subregión (CNP-COL), decidieron, en los últimos 12 años, tomar sus maletas y emprender viaje hacia la búsqueda de un mejor futuro,  calidad de vida,  oportunidades de empleo, entre otros objetivos.

El municipio con la cifra más alta de profesionales que migraron en esta área es Cabimas con 41 periodistas, seguido por Lagunillas con 35, Santa Rita con 5, Valmore Rodríguez con 3 y municipio Simón Bolívar con 1.

Entre los destinos seleccionados para migrar por los comunicadores sociales destacan en primer lugar Estados Unidos (EE UU), mientras que Colombia ocupa el segundo lugar, seguido por Chile y Ecuador, donde en su mayoría los periodistas han asumido puestos de trabajo u oficios muy diferentes al que habitualmente realizan como portavoces de la información, encontrándose periodistas que realizan actividades que no imaginaron nunca ejecutar como por ejemplo delivery, reparación de casas o mantenimiento y aseo de instalaciones.

 Impacto de la migración de periodistas

Aunary Finol, secretaria general (E) del CNP-COL, afirmó que la migración de comunicadores sociales ha tenido un mayor impacto con el paso del tiempo, principalmente en la junta directiva, donde algunos de sus miembros tomaron la decisión de emigrar solos o junto a toda su familia, con el firme propósito de obtener mejores oportunidades laborales.

El 80% de los directivos del CNP-COL salieron del país.

En ese sentido, Finol afirma que la situación fue y sigue siendo preocupante, porque desde el 2012 que comenzó el éxodo de periodistas de la zona hacia otros países, se han perdido destacados, valiosos y extraordinarios profesionales, que además aportaban al gremio sus conocimientos como coparticipes en la realización de talleres u otras actividades que se llevan a cabo en el Colegio en beneficio de sus miembros.

«Hubo un momento que solo quedaban cinco directivos, por lo que, a algunos suplentes les tocó asumir sus cargos, posteriormente se realizaron asambleas gremiales, la última de ellas en el 2018, para delegar funciones en cargos vacantes», comentó.

Finol opina, que la migración de periodistas ha sido paulatina y es una situación que pudiera incrementarse este año debido a la situación actual de Venezuela, al tiempo que reconoció la valentía de todos los profesionales de la comunicación, tanto del que sigue luchando en Venezuela como el que decide irse, considerando que es un proceso difícil de sobrellevar.

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Apoyo del CNP-COL

Pese a la distancia y como una muestra del apoyo a los agremiados y el trabajo comunicacional que realizan desde otros países, el CNP-COL brinda la mayor defensa en el ejercicio profesional, además dentro de los premios internos otorgados por el colegio se entrega reconocimiento a la mención «Periodismo en el Extranjero», como incentivo a esos profesionales de la información que no desmayan en su afán de seguir inmersos en un área tan importante como es la comunicación.

Resaltó también Finol, que de la cantidad de periodistas que han emigrado inicialmente a un país y de ahí hacia otros países, sólo el 1% ejerce la profesión, entre ellos destacados periodistas como Noris Hernández de El Regional del Zulia, Alfredo Suárez, Félix Pirela, Rafael Sulbarán, Merlína Guerrido, Ninoska Reyes, entre otros, que dejan muy bien representada a Venezuela en el exterior al realizar un Periodismo responsable, comprometido y con ética.

Privilegiado en ejercer la profesión en EE UU

Un despido laboral en una de las cadenas de televisión más reconocidas de Venezuela en el año 2015, fue uno de los detonantes que impulsaron al periodista, Félix Pirela, oriundo de Ciudad Ojeda, a tomar sus maletas en el 2016 para partir en busca de su sueño americano.

Previo a esa migración, confiesa que hubo una preparación previa, ya que, debido a compromisos laborales en Caracas, se residenció cierto tiempo en la capital. «Esa experiencia fue una práctica para la migración que me tocó contra mi voluntad y sin la planificación debida».

Llegar a un país totalmente desconocido y esperar un año para obtener un permiso de trabajo fue uno de los mayores retos que le tocó enfrentar a Pirela.

