POR: DR. JOSÉ ERNESTO PONS B
Con el respeto a los profesionales del periodismo, noticiosos, informativos y pregonadores de los eventos en una región, se destacan en ello su objetivad, lo imparcial y lo ecuánime que se deberán siempre a los ciudadanos, a las familias y la sociedad, pueblo sediento de verdades que por muy dolorosas o gratificantes que sean sean sabidas oportunamente. El lado oscuro, es cuando la influencia de los gobernantes, imparten líneas que sesgan las oportunidades de afirmar, compartir y comunicar a una sociedad que lo requiere. Esa realidad, es lamentable.
Es entonces que los miembros de la sociedad se abren de oportunidades de comunicar e informar eventos que enriquecen la cultura democrática y de libertades; donde solo el pago para llamarlo así, no influye en la decisión de permitir una voz disonante al coro de aduladores del jefe, del gobernador o alcaldes que solo desean informar, las obras civiles que realizan en las calles a un costo gigantesco que nadie controla, ya que, los organismos que les corresponden son elegidos por estos mismos actores. Esto, será tema de otro día.
Volviendo al tema a desarrollar en este artículo, las imposiciones y las condiciones impuestas a estos periodistas son el freno moral y cultural que no permite que ninguna sociedad aventaje las condiciones de un desarrollo normal y necesario que proporciona la información venga donde venga. La experiencia como moderador, articulista, columnista y demás prácticas, que por cierto cabe resaltar enseñadas y corregidas por grandes periodistas de la región. Pudiendo mencionar a varios como son el caso de Amenhotep Planas Raga, Aristóteles Soto, Argenis D`arienzo y recientemente llamado a la Gloria de Dios, Samuel Alberto González del cual, podre afirmar que fue nuestro maestro, ejemplo y veraz profesional de esta digna profesión.
De los diarios y medios, puedo con certeza mencionar al Canal 11 Niños Cantores del Zulia, diario Regional del Zulia, el diario Qué Pasa y al Diario Panorama, estrellas del Zulia progresista que todos deseamos. Por ello, la crítica asumida en este escrito, hace también, la salvedad de muchos que han permitido un ejercicio libre y respetuoso, ofreciendo posibilidades que ciudadanos logren ser tomados en cuenta para lograr ofrecer sus aportes a nuestra región. Dándole así, una visión pujante al estado ideal de un periodismo veraz. Considerando como un hecho moral no condicionado, el pago oportuno de clientes que desean promocionar sus bienes y servicios.
El conocer de la tendencia del periodista sea política, ideológica y personal, es un asunto particular ajeno a la práctica justa y ecuánime que se merece todo ciudadano. En lo particular tengo en mis haberes muchos eventos que me entristecieron, pero había por otro lado, instituciones y periodista que en su momento demostraron que la opinión o información que ofrecía era manejada con el respeto y la pertinencia que deseaba. Lo cual, me obligo a respetar el ejercicio de tan importante profesión. Aprovecho la oportunidad, para despedirme del periodista Alberto González, gran amigo que nunca cerró sus puertas a este humilde ciudadano y en 30 años no dio pie, a dudar de su ética profesional.
Dr. José Ernesto Pons B /@JosePonsB
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