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En medio de la pandemia y la crisis en Venezuela trabajadores celebran su día

Especial. Este no es un día especial para la gran masa trabajadora de Venezuela, donde obreros, trabajadores informales, patronos, cantineros y todas las personas que de una u otra manera realizan una ardua labor para ganarse su sustento, se enfrentan a una crisis económica sin precedentes y un virus que atenta contra sus vidas y que los mantienen confinados bajo la carencias de todos los servicios públicos, y sin dinero para poder costear los altos costos de los alimentos.

En Venezuela y en gran parte del mundo se conmemora este viernes 1 de mayo, el Día del Trabajador, sin embargo este año será de una forma atípica por la pandemia del coronavirus, la cual ya se ha cobrado la vida de unas 200.000 personas en el planeta.

Generalmente este día festivo se recuerda con marchas y concentraciones de todos los sindicatos que representan la masa trabajadora del país, donde destacan sus logros y exigen a las centrales patronales las reivindicaciones que consideran justas. Este año no será posible debido al confinamiento por el Covid-19. Las manifestaciones están completamente prohibidas, pero en algunos países los sindicatos están organizando otras maneras de movilización, para no pasar por alto tan importante fecha y hacer especial hincapié en el papel que los trabajadores de la salud y de servicios básicos están cumpliendo durante la crisis sanitaria.

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El más triste en toda su historia

Froilán Barrios, experto laboral, y directivo de la CTV, aseguró que este Primero de Mayo es uno de los mas difíciles y tristes de los que ha pasado el trabajador venezolano desde 1936, cuando se celebró por pimera vez en el país, pues considera que nunca habia existido tanta distancia entre el salario y la capacidad de comprar los bienes para subsistir, «porque ni soñar con cualquier bien como una casa o un vehículo por que eso forma parte del pasado».

En este sentido, explicó que «cuando comenzó el paquete económico del 2018, correspondiente al bolivar soberando el salario mínimo era 1.800 bs. que equivalia a medio petro y esto a su vez a 30 dólares, si se hubiese mantenido esa relación, actualmente el sueldo se ubicaría entre 5 millones 800 o 6 millones de bolívares. En su lugar apenas se fijó en 400 mil bolívares que no alcanza para nada y tampoco es un salario integral, porque los 400 adicionales son de cesta tiquet que no forma parte del salario y tampoco alcanza como complemento. Ya tenemos 20 meses de paquetes económicos con bolivar soberano y los números registran el gran fracaso, engaño y estafa que se le hizo a los trabajadores».

Destaca Barrios, que la situación de la masa laboral es tan precaria que aparte de la baja capacidad que los salarios implican, el Gobierno suspendió de facto las convenciones colectivas, mediante las cuales los trabajadores mejoraban sus condiciones laborales, sociales, de recreación y todos sus beneficios.

«Solamente se mantienen en algunos sectores del capital privado y eso ha hecho que mientras un trabajador del sector público recibe 3 a 4 dólares mensual, en el sector privado está alrededor de los 50 o 60 dólares, lo que aún está muy distante de la realidad porque si éstas cifras las comparamos con las consultoras que señalan el costo de una canasta básica alrededor de 320 a 550 dólares, equivaldría a que el slario debería estar en 55 o 60 millones de bolivares», expresó.

Agregó que la ausencia total de de seguridad social ha hecho que la debacle de los trabajadores se agudice, «las polizas de HCM se desajustaron de la realidad y ante la quiebra general del sistema de salud, mantenerse sano es una tarea que el trabajador puede resolver a duras penas ya que el salario no aguanta ni siquiera para poder comer».

Ante este panorama nada alentador, el también profesor universitario señaló que para los trabajadores el mejor regalo en su día sería, en primer lugar la recuperación del poder adquisitivo, segundo la suspensión del pago de impuestos y en tercer lugar, permitir la entrada de la ayuda humanitaria, para que sean los gremios profesionales quienes la administren y distribuyan entre los trabajadores del país.

«En estos tiempos tan difíciles el sindicalismo libre y democrático debe trazar una ruta para la recuperación de los trabajadores. Establecer un diálogo entre las cinco centrales de trabajadores, dejar a un lado las diferencias y unirse para hablarle al pais a una sola voz. Buscar los mecanismos de rescate de ese poder adquisitivo que se implemente una bonificacion de emergencia, no los bonos de la patria, si no una bonificación de ayuda temporal para que el trabajador pueda superar esta crísis económica post pandemia, la cual en algunos paises occila entre cien y doscientos dólares, y que en Venezuela deberian ser de unos 300 dólares».

Estima el dirigente sindical que esto no sería una utopia, por cuanto «si existiera voluntad entre los gobernantes de hacerlo, podriamos decir que no pasó por debajo de la mesa el primero de mayo, el cual se ha convertido en una saga del terror porque año tras año lo que ven es que les están arrebatando las conquistas que con tantas luchas han logrado históricamente».

También quiso hacer especial mención a los trabajadores del sector salud y servicios esenciales, «en medio de esta pandemia universal, si hay algunos héroes han sido los trabajadores de la salud en el mundo entero y su valentía les ha valido el reconocimiento en los cinco continentes, pues han pagado incluso con la vida por defender el derecho a vivir de toda la población».

Origen del Día del Trabajador

La conmemoración de esta fecha se remonta a finales del siglo XIX, y más concretamente al año 1886 en Estados Unidos. Fue entonces cuando varios trabajadores decidieron luchar para que las jornadas laborales fueran de 8 horas, cuyo límite máximo se establecía en 18 horas.

El 1 de mayo del año 1886 el sindicato mayoritario empezó una huelga en la ciudad de Chicago. Los enfrentamientos entre los trabajadores y la policía fueron muy violentos.

Después de tres días de huelga, el 4 de mayo se organizó una concentración en la plaza de Haymarket, donde la tensión de los manifestantes fue aumentando casi a cada minuto. Un artefacto explotó en la plaza y un policía murió. Cinco personas fueron condenadas a morir ahorcadas: tres periodistas, un carpintero y un tipógrafo, los «mártires de Chicago».

Por lo tanto, el 1 de mayo es un día para recordar a quienes lucharon por la jornada laboral de 8 horas, los trabajadores de Haymarket.

Este no es un día especial para la gran masa trabajadora de Venezuela, donde obreros, trabajadores informales, patronos, cantineros y todas las personas que de una u otra manera realizan una ardua labor para ganarse su sustento, se enfrentan a una crisis económica sin precedentes y un virus que atenta contra sus vidas y que los mantiene confinados bajo carencias de todos los servicios públicos, y sin dinero para poder costear los altos costos de los alimentos.

Froilán Barrios, experto laboral, y directivo de la CTV. Foto/cortesía.

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