Al llegar a probar su suerte en los EE UU, encontró un primer trabajo como valet parking en un hotel de Miami, luego conduciendo su propio vehículo a través de la aplicación de viajes compartidos Uber, pero con el paso del tiempo, Pirela, egresado de  la Universidad Rafael Belloso Chacín (Urbe) en el 2007, y tras tocar varias puertas en los medios de comunicación, logró hacer realidad uno de sus sueños más anhelados: trabajar en Telemundo, cadena de televisión estadounidense que tiene su sede en el suburbio de Beacon Lakes en Miami Florida y cuenta con 1900 empleados en todo el mundo.

«Gracias a Dios tuve la oportunidad y el privilegio de volver a ejercer la profesión desde hace seis años en el Noticiero de Telemundo 31 en Orlando Florida. Ha sido una gran experiencia, de mucho crecimiento y conocimiento».

El presentador del «Noticiero Telemundo Florida» edición fin de semana, que abarca las áreas Orlando, la Bahía de Tampa, Ft Myers y todo el suroeste de Florida, resalta que es una bonita experiencia poder estar conectado con las comunidades hispanas, especialmente con los venezolanos, contando sus historias e informando lo más importante de Venezuela, país del que extraña su familia, sus playas, paisajes, la Feria de la Chinita y los juegos de las Águilas del Zulia.

«Siempre he sido muy familiar, pero ahora desde fuera de casa, valoro a mi familia aún más», expresó con mucha añoranza el exitoso comunicador.

Hoy en día Pirela dice sentirse privilegiado, no sólo por ejercer esta maravillosa profesión, sino además por haber sido bendecido en una ciudad que le dio la oportunidad de conocer a su esposa, con quien tiene dos hijos. «Me siento como en casa».

Adaptación a un nuevo estilo de vida

La periodista cabimense, Elizabeth Millán, enfatizó que al igual que varios de sus colegas decidió migrar de Venezuela a Chile hace dos años, dejando detrás familia y amistades, lo cual no fue nada fácil.

«No tuve otra salida y decidí buscar mejores oportunidades, y aquí estoy adaptándome a un nuevo estilo de vida».

Confiesa Millán con la voz entrecortada, que irse hacia Chile, no sólo le costó un cargo laboral en una invaluable institución de Venezuela en la que tenía 10 años de trayectoria, sino la pérdida de momentos especiales e irrepetibles al lado de su familia como el nacimiento de uno de sus nietos.

Para Millán, exdirectivo del CNP-COL, ejercer el periodismo fuera de su tierra natal no es tan sencillo, puesto que se requiere realizar diversos trámites, sin embargo, pese a que se dedica 100% a la repostería para ayudar a su familia económicamente, no deja ningún día sin conectarse a sus distintas redes sociales para seguir desarrollando su labor comunicacional. «Desde las redes sociales me mantengo activa informando porque es mi pasión».

Conoce por qué emigraron algunos periodistas de la COL

Llena de fe y optimismo, mantiene la firme convicción de que en este país se puedan abrir las puertas que necesita para ejercer el periodismo como antes.

Desde Chile, hizo extensiva sus palabras de motivación a todos los periodistas dentro y fuera de Venezuela en pro de que continúen ejerciendo la labor con profesionalismo y den lo mejor de sí cada día.

 La inclusión laboral es el reto del migrante

Con la firme visión de buscar oportunidades de crecimiento profesional, el periodista Rafael Sulbarán confiesa que viajó desde Venezuela a Bogotá -Colombia en el 2017 y luego en el 2023 hacia los Estados Unidos, debido a la complicada situación económica que ha golpeado a muchos venezolanos y él no fue la excepción.

Acompañado solo por Dios tomó sus maletas y comenzó una nueva historia lleno de sueños, impulsado por la necesidad de ofrecer un mayor  bienestar a su familia.

Tras tocar puertas de aquí y de allá y batallar con la regularización migratoria, sorteó las grandes trabas que se enfrentan para logar la inclusión de migrantes en el sistema laboral y otros temas pendientes para los países de acogida; Sulbarán logró su primer empleo como vendedor ambulante de líneas telefónicas, un empleo muy común en Colombia, que con el pasar del tiempo le abrió brecha para ejercer como periodista de un reconocido medio de comunicación, donde laboró durante cinco años. Durante este tiempo su trabajo también fue reconocido por el CNP-COL al otorgarle uno de sus premios internos.

