miércoles, mayo 1, 2024
PENSAR CON CRITERIOS

El nepotismo y la retaliación política no pararán

“El modo de gobernar bien es el de emplear hombres honrados, aunque sean enemigos”

Simón Bolívar. Carta a Páez. 1828

 

Es lamentable lo que he llegado a pensar, y el tiempo poco a poco me está dando la razón; mi pueblo, mi Venezuela amada fue enquistada de males sociales y políticos, y de eso morirá. Hablaré solo de dos, porque son muchos más, pero estos, según lo que he podido ver a través de los años, no creo tengan un final feliz para mi país: el nepotismo y la retaliación política.

Qué me duele, y no con un dolor sueve sino con un dolor profundo; saber a ciencia cierta que estos dos males, no importa si son blancos o rojos, democráticos, socialistas o comunistas; no desaparecerán de los anales de la historia de Venezuela. Solo cambian de colores estas acciones tan nefastas para la gobernanza de una Nación, y es lo lamentable.

Hoy cuando los venezolanos vemos cerca un cambio de dirección política en el país, lejos de tanta barbarie anti bolivariana; ya los sucesores se preparan para iniciar su práctica desmedida de estos dos malévolos males. Se frotan las manos pensando a cuál familiar colocarán en las instancias de poder que estarán ahora bajo sus órdenes; así como siguen rodando ese mensaje de odio dirigido a quienes los antecederán, que no llevará a otra cosa que no sea una férrea persecución política contra el que más y el que menos los adverse. Y con esto no me refiero a que los culpables de los aberrantes actos de corrupción, de abuso de poder y de violación de derechos humanos que se han registrado en el país, no paguen; contrariamente abogo por que se les castigue debidamente y de acuerdo con las leyes constitucionales nacionales e internacionales; porque en Venezuela a mi entender se han cometido crímenes de lesa humanidad en medio de una guerra civil con visos de democracia participativa.

Muy, pero muy lejos, está la Republica de la que hablaba Bolívar, nuestro amado e insigne Libertador, esa donde el Estado necesariamente debía gobernar deslastrado del oscuro nepotismo y las retaliaciones políticas.

El diccionario de la Real Academia Española define la palabra nepotismo de la siguiente manera: “Protección desmedida que dan algunos políticos o funcionarios a sus parientes o amigos”.

En Venezuela, una República que supuestamente basa su doctrina ideológica en el pensamiento bolivariano, según su Constitución vigente, el nepotismo es una práctica común, y no solo en Venezuela sino en todo el continente americano, especialmente en las naciones libertadas por nuestro amado Simón Bolívar, a pesar de ser las perversiones político-tribales más repudiada por él, ya que era un hombre de una estatura político-moral radicalmente contrario al tráfico de influencias y a quien indudablemente le repugnaba el nepotismo. Incluso, prefería cometer injusticia con su familia para evitar las indignantes, discriminatorias e insultantes prácticas del nepotismo.

No olvidemos que el nepotismo es una práctica absolutista y feudal, contraria a los elementales principios republicanos. Y más aún, en una “democracia social y participativa”, como la que siempre ha pregonado el chavismo.

Aseguraba El Libertador: No se me acusará de haber elevado y puesto en los altos destinos del Estado a individuos de mi familia; al contrario, se me puede reprochar el haber sido injusto para con algunos de ellos que seguían la carrera militar…

El nepotismo ha sido siempre una práctica discreta en la política venezolana, pero se afianzó paradójicamente en el gobierno bolivariano del extinto presidente Hugo Chávez Frías, y en proporciones descomunales.

El chavismo desde todos los flancos nos impuso a todos sus familiares. Quisiera equivocarme y pensar que habrá un “paro armado” en contra de esta práctica en los gobiernos venideros, pero mi esperanza se desvanece cuando observo la esencia de nuestros líderes medios y bajos que son los más peligrosos, pues son los que esperan la prebenda del puesto político a cambio de su apoyo y de su trabajo social. No veo un cambio de mentalidad política en el venezolano, pero sí veo la continuidad de la práctica político-puntofijista del clientelismo, dedocracia, partidocracia, etcétera, aunada al aún más condenable manejo nepótico chavista de la cosa pública. Por ahora veo con resentimiento que es un mal que llegó para quedarse, porque hay poca voluntad en los liderazgos opositores para anular esta práctica, si observamos la mirada gozosa de ojos abrillantados de las bases de la militancia política opositora, esperando que se quiten ellos para ir por el botín y con ello beneficiar a su entorno familiar.

Tampoco olvidemos que el cuerpo que ha venido tomando la administración pública está argumentada en el tráfico de influencias y el nepotismo, por lo que los huesitos de nuestro Libertador deben estar crujiendo en su morada, a punto de estallar y volverse polvo ante la decepción de saberse no escuchado, y de saberse un victorioso sin la gloria de que su legado prevalezca en el tiempo.

Es bueno traer a colación la posición del Libertador en una carta dirigida a su hermana María Antonia Bolívar, a quien le escribe desde Lima en abril de 1825, sobre la proposición de claro tráfico de influencias, que ésta le hace para que interfiera en su favor en la Administración de Justicia, en un litigio en el cual es parte el mismo Libertador: Yo no le escribiré a ningún Juez sobre el pleito de Lecumberry, por más que tú te empeñes. No quiero exceder los límites de mis derechos, que por lo mismo que mi situación es elevada, aquellos son más estrechos. La suerte me ha colocado en el ápice del poder; pero no quiero tener otros derechos que los del más simple ciudadano. Que se haga justicia y que ésta se imparta si la tengo. He aquí las palabras inequívocas de un líder transparente y respetuoso de los derechos ciudadanos.

Estas citas bolivarianas son bastante claras ante las demoníacas tentaciones de la política nacional, y en las que los venezolanos caen a ojo cerrado, pese a que distan del verdadero y noble pensamiento bolivariano que el chavismo abusivamente ignora, y los que vienen detrás no dan muestras de que la cuestión referente a este aspecto político sea diferente.

Decía Domingo Labarca Prieto, profesor y ex director del Instituto de Filosofía del Derecho de la Universidad del Zulia, sobre el tema del enquistado y perverso nepotismo que reina en Venezuela, en un artículo de su autoría que leí en la web y que escribió en el año 2003, que ¡Sería conveniente que nuestros educadores enseñaran éstos y otros textos de ‘ética-política’ bolivariana, habida cuenta de la consistencia entre teoría y práctica, ser y deber ser, pensamiento y acción, el dicho y el hecho y en fin, entre verbo y carne, en la vida, existencia y pensamiento de El Libertador. De esta manera evitaríamos la manipulación burda que hoy se pretende hacer con su vida y su obra”.

El pueblo venezolano debe deglutir estas lecciones e intentar ponerlas en práctica, de lo contrario seguiremos padeciendo los males del clientelismo, retaliaciones políticas y las decisiones nepóticas de nuestros gobernantes.

Imagen/Tomada de la Web

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