EL PORVENIR
GLORIA CUENCA
Pasan las fiestas, de manera un tanto extrañas para lo que estamos acostumbrados. Entre los muchos aspectos que ocurrieron y que no me queda si no mencionarlo, ya que de otros aspectos es preferible no hablar, en esta crónica de comienzos de año. (Me refiero a la situación de los presos políticos, la represión y la hiper inflación, entre otras cosas) Se presenció, lo que no fue sino un despliegue de riqueza, mal habida por cierto; los fuegos artificiales del 31 de diciembre. No tengo ninguna duda se trató de los conocidos como “enchufados”. Especie de “casta revolucionaria” que pasea sin ningún pudor con sus camionetas y carros último modelo, “echándoselas”, en el mejor estilo del nuevo riquismo tan despreciado por los amigos camaradas. Ensordecieron a varios sitios de Caracas; a la población, enloquecieron a los animalitos y no dejaron dormir a unos cuantos: así son. Ciertamente, verlos nos produce una conmoción fuerte. En particular a mí, que me resuenan las voces de los revolucionarios que conocí: Castro, el Che (al que tanto veneran, en fotos y ensenan como el gran ejemplo a seguir) al mismo Palmiro Togliatti, (para quienes no lo conocen fue un gran líder del Partido Comunista Italiano) A Dolores Ibarrury, la famosa pasionaria de los españoles ni que decir de nuestros Gustavo y Eduardo Machado nacidos millonarios y de cuna aristócrata, pero que dejaron su fortuna en el proceso de enseñanza de lo que debía ser el comunismo. Se requiere poner la atención en esos líderes, algunos de ellos, llamaron a la austeridad, la predicaron y la cumplieron, no es el caso de Fidel Castro, cuya fortuna, por robo es inalcanzable. Los demás mencionados, incluyendo al Che fueron coherentes con sus principios. Los revolucionarios de Venezuela dejan mucho que desear. Los de la etapa reciente, se han enriquecido de manera obscena y son reconocidos por el mundo como los “robolucionarios”. Han puesto en evidencia y han dejado ver la decadencia de un sistema que no tiene ningún sentido de realidad; además de haber arruinado a uno de los países más ricos de la tierra: el nuestro. La situación, que pretenden atribuir a las sanciones, es un largo proceso de desinformación, ignorancia, ausencia de ética y desconocimiento de sí mismos. Todo lo anterior sumado a un modelo anacrónico, inservible y absolutamente fracasado, es nuestro país y en todas partes, como gran experiencia revolucionaria no sirvió, nunca se pudo implantar, cayó estrepitosamente, como de resto ha ocurrido en todos los países. En mi opinión, los más fracasados y derrotados, son esos lidercitos de la izquierda latinoamericana que no han hecho sino: robar y fracasar. Sin embargo, el título del artículo es, el porvenir. Si confío y espero que la democracia triunfe y habiendo vivido lo que nos ha tocado, seremos más conscientes y decididos para ayudar a la reconstrucción del país. Dios con nosotros, no lo olviden.