Su experiencia como periodista migrante la describe como única. “En el vecino país Colombia tuve el privilegio de conocer a mi actual pareja, y en la distancia me ha tocado pasar el duelo por la muerte de uno de mis seres más queridos (tío). Eso no se me va a olvidar nunca, es desgarrador, sin embargo, al separarme de mi familia he aprendido a luchar de otra manera. Estoy lejos pero no ausente», expresó visiblemente emocionado.

Una vía de escape

El periodista, Danny Marín Briceño, egresado de la Universidad Cecilio Acosta y actualmente residenciado en Chile desde el año 2016, donde relata que llegó a «probar suerte», luego de haber migrado inicialmente hacia los EE UU.

La migración de Venezuela hacia otro país se convirtió en una vía de escape para Marín, ya que anhelaba una mejor calidad de vida para su familia.

Indica con profunda nostalgia, que en una ocasión estando en Venezuela, su hija, quien tenía para ese momento 4 años de edad, pidió algo de comer en específico y en ningún lugar pudo encontrarlo. «Desde entonces lleno de frustración, supe que debía emigrar».

En Chile comenzó como la mayoría de migrantes, arrendando una habitación e iniciando la búsqueda de empleo. «Para ese entonces los venezolanos eran muy bien vistos en el país, lo que facilitó la búsqueda».

Comenzó a laborar por cuatros meses en un multiservicio de automóviles, donde realizó diversas actividades como recibir, conducir, lavar y aspirar autos; cambiar accesorios y ofrecer productos nuevos, con lo cual pudo gestionar sus documentos, reunir dinero para el envío de remesas a su familia. «El reto era estar con mi familia. No estaba convencido de quedarme en Chile», dijo.

Sin embargo, para el Día del Padre tomó el primer avión a Venezuela, donde estuvo dos meses.

Un correo electrónico del Ministerio Exterior de Chile, en el que rezaba que Marín tenía 30 días hábiles para retirar su documentación temporaria en Chile, fue la señal para devolverse a este país.

Conoce por qué emigraron algunos periodistas de la COL

Desde entonces, alega que pese a que no ha sido nada fácil el haber migrado, Chile le ha brindado las mejores experiencias como migrante, rehaciendo una nueva vida junto a su esposa e hija, quienes con el paso del tiempo se preparan, una para validar su título como personal de salud y la otra en la nueva etapa escolar.

«Estamos solos acá, nuestros padres, hermanos y resto de la familia se encuentran en diferentes partes del mundo. Ese es el gran desafío estar lejos de casa», señala Marín, quien agrega que la lucha contra la xenofobia no queda atrás, ya que se agudizó al final de la pandemia, con la llegada de más venezolanos.

Pese a que no ejerce el periodismo, no pierde las esperanzas de retomar algún día su hermosa profesión, esa que le permitió dar sus primeros pasos desde sus comienzos en el diario El Regional del Zulia.

«He tenido buenos cargos laborales, algunos con mayor dificultad que otros y mejor ambiente, pero en todos con un mismo propósito, incluso en aquellas tareas que nunca había realizado en mi vida», reafirma.

Desde su perspectiva, para Marín, quien trabaja actualmente como vendedor en una tienda dedicada al rubro de la construcción y la decoración, la migración es impactante en todos los aspectos. «Es como remar un bote con el doble de las dificultades a las que estamos acostumbrados».

El haber migrado de Venezuela tiene un gran significado para él, un crecimiento constante ante cualquier adversidad, pero también un profundo sentimiento de añoranza.

«De Venezuela extraño esa cercanía que teníamos todos como país, el calor de mi hogar, las equinas que frecuentaba. Extraño despertar y saber que a pocos minutos están todas las personas que siempre he querido y amado».

 

Créditos

Redacción:  Gayledys Barrientos 

Fotos y video GB/Cortesía

Edición: Mileidys Piña/Adriana Gutiérrez

 

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