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De mandar a inspirar

por El Regional del Zulia

Recientemente participé en una clase magistral virtual para Periodistas auspiciada por la fundación Gabo en Colombia, donde se tocó la difícil tarea de los líderes de equipos de Periodistas. Es plausible la actividad y su objetivo toda vez que en la actualidad es de lo que carecen muchas Salas de Redacción. » De mandar a Inspirar», de eso se trata y fue el título de la importante clase.
La voz guía en mi pantalla era la del reconocido periodista español Borja Echevarría, director adjunto del diario El País de España. «Nunca se es un buen líder, lleva años de práctica, porque el liderazgo es etéreo por muchas razones, por ello la investigación es el norte de ese liderazgo», nos decía.
Sí algo le entendí al expresivo Borja es que el liderazgo es un aprendizaje continuo, y que, en una Sala de Redacción, para ser un buen líder, hay que ir adaptándose a las nuevas formas de ser líder. ¿Qué pienso de sus apreciaciones dirimidas en la clase? Que estas pueden ser traspoladas a cualquier circunstancia de la vida donde se requiera desarrollar una conciencia de líder, por ejemplo, frente a nuestros hijos, amigos, y por supuesto en nuestros puestos de trabajo.
Echevarría desprende cuatro aristas de la cúspide de un buen liderazgo: comunicar, organizar, conciencia y estrategia. A sabiendas que Internet nos cambió la forma de interrelacionarse, también la de comunicarnos, entonces hay que deslastrarse de ese liderazgo vertical masculino que existía, para transformarnos en líderes carismáticos, inclusivos, que piensen más que antes en cada paso que se da, tener una visión a corto, mediano y largo plazo, saber elegir talentos, confiar en la gente, ofrecer espacios a la innovación, dar espacio al error y tener sensibilidad con el negocio, que se comprenda el producto.
Decía Borja que los medios son más sofisticados de lo que nunca fueron, y dejó impregnada la audiencia con esta frase: Necesitamos líderes que tengan un ego pequeño, pero una manera de pensar ambiciosa.
Los planteamientos expresados por Borja traducen que nuestros líderes necesariamente tiene que ser gente con impulso, visión y persistentes. Que acepten que no controlan todo, de orejas y cabeza abiertas y permeables a los cambios. Esos buenos líderes son los que son capaces de marcar un rumbo alineando a todos en una misma dirección.
En cuanto a esa arista llamada estrategia Echevarría dejó claro que, sin estrategias un mundo tan cambiante no va para ningún lado; que hay que trabajar en equipo en una dirección, porque si se desvían no funciona nada, teniendo que alinearse las estrategias editoriales, de negocios, tecnología y marketing, para alcanzar éxito. Esto se logra prestando atención en tres bases claves: priorizar decisiones, buena selección de talentos y comunicar bien lo que haces.
En el punto de la priorización la clave es «saber decir no» y poner el foco en el corazón de nuestros valores. Identificar intenciones, costumbres, cultura de nuestro medio, poniendo el dedo en los valores fundamentales del mismo.
El talento es esencial dentro de los medios, ya que es la base que cimienta el trabajo de un buen líder en materia comunicacional. Hay que saber quién será la gente que te acompañará en ese camino, por ello debes cambiar la cultura de los procesos de selección periodística, ya no se trata de tapar huecos, sino contratar gente buena, optimista. Es necesario detectar perfiles híbridos, ya que ameritas gente que sea capaz de hacer muchas cosas, siempre sin olvidar cuidarlo, sabiendo dónde colocarlo para darle su lugar.
Al referirse a la base de saber comunicar lo que haces, arrancó por la necesidad de ser constante a la hora de comunicar hacía dentro y hacía afuera en aras de la transparencia y permanencia del medio. «Comuniquemos no solo lo que hacemos, sino porqué lo hacemos», dijo Borja, parafraseando a Gabriel García Márquez, quien refería que «no solo hace falta ser bueno, sino que se sepa».Aseguró Echevarría que para ser capaces de tomar medidas para determinar que parte de la cultura que tenemos queremos que se quede en un medio y qué parte queremos transformar, debemos recordar que no necesariamente debe venir de ideas revolucionarias, la clave sigue siendo la persistencia, no frustrarse, no renunciar.
Encontrar el equilibrio.

Si partimos de la asertividad que existe en la frase de que cada medio es un mundo, la importancia que le damos a esa última hora, y el desafío que representa, es prioritario alinearla a una estrategia novedosa, que responda a un cambio sustancial en esa idea antigua de querer cubrirlo todo. El modelo de negocio debe ser transformado para darle más tiempo a la investigación. “Vale la pena aguantar”, sostiene Borja.

Al final estas palabras quedaron en la mente de quienes participaron en la clase virtual: la gente inteligente sabe que sabe otras cosas, pero sabe que no sabe muchas otras cosas.

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