DÍA DEL ARTISTA PLÁSTICO
POR JOHÁN MANUEL RAMÍREZ
El crecimiento con estabilidad es la clave.
El sector público debe seguir siendo el responsable de todo el proceso de reactivación económica. Las iniciativas para estimular el arte representan un verdadero factor de evolución.
La ejecución de obras, es incuestionable, pero no representan un verdadero aporte a la actividad económica, social y cultural al menos bajo las circunstancias actuales. Ante la mirada de muchos, nos hemos convertido en los grandes inversionistas y disfrutadores de todo tipo de bienes y servicios de importación, esto ha ocasionado una terrible distorsión económica.
Debo admitir, que las nuevas condiciones en el país, han creado unas consecuencias positivas de manera artificial y no significa que ahora somos más austeros.
Lo que en apariencia este nuevo auge representa, desvirtúa el testimonio que recorrió el mundo sobre la escasez y desespero que por muchos años hemos vivido los venezolanos. Sin embargo, la mayoría no tiene acceso a esta nueva realidad de grandes inversionistas, con bodegones y súper tiendas repletas de productos importados de toda índole.
Perdimos de manera notoria el espíritu de exportación, sin embargo en este campo quiero dejar muy claro mi opinión. La mayor responsabilidad del sector productor es a mi juicio abastecer el mercado nacional y en
Efecto, si hay excedentes, colocarlos en los mercados internacionales.
Aun cuando parece un concepto elemental, esto no se cumple por una simple razón, el espíritu de exportación se pierde cuando nunca existió el de producción. Sin reconocimiento, estímulos ni capacidad de préstamos para desarrollar la producción, muchos emprendedores se quedan con las ideas y proyectos entre sus manos. Hemos querido exportar lo que no producimos.
Del mismo modo ocurre con el arte, no hay capacidad para recuperar espacios dignos para el arte, no hay capacidad de compra por parte del ciudadano común, su poder adquisitivo está limitado a lo esencial. No existen espacios dignos para exponer o aprender.
Cabimas en mi opinión personal, ya no es un emporio artístico. Cabimas se ha convertido en una sala de cuidados intensivos para el arte. Los artistas se mantienen fantaseando con murales y galerías con acceso para todos. Basta observar las ruinas y escombros de la escuela de arte Pedro Oporto, así como las condiciones de la galería vial y mural, desdibujados por la mirada indiferente de las autoridades y empresa privada. El significado del arte en esta gestión esta evidenciado por las condiciones de estos valores históricos.
Un poco más de un lustro ha sido suficiente para destruir el estímulo a la creatividad y el fruto de la dedicación de los salones de arte Lagoven y empresas dentro del campo de la promoción cultural en la costa oriental del Lago en épocas anteriores.
Adicionalmente, el panorama artístico no es alentador pues sufre los embates del egoísmo, el individualismo y el yoismo. Durante el día del artista plástico el 10 de Mayo, se pudo palpar la falta de direccionalidad y solidaridad a los artistas de calle, quienes convocaron de manera dispersa reuniones por cuenta propia, para expresar la necesidad del apoyo al gremio. Lo idóneo habría sido que todos lograran converger en un solo punto de encuentro claro está cuidando que se cumplieran las medidas de bioseguridad.
Nos queda un recuerdo, con el que tristemente algunos quieren esperanzarse, las autoridades gubernamentales y municipales no pueden hacer historia si ignoran el arte y a sus representantes.
Director ejecutivo de la Academia Petrolera del Caribe
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